En Valledupar, un grupo de empresarios creó la plataforma La Caja de Música Live, que en medio de las restricciones de la pandemia, ha mantenido activos conciertos de artistas del vallenato que congregan a miles de espectadores, que pagan por verlos.

En el fondo se ve iluminado el monumento de La Ventana al Mundo de Barranquilla. Las calles de los alrededores están vacías por cierres viales para evitar aglomeraciones. Se encienden las luces, suena el bajo, suena el acordeón. En un par de horas se acaba el 2020. En el imponente escenario aparece Silvestre Dangond, el aclamado cantante vallenato que con traje rojo y tenis blancos, arranca el lanzamiento de su nuevo álbum, ‘Las locuras mías‘. Frente a él, un set de cámaras, transmitiendo en vivo el concierto.

Un concierto que siguen miles de espectadores principalmente en el Caribe colombiano, pero también en distintos países del hemisferio occidental. Detrás de una de las consolas, el ingeniero de sonido Carlos Mario Barranco está maniobrando teclas y botones tratando de que todo salga bien. ‘La Caja de Música Live’, la plataforma que cofundó, es el escenario escogido para el multitudinario evento virtual.

Con ese ambiente, luego de turbulentos meses con medidas de restricciones que congelaron del todo a la industria de producción de eventos, los creadores de ‘La Caja de Música Live’ acumulaban el evento número 18 en medio de la pandemia, en el que lograban, de nuevo, algo que pocos empresarios de eventos consiguieron: que miles de espectadores paguen por ver un concierto virtual.

Silvestre Dangond hizo dos conciertos virtuales con La Caja de Música Live: ambos provocaron euforia entre sus seguidores. Foto: Instagram de Silvestre Dangond.

La entrada para acceder a la transmisión del vibrante espectáculo de Silvestre Dangond tuvo un costo de US$40, más US$3 de comisión para la plataforma que vende las boletas. Se estima que detrás de las pantallas había más de 100.000 espectadores, incluyendo a familias y grupos de amigos, que desde el encierro y el distanciamiento social, se congregaron para recibir el nuevo año al ritmo de vallenato.

“Las personas que trabajamos en el mundo de la producción no hemos recibido ningún tipo de ayuda, ni aparecemos en ningún lado. Así que estábamos buscando la manera de ayudar a bastantes personas cuando empezaron las cuarentenas”, cuenta a Forbes desde Valledupar el cofundador de La Caja de Música Live, Carlos Mario Barranco. “Buscamos la manera de subsistir en esta temporada y reinventarnos”.

Detrás de La Caja de Música Live también están los empresarios Camilo Daza, Brayan Cuadro y Eduardo Montero, que junto a Barranco -ganador de un Latin Grammy-, se propusieron crear espectáculos monetizables en la mitad de las cuarentenas estrictas, cuando los artistas también estaban preocupados porque no veían una reapertura pronta y desgastados de hacer conciertos acústicos desde sus redes sociales sin recibir ningún tipo de ingreso.

“Esto ha sido una bendición. Nos ha traído muchas sorpresas y alegrías a miles de personas”, expresa a Forbes el cofundador de La Caja de Música Live, Carlos Daza. “Hemos sido afortunados de estar en Valledupar y contar con el apoyo del género vallenato y sus músicos”.

Carlos Mario Barranco, cofundador de La Caja de Música Live. Foto: Cortesía.

El primer concierto fue la noche del 15 de mayo, con una audiencia de 1.200 personas, con Jean Carlos Centeno, un cantante vallenato que ha levantado una carrera como solista y que en sus inicios fue parte de la agrupación Binomio de Oro.

Para poder hacerlo, hicieron decenas de reuniones vía videollamadas y mandaron cartas a las autoridades explorando qué se podría hacer, hasta que el alcalde de Valledupar, Mello Castro González, expidió un decreto que permitía adelantar este tipo de iniciativas como una medida de reactivación económica.

Uno de los mayores golpes para la economía de esta ciudad musical fue tener que suspender el Festival de la Leyenda Vallenata, que anualmente mueve en la economía local cerca de $40.000 millones y que en 2020, aunque estuvo lejos de recuperar esa dinámica, tuvo una edición virtual producida por La Caja de Música Live.

El vallenato, que fue declarado patrimonio inmaterial de la humanidad por la Unesco y tiene un fuerte arraigo en Colombia, tiene como epicentro a Valledupar, una urbe en la que habitan miles de acordeoneros, compositores, cantantes y músicos en general.

“Es triste ver la situación de muchos”, relata Barranco. “El inicio no fue fácil porque haciendo estudio de mercado, la gente decía ‘para eso lo veo en YouTube o lo veo después’, pero un concierto vallenato es igual que un partido de fútbol, no es lo mismo verlo en vivo”.

Ha habido en el mercado colombiano otras iniciativas en el mismo sentido, como el concierto de los cantantes de música popular Jessi Uribe y Paola Jara a mediados de año, así como los conciertos virtuales de Morat, Manuel Medrano, Axel y Gusi en Rappi.

La Caja de Música Live ha llegado a más de 300.000 personas en 250 ciudades. Para un concierto normal requiere del trabajo de al menos 25 personas, pero para el último de Silvestre Dangond, el andamiaje completo requirió de un equipo de 300 personas. Las marcas también quieren estar en los conciertos: se han subido como patrocinadores Diageo, con su whisky Old Parr, Claro Música, Tecnoglass, Aguardiente Antioqueño y la Alcaldía de Barranquilla.

Para 2021 no descartan explorar conciertos de otros géneros musicales. “Tenemos mucha expectativa, sabemos que esto va a continuar”, afirma Barranco. “De pronto veremos más adelante no solo haya shows virtuales, sino shows virtuales con alternancia”.