Forbes habló en exclusiva con Thor Björgólfsson -el más rico de Islandia, con una de las mayores fortunas de Europa y dueño del Fondo Novator Partners- quien llegó al país con 1.000 millones de dólares para su empresa Wom, el cuarto operador de telecomunicaciones. Explica cómo se piensa llevar el 25 % del mercado, tal como lo hizo en Chile, cómo se levantó de la quiebra, la cuestionada subasta que le dio la posibilidad de operar en Colombia y de sus competidores.

De un ascensor que se abre sale un hombre alto, vestido con un traje azul intenso y gafas oscuras. Camina por el sitio rodeado de paredes moradas, y en la mitad, una escultura en tamaño gigante de una mano con los dedos meñique e índice apuntando hacia el techo, mientras los otros se recogen, haciendo la figura de unos cuernos. Huele a nuevo en las oficinas en el norte de Bogotá de Wom, sede del operador móvil entrante en Colombia.

En ese momento había llegado el dueño de todo lo que había ahí: Thor Björgólfsson, uno de los hombres más ricos de Europa y el más rico de Islandia, quien inició su visita exprés de 48 horas a la capital del país para revisar cómo va avanzando su nueva apuesta en Colombia y su segunda gran inversión en América Latina después de la que ya hizo en Chile.

Realmente se trata de un regreso porque unos días antes de que iniciaran las cuarentenas por el avance del coronavirus ya había visitado Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla y Cartagena. “Es un país muy intrigante, lo que más me ha interesado es lo diferente que es de lado a lado”, dijo Björgólfsson a Forbes Colombia en una entrevista exclusiva. “Trabajan duro. Nosotros que invertimos en muchos países, una tarea típica que asignamos es abrir diez tiendas nuevas en cuatro semanas, esperando que abran siete u ocho. Pero en Colombia abrieron 12. En realidad sobre cumplen”.

Lo que vino al regresar a Londres después de aquella visita fue un encierro a las afueras de la ciudad por varios meses. Cinco días después de aterrizar, detectó que había contraído coronavirus. “Yo que siempre estoy buscando probar las cosas de primero, terminé siendo también uno de los primeros con el virus”, bromea.

Björgólfsson, de 53 años, con un patrimonio neto de US$2.300 millones y dueño del fondo Novator Partners, con sede en Londres, se considera un ‘adicto a los tratos’ y sus inversiones en telecomunicaciones en las últimas dos décadas han sido explosivas. Wom, la marca que está introduciendo en Colombia, fue lanzada en Chile en 2015 y en cinco años ha capturado el 23 % del mercado, que equivale a seis millones de usuarios.

“No se trata de caer, es cuestión de qué tan rápido puedes volver a levantarte”, anota Thor, quien hace una década perdió el 99 % de su fortuna. “No hay que centrarse en el pasado, sino en el futuro, recordando lo que has hecho. Probar la experiencia con el optimismo, abordando los problemas una y otra vez sin rendirse. Solo tienes que decidir que volverás a subir sin importar lo que tome. Pensarlo no es el problema, es la decisión. Cuando hayas tomado una fuerte decisión de volver a levantarte, las acciones se volverán más fáciles con el tiempo”.

“Es muy difícil tratar con las tres empresas [Claro, Tigo y Movistar], en serio nos están dificultando la entrada, de lo cual no me quejo ni lloro porque ese es su trabajo”, le dijo Thor a Forbes. Foto: Andrés Rodríguez / Forbes ®.

Hacia 2007 había solo 250 personas en el mundo más ricas que él, que es el primer y único multimillonario de Islandia. Su fortuna de, para entonces de US$4.000 millones, la había forjado con negocios en países como Rusia, Bulgaria y Estados Unidos, con inversiones en más de 40 empresas. Su jet privado Challenger 600 se lo prestaba a personalidades como Mikhail Gorbachev, quien fue presidente de Unión Soviética y, para celebrar sus 40 años, llevó a 120 amigos a una fiesta privada en Jamaica en la que cantaron 50 Cent y Ziggy Marley.

En medio de la turbulencia económica mundial de 2008, un lunes de octubre se despertó en Islandia casi en bancarrota. Su moneda no tenía valor, la bolsa de valores estaba cerrada y el segundo banco más grande del país, Landsbanki, del que Thor era uno de los mayores accionistas, terminó declarándose en quiebra.

