La Selección Colombia sin técnico, el fútbol nacional aún sin público y temas por resolver en cuanto a la Liga femenina, son algunos de los escenarios deportivos de cara al 2021.
Y así un 2020 que nos dejó a todos perplejos no podía acabar de otra manera para el fútbol nacional: patas arriba y con el agua al cuello. Un año de suspensiones obligadas, cambios abruptos y despedidas necesarias, un año que termina con la incertidumbre debajo del árbol de Navidad.
Primer aguinaldo: tras encajar 9 goles en dos vergonzosos partidos contra Uruguay y Ecuador (rivales directos hacia Catar 2022), el técnico Carlos Queiroz fue despedido de la selección Colombia dejando al equipo nacional en vilo entre la eliminación o el milagro. ¿Y la Federación? Bien gracias. Ha pasado exactamente un mes desde el 6-1 en Quito y pareciera que en el interior de la FCF estaban tan preparados para este baldado de agua fría como el país para el Covid-19.
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Solo que acá no hay antibacterial ni tapabocas que prevenga un contagio mayor, solo poner la cara, tomar decisiones y encontrar soluciones rápidas, algo que todos seguimos esperando. Lo preocupante del tema es que en Colombia solo tenemos una vacuna posible y su nombre es Reinaldo Rueda… y ni siquiera sabemos cuándo va a ser una realidad. No hay Plan B ni alternativas.
Ante esta situación, el técnico valluno tiene la sartén por el mango (y con toda la razón), y no va a llegar a Colombia ni por menos de lo que estaba Queiroz ni por menos de lo que tiene en Chile, tanto en salario como en premios, equipo de trabajo y proyección. No por ser colombiano merece menos. Y eso es algo que nos cuesta mucho en este país, le pagamos más y le exigimos menos al que habla con acento extranjero, al que tiene un titulo en otro idioma, sin importar sus calificaciones y logros.
Reinaldo quiere liderar a Colombia de cara al Mundial de 2022, pero no solo ser la llanta de repuesto de un carro con 4 llantas explotadas, sino ser quien estructure el recambio generacional de cara a la cita de 2026. Tiene sentido, quiere un proyecto serio, estructurado hacia el futuro y no ser considerado como el “menos peor” para tratar de tapar un fracaso institucional. ¿Se resolverá este asunto antes de Navidad? ¿Llegará el técnico con los Reyes Magos? ¿La Federación hablará y dejará el tan lamentable, y dañino, misterio? Lo cierto es que el 25 de marzo Colombia recibe a Brasil, con o sin técnico, con o sin trabajo, con o sin proyecto definido.
En el mismo edificio se encuentra el otro aguinaldo de este 2020: la Dimayor. Luego de empezar el 2020 con el espinoso tema del Canal Premium y de la Liga Femenina, y con un presidente, en ese entonces, lleno de cuestionamientos, reclamos y escándalos, el año de la pandemia deja a la institución en aguas tibias.
Con los clubes críticamente golpeados por el parón del fútbol, y sin la posibilidad de recibir dinero por taquillas, que en nuestro país supone el 60 % de los ingresos de los equipos de fútbol, se les pidió a los hinchas que se suscribieran a Win+ como una forma de apoyar a sus equipos. Los clubes colombianos soñaban con la llegada de millones y millones de pesos producto de esta nueva iniciativa, la realidad es que siguen (y seguirán) esperándolos, aunque no se han revelado las cifras reales de suscriptores.
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Tan es así que se está esperando que el Gobierno Nacional sea quien compre los derechos de la gran final del campeonato masculino entre Santa Fe y América, tras el pedido de las alcaldías y los clubes, para que los hinchas puedan verla en TV abierta ante la nueva realidad de estadios vacíos y aislamiento social.
La verdad es que el nivel del fútbol colombiano está muy por debajo de lo que lo que los hinchas quieren ver, y si no hay producto, vender se vuelve inviable. Más allá de los gustos personales hay una verdad concreta: Colombia lleva dos años sin que ninguno de sus equipos supere la fase de grupos de la Copa Libertadores. Así estamos.
Por su parte la Liga Femenina, que lleva años buscando su lugar en el mundo y tratando de reclamar un espacio digno en el país, sigue siendo tratada con pañitos de agua tibia. Tras la reanudación del fútbol, se jugó un torneo de menos de 2 meses como para salir del paso y evitar más reclamos, pero en realidad esto no genero ningún desarrollo ni solución a un deporte que se ha abierto un espacio, literalmente a las patadas. ¿Y como pinta el 2021? No sabe no responde.
Lo que se dice hoy es que hay que ver cómo va a ser la Liga femenina pues el calendario está muy saturado debido a la Copa América y otros compromisos… (empezaron las disculpas). Y para completar la fiesta decembrina, en pasados días en la W Radio se anunció que el actual, y nuevo, presidente de la Dimayor, Fernando Jaramillo, estaría próximo a salir de su cargo (desde Dimayor desmienten estos rumores) tras solo 4 meses al frente del máximo ente rector del fútbol profesional colombiano.
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Rumores van y vienen, lo cierto es que a poco más de 10 días de que nos comamos las uvas y recibamos con optimismo, y escepticismo, el 2021 el fútbol colombiano, se encuentra inmerso en un tumultuoso (y oscuro) río revuelto.
Contacto
LinkedIn: Carolina Jaramillo Seligmann
Twitter: @carosports
Instagram: @scoresportsmkt
*La autora es fundadora de Score Sports, compañía consultora de marketing deportivo.
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