El reconocido economista José Antonio Ocampo recuerda en Forbes a su amigo y colega Roberto Junguito, quien falleció este domingo a los 77 años.

Lamento mucho el fallecimiento de Roberto Junguito. Fue uno de los grandes economistas colombianos pero, ante todo, una encantadora persona. Disfruté mucho leyéndolo y escuchándolo en múltiples ocasiones.

Entre sus escritos sobresalen sus obras sobre economía cafetera, sin duda las más importantes que se han escrito en Colombia, pero también su libro sobre las negociaciones de la deuda externa colombiana en el siglo XIX, que pudo reconstruir con los archivos que encontró en la Embajada de Colombia en Francia. También fue agradable discutir con él, aún con las diferencias que a veces tuvimos tanto intelectuales como políticas.

Lo conocí cuando él era Director Ejecutivo de Fedesarrollo y yo un estudiante de economía en Estados Unidos buscando trabajo para regresar a Colombia. Aunque no trabajé entonces con él, me encanta que supe, con motivo de los 50 años de Fedesarrollo, que somos los Directores Ejecutivos más jóvenes que ha tenido la institución.

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Precisamente cuando fue Ministro de Hacienda de la Administración Betancur y yo Director de Fedesarrollo tuvimos múltiples intercambios en torno al ajuste económico que tuvo que adoptar el país, bajo su liderazgo y que nosotros en general compartimos. Más aún, acogió algunas de las propuestas que hicimos entonces, especialmente sobre la manera de hacer el ajuste fiscal.

Cuando, a su vez, ocupé el cargo de Ministro de Hacienda, era uno de los miembros de la Junta Directiva del Banco de la República. Tuvimos acuerdos y desacuerdos, pero más los primeros que los segundos, y siempre fue cordial con el gobierno dentro de las diferencias, sobre todo en torno a la emergencia económica de 1997, pero después nos acompañó en el consenso de decretar unas restricciones fuertes al endeudamiento externo.

La última ocasión en que trabajamos juntos fue en la Misión para la Transformación del Campo, o Misión Rural. Solicité a la Administración Santos que fuera uno de los miembros. En general sus aportes fueron excelentes, gracias a su excelente conocimiento del sector rural. Los recogimos en el informe final de la Misión. De hecho, otro elemento que nos une es el hecho de que somos los dos únicos economistas (y, con Juan Camilo Restrepo, las únicas personas) que hemos sido tanto Ministros de Agricultura como de Hacienda.

Nos harás mucha falta, estimado Roberto.

Escrito por: José Antonio Ocampo, exministro y profesor de la Universidad de Columbia.