En la pequeña isla de 350.000 habitantes, ser Thor llegó a ser un infierno. Sus coterráneos lo volvieron símbolo de la crisis y lo culparon de hundir el país con sus negocios en el extranjero. En su casa en la capital del país, Reykjavik, pintaron su cara con grafiti deseándole la muerte y bañaron de pintura su camioneta. Sus acreedores también estaban furiosos. Sus empresas debían US$10.000 millones, de los cuales casi US$1.000 millones él los había garantizado con su fortuna personal. En su autobiografía Billions to Bust – and Back, Thor compiló no solo como volvió a recuperar su riqueza, sino algo que también le costó: su reputación.

El comienzo y la quiebra

El inicio de su carrera en los negocios empezó a ocurrir después de emprender en Rusia un negocio de bebidas y otro de cerveza durante la década de los 90 tras el colapso de la Unión Soviética. Alcanzar el éxito en medio de semejante crisis lo hizo objeto de acusaciones de haber tenido presuntos lazos con la mafia rusa, lo cual niega. Ganó tanto mercado que su cervecería Bravo fue comprada por Heineken en 2002, transacción de la que obtuvo US$100 millones.

De ahí siguió una racha de acuerdos, con la estrategia de adquirir activos y manejarlos hasta llevarlos a una posición de liderazgo en la que el pudiera salir, básicamente vendiendo. Para ese momento, cualquier banco quería prestarle plata y algunos de la talla de Deutsche Bank, se peleaban por ser los únicos en estar en sus transacciones. Fue de esa manera como pudo comprar, junto a su padre, el 46 % del banco Landsbanki de Islandia, para lo que usó recursos propios y también prestados.

En su momento cumbre, en 2005, apareció en la portada de Forbes Estados Unidos como uno de los nuevos multimillonarios en el mundo y en 2007 fue protagonista de una de las más importantes transacciones de Europa ese año: la compra de la farmacéutica Actavis, por US$7.300 millones, apalancándose principalmente en préstamos de Deutsche Bank. Al año siguiente, los mercados financieros se cerraron y el desembolso del préstamo quedó congelado, al tiempo que Actavis tuvo inconvenientes regulatorios en una de sus plantas en Estados Unidos, que la llevó a retirar todos sus medicamentos.

Los accionistas de Actavis tenían que aportar más efectivo, así que Thor pidió prestados US$230 millones a su banco en Islandia, que le giró los últimos recursos en septiembre de 2008, unos días antes de que Islandia se fuera al piso.

El huracán apenas iniciaba. En esos días perdió sus participaciones valoradas en US$1.800 millones en cuatro empresas, incluyendo Elisa, una firma de telecomunicaciones finlandesa y la empresa de ropa deportiva Amer Sports. También perdió un 25 % de Play, el operador móvil que tiene en Polonia, pero logró conservar otro porcentaje. Además, había sido garantía para deudas de US$350 millones de su padre, que también se declaró en quiebra.

Björgólfsson no quería repetir la historia de su bisabuelo (que fue también el hombre más rico de Islandia) y su padre, que terminaron en bancarrota. Así que, con un arsenal de abogados, consultores y banqueros de inversión, armó el denominado ‘Proyecto Darwin’ para reestructurar sus deudas de aproximadamente US$1.000 millones.

La hazaña de Thor es que logró saldar la deuda. Rastrearon todos sus activos, lo obligaron a vender su yate, su jet privado, algunas de sus casas y su Ferrari para demostrar su intención. La mayor parte de los recursos aparecieron más delante de Actavis, que se alejó de su devaluación y Play, de las que los prestamistas empezaron a obtener dividendos y se quedaron con la mayor parte de las ganancias en caso de que ocurriera una venta. Thor pudo negociar para retener una parte de las compañías alineándose con las expectativas de los bancos y reconstruyendo lentamente su imperio.

Con mucha más cautela, pudo ir haciendo nuevas inversiones estratégicas. “Como un animal que aprende en la jungla”, expresó Björgólfsson en 2015 a Forbes, “realmente estoy tratando de aprender algo de esto”, al señalar que en adelante no usaría tanta deuda, que se limitaría a sectores que conoce bien, como las telecomunicaciones y los productos farmacéuticas, e intentaría invertir con socios. Ese mismo año tuvo un espectacular regreso al listado de multimillonarios de Forbes, en el que no aparecía desde 2008.

