Las composiciones de la naturaleza captadas por la lente de Gabriel Eisenband, ganador del Wildlife Photography Award 2020, llaman a preservar el hábitat y la libertad humana.

El amarillo de los senecios florecientes contrasta con las tonalidades azules que generan los últimos rayos del sol, y el El Ritak ˋUwa blanco se muestra majestuoso entre la niebla que parece acariciar todo lo que encuentra a su paso. Así es la fotografía con la que Gabriel Eisenband se convirtió en el primer colombiano en ganar el Wildlife Photography Award 2020 en la categoría de plantas.

Para Gabriel, esa fotografía es uno de los incontables momentos que guarda en su corazón del viaje que emprendió hace cinco años con la urgencia de retratar los parques naturales de Colombia en pro de su conservación. Un trayecto de 14 meses que, con todo y las inclemencias, fue reconfortante e invaluable.

“Aquella travesía me permitió entrar en contacto con algo que aún tiene balance. Confirmé que observar la naturaleza en todo su esplendor, me alimenta y me da tranquilidad”, expresó Gabriel durante una charla con Forbes Life, no sin antes reflexionar sobre cómo ese tipo de experiencias ponen en perspectiva la vida humana.

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Gabriel piensa que los seres humanos no evolucionaron para permanecer horas frente a la computadora y estar hiperconectados todo el tiempo. Por eso, después de dos décadas de desarrollarse en el mundo corporativo, decidió cambiar de rumbo.

El camino que tomó en el 2015 lo llevó a descubrir las cinco ecoregiones que comprenden el sistema nacional de parques naturales: Pacífico, Caribe, Andina, Orinoquía y Amazonía. El asombroso de Gabriel ante la biodiversidad aún se refleja en su rostro al hablar del tema.

“Pero quizá lo más bonito fue tener la oportunidad de poder viajar libremente por mi país, recorrerlo con tranquilidad. Tuve la suerte de que este proyecto se llevó a cabo durante toda la negociación que realizaba en Colombia como parte del proceso de paz”, acentúa el barranquillero que heredó de su abuelo la pasión por la fotografía y su admiración por la naturaleza.

En la actualidad, la energía de Gabriel se concentra en encontrar patrocinio para realizar un ensayo fotográfico sobre el páramo de Chingaza, un refugio de fauna y flora silvestre que abastece de agua a Bogotá y que podría estar en peligro si se excede la explotación de su riqueza hídrica.

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Este sería el punto de partida de un proyecto de mayor magnitud que tiene como misión crear consciencia sobre la preservación de los páramos colombianos. De acuerdo con los especialistas, el papel de estos ecosistemas en crucial en términos de cambio climático, pues sus suelos absorben grandes cantidades de dióxido de carbono.

“Colombia es el país donde nací y donde quiero seguir trabajando. Aquí todavía tengo muchas cosas por conocer y explorar. Ese apego a las raíces es el mismo que me inspira a sacar lo mejor de la vida”, concluyó Gabriel.