El 70% de los taxis de Bogotá usan la aplicación, según el country manager de Cabify en Colombia, Manuel Torres, quien indicó a Forbes hacia dónde va la estrategia de la compañía.

La competencia entre plataformas digitales que intermedian el servicio de transporte cinco años atrás en Colombia se limitaba a estadounidense Uber y la española Cabify. Mientras que iban apareciendo nuevas opciones como Beat, Didi e Indriver, Cabify se fue volviendo fuerte en la integración de los taxis amarillos.

En parte, esta consolidación se dio por haber absorbido EasyTaxi, que previamente había adquirido a Tappsi. Fue tanto, que ahora 2.3 de cada tres taxis que circulan en Bogotá o el 70% de ellos, usan la aplicación de Cabify.

“El negocio del taxi está limitado a 54.000 cupos. Hay otras plataformas que les quitan comisiones u ofrecen otras condiciones, pero aún así, siguen con nosotros”, cuenta a Forbes Manuel Torres, country manager de Cabify en Colombia. “Estamos sumando flotas de taxi en todos los países en los que operamos, desencadenando nuestra misión de creer en la elección del usuario. Para cambiar las ciudades, debemos tener soluciones para todos”.

Con la presión de la adopción de las plataformas digitales por parte de los usuarios, los taxistas se han visto apresurados a digitalizarse, usando billeteras digitales como la de TPaga y buscando eficiencias en las rutas con aplicaciones como Waze. Los cerca de 27.000 taxistas que hacen parte de Taxis Libres, se están apoyando en ‘bots’ para conectarse con pasajeros vía Whatsapp, mientras que la plataforma china Didi, que compite con Cabify en dos segmentos, respaldada por firmas de capital de riesgo de alto nivel, también se ha vuelto una opción.

Cuando se establecieron las primeras cuarentenas de la pandemia del COVID-19, a pesar del encierro, con las restricciones a la movilidad se propulsó el uso de plataformas que intermedian el acceso a los taxis amarillos, porque era la única forma de acceder a un servicio particular. Cabify instaló cabinas de aislamiento en los vehículos y ofreció pruebas de COVID-19 a los taxistas.

Por los protocolos de seguridad que ha adelantado, hace poco les otorgaron la certificación Aenor, una auditoría de garantías sanitarias para socios conductores y pasajeros. El 50% de los viajes que se realizan en Cabify, según registros de la empresa, se hacen en vehículos con paneles divisores y el 95% de estos están equipados con kits de prevención.

Torres prevé que el 2021 “se parecerá al 2020” tomando como referencia el calendario más optimista que indica que gran parte de la población estaría vacunada a final de año. Sin embargo, desde esa compañía proyectan que crecerán 40% frente al año anterior.

Esto, manteniendo a la vez el servicio de camionetas blancas que ofrecen en el mercado colombiano desde hace seis años y el de vehículos privados, aún pendiente de regulación, por el que se pelean la mayoría de las aplicaciones.

Entre tanto, algo lamentable que les dejó el año pasado es que Voom (o Movo), el servicio de patinetas eléctricas de Cabify tuvo que pausar sus operaciones en Latinoamérica, por el golpe de la pandemia.

La novedad para sus metas de crecimiento será un nuevo vertical B2B para ser proveedor logístico con minivans, para el cual ya han empezado a hacer pruebas de envíos, que esperan que tengan mucha tracción por todo el auge que ha venido viviendo el comercio electrónico. Así mismo, están explorando otras opciones futuristas, como integrar vehículos eléctricos a su plataforma y ser proveedores de información con todos los datos de movilidad que procesan.

Frente al proyecto de ley que cursa en el Congreso para regular las plataformas que intermedian el servicio de movilidad, Torres se muestra a favor de lo que se ha adelantado, pero advierte que se debe buscar el balance de la competitividad en el mercado, actualizando también la normativa del taxi. “Tenemos un mercado desbalanceado”, sostiene. “No nos parece que se regulen los carros particulares y se descuide el taxi amarrillo porque tenemos un mercado desbalanceado”.