El indicador habría cerrado el año pasado por debajo de 1,5%. Aunque podría tener beneficios para ciertas personas, para una gran parte de la población no es una buena noticia y refleja la poca demanda en la economía por la crisis.
A pocas horas de conocerse el dato oficial de la inflación con la que cerró Colombia el 2020, que se prevé sea la más baja desde que se empezó a medir el indicador a finales de los años 50 -al estimarse un dato anualizado entre 1,4% y 1,5%-, expertos consultados por Forbes explicaron qué tanto impacto tiene en los hogares una baja inflación y qué indica ello.
Antes de entrar en otros detalles, vale mencionar que en promedio 25 expertos de bancos, comisionistas de bolsa y otros actores del sistema financiero consultados por la encuesta de expectativas del Citi está esperando que la inflación anual de diciembre sea de 1,43%. El rango del dato estaría entre 1,60% y 1,32%. Para la serie mensual esperan en promedio 0,20%.
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Su impacto
Según explicó Camilo Pérez, economista jefe del Banco de Bogotá, quien espera una cifra anualizada de 1,32% y una mensual de 0,09%, lo óptimo es que la inflación sea controlada, estable y predecible porque ello permitiría tomar decisiones como fijación de salarios o incremento de los precios de algunos productos que venden las empresas.
“Cuando es muy alta y no anticipada, los hogares consumen y se erosiona su poder adquisitivo, eso no es deseable”, agregó Pérez al decir que en el caso contrario, con una inflación baja “se podría pensar en primera instancia que es algo muy favorable porque los precios no están aumentando tanto y la gente va a comprar más cosas, sin embargo, los menores precios pueden estar reflejando la debilidad económica de las familias”.
En palabras de José Ignacio López, jefe de investigaciones económicas de Corficolombiana, quien estima que el dato anual será de 1,4%, una inflación baja tiene varias dimensiones. “Corresponde a una debilidad generalizada de la demanda agregada. Es una manifestación, un síntoma de que la economía ha experimentado un choque que es el inédito asociado a cuarentenas y la dinámica misma de la pandemia”.
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Citando un ejemplo, López dijo que si se tiene en cuenta que para 2020 el salario mínimo se incrementó en 6%, pero la inflación termina por debajo de 1,5%, aquellos trabajadores que lograron conservar sus puestos de trabajo e ingresos ven un menor aumento de los precios e incrementan su capacidad de consumo, pero al mismo tiempo muestra que muchos ciudadanos están en una situación más difícil desde el punto de vista económico y por lo tanto no demandan, ni consumen lo mismo debido a la crisis. Lo que termina profundizando las desigualdades del país.
Desde la visión de Martha Elena Delgado, directora de análisis macro y sectorial de Fedesarrollo -quien espera un 1,5% de IPC anual y un 0,26% mensual-, una inflación baja hace que el costo de ajuste de algunos precios que están indexados al indicador desciendan, como por ejemplo, el aumento de los arriendos, ciertas matrículas, entre otros. “Más que todos son precios de bienes y servicios de carácter público que usualmente se ajustan con inflación. También quiere decir que está en línea con una menor actividad económica vista en 2020”.
¿Qué mueve el dato?
Para la directiva de Fedesarrollo, entre los factores que moverían el indicador, están esperando “algo similar de lo que veníamos viendo previamente con regulados (servicios públicos, transporte público, gasolina, entre otros) y educación, estamos esperando un ligero incremento mensual por la reactivación en diciembre habrá rubros como prendas de vestir, calzado (conocidos como no durables) y alimentos que pueden presionar al alza”.
Sobre este mismo punto López, de Corficolombiana, resaltó que parte importante de la baja inflación de 2020 se dio debido a medidas puntuales de la emergencia económica que tuvo un efecto deflacionario sobre varios componentes de los regulados, lo cual al no estar vigentes en 2021 deberían impulsar el indicador al alza, pero aún por debajo del 3% meta de largo plazo del Banco de la República.
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Para Pérez, del Banco de Bogotá, los factores determinantes serían el aumento de la gasolina que entró en vigencia a mediados del mes pasado y algunos rezagos en educación que jalonaría el renglón a la baja, alimentos estaría cercano a cero y los arrendamientos llevan varios meses a la baja, por lo que esperan que en diciembre no cambie dicha tendencia. Según el experto es una proyección compleja dado que hay “varios factores encontrados, además de un tema incierto que son los servicios públicos que han venido variando dependiendo de la ciudad y el departamento”.
Así le iría en 2021
Tras un 2020 complejo por el inicio de la crisis derivada por la pandemia del coronavirus, el indicador se acercaría al 3% en 2021, bordeando en promedio 2,74% según los analistas consultados por la encuesta de expectativas del Citi.
Para Delgado, de Fedesarrollo, el repunte de la inflación este año se daría por la reactivación, por una mayor generación de valor agregado en la economía.
Según el experto de Corficolombiana, desde marzo se empezaría a ver una presión inflacionaria debido a que el efecto de los regulados se va a reversar. Sin embargo, explicó que “en medio de una segunda ola del virus, cuarentenas, restricciones, entre otras medidas, va a ser difícil que haya una inflación muy persistente porque el consumo de los hogares va a estar muy frágil, disminuido”.