Los negocios de Thor


Hoy, las inversiones de Novator Partners, que Thor fundó como su vehículo en 2004, siguen manteniendo al operador móvil polaco Play, a la farmacéutica Actavis, así como se han sumado la firma de videojuegos CCP, la plataforma de ciclismo Zwift, la plataformas de comercio electrónico Nova y el operador de telecomunicaciones Wom, que ha conquistado Chile y ahora quiere marcar terreno en Colombia.

“Latinoamérica es un libro que apenas estamos comenzando, solo hemos invertido en telecomunicaciones, pero también nos gustaría buscar más empresas de rápido crecimiento que tengan el mismo perfil que las que ya tenemos, expandiendo nuestra área de capital de riesgo”, apunta Thor a Forbes. “Vemos que están saliendo empresas de aquí. Un ejemplo fantástico es Rappi que fue cocreada por colombianos, y en Chile hay otra llamada Notco. Podríamos empezar a meternos en empresas de ese tipo, que encajan muy bien con las telecomunicaciones”.

Thor aparece en la portada de la revista Forbes Colombia de febrero de 2021.

Novator Partners cerró en diciembre una inversión en la fintech inglesa Monzo, inyectó capital a la aclamada fintech de pagos Stripe y la plataforma para ciclistas Zwift, en la que los usuarios corren en pistas desde la sala de su casa y que ha tenido un auge inusitado en las cuarentenas. “Zwift lo está haciendo fenomenal. Hay más de un millón de personas interactuando entre si mientras manejan bicicletas, esto no era posible hace unos años”, sostiene Thor. “Lo que vemos es que durante la pandemia las personas se están poniendo más en forma que antes, en lugar de simplemente comer o mirar televisión. Queremos ser parte de este tipo de evolución con el comercio, el ejercicio y la comunicación en general”.


Thor se ejercita así mismo. En internet aparecen fotos suyas en playa junto a David Beckam con sus músculos al descubierto. Él alega que pasa mucho tiempo en el gimnasio y que levanta pesas con su hijo mayor, que quiere seguir haciendo deportes al menos durante los próximos 25 años y que frecuentemente busca actividades que pueda hacer en familia. “Hago mucho esquí, pesca, caza y motociclismo. Excepto el motociclismo, son cosas que podemos hacer en familia”.
Aunque no puede rodar con sus tres hijos juntos, a su esposa, Kristin, si la ha llevado a recorrer ciudades a bordo de lujosas motocicletas. Su afición por estos vehículos lo llevó a comprar acciones en Polaris, propietaria de la marca norteamericana motocicletas Indian.

Por ahora, su brazo en América Latina es un ejecutivo irreverente que no tiene oficina y se sienta en cualquier puesto. Chris Bannister, a quien en Chile lo conocen como ‘Tío Wom’, consolidó la marca en ese mercado y ahora se ha mudado para ser el CEO de Wom Colombia. Se conocieron en una subasta del espectro de Polonia, donde Chris trabajaba para otra compañía, pero Novator ganó la subasta. Thor lo llamó a una reunión en Londres y desde entonces han trabajado juntos.

Chris Bannister, CEO de Wom Colombia, es el brazo de Thor en América Latina. Foto: Wom.

“Es un verdadero emprendedor, una persona con una gran visión de los negocios, con una gran experiencia para crear compañías exitosas con un enfoque diferencial”, refiere Bannister sobre Thor. “Ejemplifica el poder del pensamiento positivo y de las oportunidades que se pueden generar en momentos de adversidad”.

La estrategia de Wom y Play, descrita por Thor, es buscar a esos clientes que están descontentos con lo que tienen. “Cuando escoges una compañía es porque escoges alguien de tu lado con tus valores, porque se asocia contigo. No es como ir a un supermercado en el que hoy compras Pepsi y Coca Cola mañana. En telecomunicaciones construyes una relación por años, es como una familia que te envuelve mucho. A los clientes les preguntamos qué están buscando, qué no obtienen, cómo los obtenemos y cómo los mantenemos”.

Aunque compiten en el mundo con gigantes como Vodafone, T-Mobile, Telefónica Movistar y América Móvil con Claro, Thor dice que en sus empresas promueve una cultura rápida, que sea una cultura “como la de un campus universitario”, siempre buscando lo nuevo que quieren ser. “En nuestra empresa el CEO no tiene oficina, se sienta con los demás, la línea de comunicación es totalmente diferente a lo que ves en grandes multinacionales”.

