El CEO de Open International William Corredor expone las oportunidades del país para ser potencia latina en la industria tecnológica.
Ingeniero con amplia visión de país, el empresario William Corredor fundó hace más de tres décadas Open International, la compañía de software para empresas de servicios públicos basada en Cali que tiene operaciones directas en 19 países, incluyendo Estados Unidos.
“La verdadera salida del país no es seguir importando, sino exportando. Colombia aún se conoce poco por su tecnología local en el exterior”, dijo a Forbes Corredor, CEO de Open International y miembro de la junta directiva de Fedesoft. “El software debe ser el 5% del PIB en 2025”.
Corredor tiene autoridad para exponerlo, pues su software Open Smartflex aparece en el cuadrante mágico de Gartner que reseña las mejores soluciones del segmento Customer Information Systems (CIS), al lado de soluciones de pesos pesados como Oracle y SAP. Desde sus sistemas se gestionan 40 millones de clientes, 4.6 millones de ellos en la nube.
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Open International inició como una empresa de telecomunicaciones cuyo alcance se extendía por todo el mercado colombiano de la mano de Telecom y posteriormente Telefónica.
Su primera expansión fue a Nicaragua, mientras paralelamente la industria del software se globalizaba, dejando solo 10 proveedores de su tiempo. “No tenemos nada que envidiar a otro tipo de soluciones”, apunta Corredor.
A su vez, Open International migró a la nube y después de haber extendido sus operaciones por toda América Latina, en 2018 consiguió su primer cliente en Estados Unidos y en 2020, en medio de la pandemia del COVID-19, firmaron al segundo. “Nuestra expansión más grande será Estados Unidos y Canadá”, señala Corredor.
En Open tienen alianzas con 50 universidades colombianas para atraer el mejor talento y tienen un equipo de 500 ingenieros. “Todos nos estamos peleando por un talento escaso”, expresa Corredor, quien complementa que tecnologías como inteligencia artificial y Big Data se han vuelto una necesidad. “Eso ha logrado que la profesión se haya vuelto extremadamente sexy”.