El exgerente general de Empresas Públicas de Medellín (EPM), Álvaro Guillermo Rendón, habló con Forbes sobre su salida, la relación con el alcalde de Medellín y cómo queda la empresa para continuar sus proyectos clave.
La repentina salida de Álvaro Guillermo Rendón de la gerencia general de Empresas Públicas de Medellín (EPM) continúa generando todo tipo de reacciones no solo en Antioquia, sino en el resto del país. Su dimisión se dio luego de un año de estar en la organización, en la que logró consolidar la toma de operación de un segmento en el que se dividió Electricaribe, así como avanzar en el desarrollo de Hidroituango, el proyecto energético más importante de Colombia.
En diálogo con Forbes, Rendón cuenta los detalles sobre su salida de la empresa, la difícil situación con el alcalde de Medellín Daniel Quintero, la firma de un contrato con el abogado Jaime Granados y los riesgos que se desprenden de esta crisis de gobierno corporativo. En sus palabras, es momento que de que la independencia llegue a la gerencia de la empresa y se trace un claro objetivo de recuperación de la cultura organizacional.
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¿Cómo se da su salida de la gerencia de EPM y cómo están hoy sus relaciones con el alcalde?
Es una salida inesperada. Cerramos un año con un extraordinario balance y (el alcalde) llegó a decir que era un magnifico trabajo, con muy buenos resultados. Sin embargo, me pidió que me hiciera a un lado. No me dio mayores explicaciones, pero quería tener en la gerencia una persona que lo siguiera más. Él entendió que de pronto yo le estaba truncando la comunicación con la empresa y no eran otros que los que otorga el gobierno corporativo. La autonomía defendida en el municipio de Medellín y EPM se rige a esas reglas. Yo termino diciendo que cuando asumí le agradecí al honor, pero le dije lo asumía con mi esencia, que es conformé a la ley y a mis principios. Cada vez que él me llamaba para hacerme una propuesta, si yo veía que tocaba algo de esa línea, inmediatamente le decía que no estaba dispuesto a aceptarlas. Eso seguramente fue un poco edificando la relación alcalde – gerente, pero no como tan determinante para que pasara lo que pasó.
Sí hay un último hecho y fue un reclamo que le hice al alcalde directamente por el comportamiento de la secretaria privada de la Alcaldía, que estaba interfiriendo en la organización. Eso creería que lo impulso a tomar la medida que terminó tomando.
¿De qué manera la secretaria privada de la Alcaldía de Medellín se incluyó en las decisiones de EPM y como eso afectó su relación con el alcalde?
La secretaria privada acompaña siempre al alcalde a las sesiones de la junta. No sé que tan importante sea que eso ocurra, o si lo han hecho en el pasado, pero evidentemente siempre vino acompañado de esta señora María Camila Villamizar. Aprovechando esta circunstancia, el alcalde también le pidió a la junta para que participara en los comités de la junta, con algunos otros secretarios. Eso fue darle largas para que un día se fuera incluyendo más en la organización. Después se encontró con dos vicepresidentes que estaban muy alineados con el alcalde. Ahí fue el camino expedito para intentar construir decisiones que finalmente me llevaron a mi a reaccionar como reaccioné: ahí le pedí al alcalde que no tenía más interlocución con María Camila Villamizar.
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Se habla que a el alcalde no le gustaron una serie de decisiones que usted tomó, entre ellas de un contrato por $1.000 millones con el abogado Jaime Granados, ¿fue así?
Ese tema de los honorarios es un reparo que están buscando hacer como retaliación de lo que estoy haciendo, pero está plenamente justificado. A mi llegada a la gerencia advertí que así como hay riesgos técnicos, mitigados o reducidos a la misma expresión, hay unos muy visibles en lo jurídico, en relación con el proyecto Hidroituango.