‘No me quejo ni lloro’

Pero el aterrizaje de Wom en Colombia ha sido extraño. Para poder construir su infraestructura, en la subasta del espectro de 2019 de la banda de 2.500 MHz, Novator Partners ofreció $1.74 billones por uno de los bloques de 10MHz, 10 veces más de los $170.000 millones que estaba valuado. Semanas después el Gobierno de Colombia admitió la renuncia de Partners a ese bloque, pero los obligó a pagar una multa de $47.000 millones.

“Fue realmente desafortunado”, afirma Thor en esta entrevista, en la que por primera vez habla públicamente sobre este episodio. “Fue un error que cometimos como participantes de la subasta. Los organizadores de la subasta también cometieron un error. Nos decepcionó mucho nuestra propia gente, nos decepcionó mucho la gente que estaba en la subasta, pero estos errores te suceden. Entonces dijimos: ¿quién asume la responsabilidad de estos errores? Lo encontraremos más tarde, se solucionará en el futuro, pagamos la multa y seguimos adelante porque tenemos cosas más importantes que hacer”.

Wom adquirió Avantel -que estaba quebrada- e hizo su lanzamiento, aunque ha tenido que lidiar con algunas quejas de los otros operadores, que han estado atendiendo el Ministerio de las TIC, la Comisión de Regulación de Comunicaciones y la Agencia Nacional del Espectro. “Es muy difícil tratar con las tres empresas, en serio nos están dificultando la entrada, de lo cual no me quejo ni lloro porque ese es su trabajo”, señala Thor.

Las autoridades ya definieron que Wom es operador entrante y ahora está proclamando sin reservas que va por el 25 % del mercado que lideran Claro, Movistar y Tigo en los próximos cinco años, con una inversión de US$1.000 millones.

“Seguimos avanzando en el despliegue de nuestra red 4G a nivel nacional, finalizando el mes de febrero tendremos 1.100 antenas instaladas, de las cuales 150 estarán ubicadas en zonas rurales del país en poblaciones que tendrán conectividad por primera vez”, explica el CEO de Wom Colombia Chris Bannister. “Con el próximo lanzamiento de nuestra oferta comercial comenzará este gran reto, pero al final los colombianos son quienes decidirán si merecemos ese 25 % del mercado”.

Desde una visión más global, entre tanto, Thor advierte que, aunque las compañías de telecomunicaciones atienden las fuertes regulaciones y construyen la infraestructura, “la mayor parte de los ingresos y el valor se está yendo a las empresas de software. Amazon, Google, Facebook, ellos recaudan todos los ingresos y los clientes, igualmente Whatsapp, nosotros solo una fracción” y continúa: “Como todas las amenazas para tu industria, tienes que evolucionar, tienes que construir tuberías más grandes, tener velocidades de datos más rápidas. Si lo piensas las empresas de telecomunicaciones están más reguladas, pero se avecinan muchas más regulaciones para las redes sociales a nivel mundial”.

Thor Björgólfsson, que en los negocios ha tocado el cielo y el infierno, advierte que puede ser peligroso cuando un empresario empieza a ganar reconocimiento que llegue a pensar que es mejor de lo que es. “Rodéate de gente buena, de gente en la que confías para tus negocios pero que también puedes elegir para que sean tus amigos, reunir personas para obtener buenos consejos”, dice. “De los emprendedores más exitosos que conozco son optimistas y creen en hacer lo que son capaces de hacer”.

El mercado en Colombia


Las inversiones del sector de las telecomunicaciones en Colombia venían decreciendo desde 2013 hasta 2019, cuando se aprobó la Ley de Modernización del sector TIC, que creó incentivos para nuevas inversiones.

En su arribo al mercado colombiano, Wom se encuentra con dos competidores que ya conoce en Chile; Claro, que tiene el 47 % del mercado y Movistar, que tiene el 24 %, y ahora suma a su radar a Tigo, que tiene el 18 % del mercado.

“Con bajos gastos operativos, su competencia no será Claro que opera con costos operativos muy bajos, lo serán principalmente empresas como Tigo y Movistar que cargan pasivos laborales públicos y una planta operativa alta frente a sus ingresos”, comentó a Forbes Jorge Negrete, presidente de Digital Policy & Law Group. Con su mercadeo extravagante, Wom maneja la estrategia más agresiva de precios en América Latina.

En este aterrizaje se ha dado una movida de todos los operadores contra Wom y paralelamente permanece la atajada de todos contra Claro, que hace poco fue declarado por las autoridades como dominante para los servicios de voz y datos móviles, lo cual desde Claro refutan.