Andrés Vejarano, abogado que ha acompañado a varias startups colombianas, entrega algunas pautas legales que deben tener en cuenta las compañías de base tecnológica.
Desde cuando era estudiante universitario, el abogado Andrés Vejarano emprendió y junto a la curiosidad que tenía de aprender sobre las empresas de sus amigos emprendedores, entró a Andi del Futuro, donde empezó a conocer muchos emprendedores de varias partes del país e industrias, desde su rol como líder gremial y parte del consejo asesor, la junta directiva y el comité de política pública.
Ahora, en su ejercicio profesional y liderazgo desde Verajano & Calderón no solo ha comentado y apoyado en la redacción de varios proyectos de ley y documentos de política pública empresarial, sino que también se ha vuelto inversionista, siendo Managing Partner de Invictum Capital. Hace poco, lideró el Manifiesto del Ecosistema Emprendedor en Latinoamérica. Todo esto, lo hace conocer el emprendimiento desde varios ángulos.
“El derecho en el ámbito empresarial hay que conocerlo, para saber cómo estructurar, desarrollar y hacer negocios. Cada aspecto de la actividad empresarial, tiene consideraciones jurídicas y como consecuencia, frentes administrativos”, le dijo a Forbes. “Cada contrato que se firma, imprime cargas operativas y eficiencias o deficiencias en los procesos internos, lo cual puede hacer la diferencia, no solo en sus finanzas, sino también en la capacidad de escalar rápido o evitar traumatismos por falta de entendimiento y claridad con sus partes de interés; al final, los negocios son solo relaciones entre partes”.
Para Vejarano, en Colombia muchos fundadores se “toman el tema legal a la ligera que porque son startups y luego arreglan” y porque “muchos piensan que los abogados se llaman cuando hay problemas”.
“El abogado debe ser pensado como el partner que les ayuda a pensar los negocios y no solo hacer que funcionen, claro, manteniendo el dinamismo de una startup, sino que también, que les ayude a pensar la eficiencia de sus procesos internos, su sostenibilidad y fortaleza, administrando o advirtiendo de los riesgos que sus actos u omisiones implican”, complementa.
Este emprendedor, inversionista y abogado, ha visto la evolución que desde las firmas legales ha habido en el mercado colombiano para acompañar a las startups, aunque advierte que aún predomina la forma tradicional y de producción masiva.
“El abogado debe ser el mejor aliado estratégico de los fundadores. Hay que ser claros también, que, en cuanto a lo tradicional o masivo, hay cosas que no requieren de mayor especialidad o ajuste a la medida, pero cuando hablamos de desarrollo y acompañamiento estratégico con la empresa, ahí fallan”, anota Vejarano. “Una empresa que se mueve rápido y que pretende modelos disruptivos, requiere eso y a veces, incluso contacto con las autoridades; por eso la actividad gremial y el contacto con el Gobierno, el Congreso y la política pública, también son esenciales”.