Para los expertos consultados por Forbes, aún no hay razones para hacerlo. Dicha operación debería considerarse solo en caso tal de que las otras opciones de financiamiento del país estén totalmente cerradas -algo que no ha sucedido-.
Recientemente el senador, Gustavo Petro, en entrevista con Semana puso sobre la mesa una propuesta que suele ser recurrente en el debate público, que el Banco de la República emita dinero para prestarle directamente al Gobierno y dárselo como apoyo económico a las familias y empresas que más lo requieren tras el choque de la crisis actual por el coronavirus.
Según el senador, el Banco Central emitió $24 billones durante 2020, los cuales fueron a parar a la banca privada, en lugar de dárselo de manera directo al Estado para ayudar a los colombianos que más lo requieren en estos momentos.
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Dado que en medio de la crisis dicha propuesta ha sido frecuente, tanto desde el Ministerio de Hacienda como desde el Banco de la República se ha dicho en varias ocasiones que ese es un mecanismo de última instancia, que primero hay que agotar otras fuentes de financiación antes de pensarlo.
Para la mayoría de expertos consultados por Forbes, imprimir billetes para dárselos directo al Estado no serían una solución a la crisis, pero ¿por qué?
Las razones para no hacerlo
Para Martha Elena Delgado, directora de análisis macro y sectorial de Fedesarrollo, Colombia no necesita realizar dicha operación. El país tiene abiertos los canales internacionales de crédito y todavía tiene recursos que no ha ejecutado del año pasado, dijo la experta al agregar que el crédito directo al Gobierno causaría un costo institucional alto porque enviaría una señal a los mercados de la pérdida de independencia de las instituciones y “en realidad el beneficio no sería mayor”.
Al afectar la institucionalidad del Banco de la República está en juego la credibilidad de la entidad, del esquema de inflación objetivo y, por tanto, “la confianza de los inversionistas locales e internacionales en el peso, se podría experimentar una devaluación de la moneda, salida de capitales, pérdida del grado de inversión, e incluso que los ahorradores en Colombia empiecen a cuestionarse si vale la pena guardar sus ahorros en pesos”, dijo José Ignacio López, jefe de investigaciones económicas de Corficolombiana.
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Sobre los efectos en la inflación, la directiva de Fedesarrollo dijo que si no se tiene cómo respaldar la emisión con bienes y servicios, con PIB, no servirían las intenciones de querer ayudarle a las personas con dichos recursos porque lo que verían en unos meses es que los precios subieron y volverían al estado inicial en el que estaban, uno en el que su ingreso les alcanzaba para comprar cosas limitadas.
“La inflación genera mucha desigualdad porque valoriza los activos de la gente que los tiene, pero además reduce el poder adquisitivo de los trabajadores, como son la mayoría de personas en Colombia, genera devaluación de la moneda porque los capitales se empiezan a ir si empiezan a ver que es una economía inestable y con incertidumbre”, dijo Delgado.
Daniel Velandia, jefe de estudios económicos de Credicorp Capital, quien coincide con lo expuesto, agregó que “los únicos bancos centrales de Latinoamérica que emiten monedas para financiar a sus gobiernos son Argentina y Venezuela”, países con alta inflación y complicaciones económicas importantes.
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Diferencia entre emitir para el Gobierno vs. las medidas de liquidez del Banrep en la crisis
Vale recordar que más allá de la reducción histórica de tasas de interés al 1,75%, el Emisor dispuso de acciones conjuntas para irrigar liquidez de manera transitoria y permanente en la economía como la compra de títulos de deuda pública y privada, subastas de cobertura de dólares, reducción del encaje bancario, entre otros mecanismos para ayudar a paliar la crisis.
Teniendo en cuenta lo anterior, cabe preguntarse qué tanta diferencia habría entre emitir para prestarle al Gobierno vs. la emisión que ya se hizo para entregarle mayor liquidez al mercado en medio de una de las peores crisis recientes. Esto dicen los expertos.
Para Delgado, de Fedesarrollo, “las medidas de liquidez son completamente diferentes, uno quiere pasar por el canal financiero para reducir el costo del crédito y así hacer que las personas puedan (…) solicitar sus créditos, continuar con sus consumos y decisiones de inversión”.
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Pero, ¿por qué hay que pasar por el sistema financiero?, según la experta, se debe recordar que este asigna y recoge el riesgo de la intermediación financiera que en otras palabras es que el banco presta el dinero y si no pagan, la entidad lo asume, “otra cosa es cuando uno hace emisión monetaria que no tienen ningún respaldo de ningún lado, ni para diversificar riesgo, ni generar ningún tipo de crecimiento económico, etc”.
Según Velandia, la gran diferencia es que las medidas de liquidez que adopta el Banco Central no son financiamiento directo al Gobierno, es decir, “no genera un impacto ni sobre el Gobierno, ni sobre la liquidez de mercado. Imprimir billetes no es una política viable porque se estaría financiando gasto público y esa no sería la forma correcta de hacerlo”.
De acuerdo con el directivo de Corficolombiana, la diferencia de las medidas de liquidez ya adoptadas como la compra de títulos de deuda pública y privada es que no es una emisión basado en la necesidad de aumentar el gasto o con preocupación de tener un programa específico de subsidios, sino que son emisiones que pasan por el mercado porque hay intercambio de títulos, y están planteados con el objetivo de restaurar la tranquilidad en los mercados financieros para que el canal de crédito siga activo.
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En lo anterior, detalló López, hay un objetivo disciplinado por los mercados, en el caso contrario, al “tener una emisión para financiar gasto no habría disciplina de los mercados, sino la que decida el Banrep y el mismo Minhacienda de decir hasta cuándo quieren o no emitir. Es decir, es una decisión completamente política y el objetivo no sería consistente con la operatividad del Banco de la República, sino llenarle un hueco al erario público, lo que en últimas convertiría a la política monetaria en una ayuda más de la política fiscal porque el tamaño del gasto público sería el que determinaría el tamaño de la emisión”.
En últimas, los expertos coinciden en que emitir para prestarle directo al Ejecutivo debería ser la última opción en caso de que hubiera un cierre completo de los mercados y el Gobierno no pudiera ir en búsqueda de otras opciones de financiamiento para cubrir sus gastos. Algo que ni en los momentos más complejos de 2020 ocurrió, detallaron.