Nosotros tenemos unas demandas que han promovido contra la organización y que son muy cuantiosas. Por su puesto en estos debates hay pretensiones muy adelante y para salir se necesitan los mejores abogados. Le puedo decir que para el presupuesto que tiene Hidroituango, con un valor de $16 billones, reconocerle esos honorarios a Jaime Granados es porque son ese valor. Realmente son, incluso, por debajo del mercado. Solo tengo tranquilidad.
¿Y frente a la reorganización societaria que hizo Camargo Correa, una empresa del consorcio de Hidroituango?
Eso es otro tema que adelantó la señora María Camila Villamizar, que buscaba identificar un problema que se presentó en el año 2018, cuando la firma Camargo Correa se vio abocada a hacer una división de sus empresas, y le notificó al Grupo EPM que estaba haciendo esa separación para que le dieran la autorización. Cómo a los días vino al contingencia, ellos tuvieron que abortar el tema y es hasta ahora que se va a firmar una nueva modificación. Ese cambio de 2018 generó unas señales importantes y ayer se confió un documento de partes para poner fin a la discusión.
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Camargo Correa reconoce que para efectos de las relaciones, no es la naciente empresa la que se debe integrar al consocio, sino la original. La situación mía como representante legal no estaba comprometida, porque esa actividad se delegó en cabeza del vicepresidente de proyectos, de tal suerte que tener una responsabilidad en ello es muy difícil.
¿Cree que con su salida, y sin un horizonte claro, se podría dar un retraso en la entrega de Hidroituango en 2022?
No. Yo no tengo esa preocupación, indirectamente podría venir si llega a haber una reacción de mercado, si hay limitación de recursos. Pero en este momento la caja del proyecto es bastante buena y no veo esa incidencia.
Pero entonces no le preocupa que se puedan retrasar proyectos de EPM o quizás el plan de inversiones por esta crisis institucional…
La empresa tiene una liquidez bastante importante. Unos recursos asegurados para financiar el presupuesto del año. No vemos esa incidencia, como tampoco está siquiera observado o declarado la crisis o si han reaccionado algunas de las empresas de la comunidad financiera.
Tras la gestión de EPM, qué llamado le hace a la ciudad y al alcalde para recuperar el gobierno corporativo de la empresa?
Le digo al alcalde que es presidente de la junta directiva que lidere personalmente este diseño y evaluación de la cultura de gobierno corporativo. Y que la profundicemos, para que pongamos muy a tono (la empresa) con las últimas reglas en el mercado financiero nacional e internacional. Esa cultura es importante y se propicia en la medida que el alcalde reaccione positivamente. Sin permiso de ello, ya el Grupo EPM quedó obligado, tras un convenio con el BID, a trabajar fuertemente en construir metodologías que ayuden a este ejercicio en común.
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Yo le digo al alcalde que nos apoye en la cultura de gobierno corporativo. Ya hablándole al amigo, de Álvaro a Daniel, que es muy importante que él también reaccione, que se conecte con todos los actores de la sociedad, con todos los testamentos de la sociedad.
¿La junta venía presionando para que se diera su renuncia?
De manera alguna, ninguno de los miembros me lo dejó saber.
¿Desde cuando se venían distanciando las relaciones con el alcalde?
Es que el alcalde de hoy, no es el amigo de siempre, entonces cuando lo abordé como alcalde ya tenía otra postura, y debe ser por la carga de trabajo, pero fue un cambio muy abrupto. Quisiera invitar al alcalde que reaccione, que se ponga el traje del amigo para gobernar la ciudad. Estoy seguro que le iría muy bien. Es inteligente, tiene programa, tiene ideas, conoce la ciudad, está muy bien preparado para hacer el trabajo con inmenso liderazgo.
¿Qué perfil debe tener el nuevo gerente que llegue a la compañía?
El perfil no es lo importante, sino que la independencia llegue a la gerencia. La organización tiene un equipo interdisciplinario con enormes capacidades. Cualquiera de ellos puede llegar, pero que se garantice la independencia debe ser la regla de oro. Sea el perfil que escoja, lo primero que se debe tener es la evaluación de esa persona para que pueda profundizar en estas líneas. En estas reglas del gobierno corporativo.