La crisis del coronavirus llevó al comercio electrónico a registrar cifras históricas. Varias empresas se subieron al bus como una alternativa para mantenerse a flote, pero la rápida expansión de la industria dejó ver algunos puntos de quiebre. ¿Llegó para quedarse?

El coronavirus marcó sin duda un antes y un después para las ventas de comercio electrónico en Colombia. Antes de la propagación de la enfermedad, el país venía registrando un tránsito a la digitalización a una tasa de un dígito o incluso dos en sus mejores años. Hoy, casi 11 meses después, la dinámica se ha multiplicado por tres, con nuevos hábitos de consumo y una industria que día tras día no para de crecer.

El ‘boom’ que se venía registrando meses atrás de iniciar la pandemia se aceleró en 2020 por miedo a contraer el virus y al cierre de las tiendas físicas. Esto fue el principal catalizador para que los colombianos optaran por comprar más productos, bienes o servicios a través de las plataformas digitales, que aún sin estar preparadas desplegaron toda su operación para atender una ola que llegó para quedarse.

Lea también: Por qué el nombramiento de Andy Jassy indica que el futuro de Amazon es la nube y no el comercio electrónico

“Las circunstancias de crisis nos pusieron ante la realidad de la transformación digital”, le dice a Forbes María Fernanda Quiñones, presidenta de la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico. “Un crecimiento cercano al 25 % en ventas para el cierre de 2020 es muy positivo, pues el comercio tradicional vio una contracción del 6 %. El año sí representó un impulso muy relevante y una aprobación de lo que implican estas dinámicas empresariales”.

La aceleración de toda esta industria hizo que el país llegara a ventas que ascienden a los 5.386 millones de dólares en 2020, un aumento del 35 % respecto al 2019, según el más reciente informe de BlackSip.

Este crecimiento estuvo incluso por encima del promedio latinoamericano, que, según ese mismo estudio, detalla que el retail online vendió 83.630 millones de dólares al cierre del año pasado, una cifra que se traduce en un crecimiento del 31 %.

El mayor gasto en las ventas en línea no solo en Colombia y Latinoamérica, sino también en el mundo provocó que gigantes como Amazon, Mercado Libre e incluso, Alibaba, registraran crecimientos históricos en su operación. En todo este ecosistema de las ventas minoristas por internet, con consumidores dispuestos a comprar más y más productos, en las calles de Wall Street se vio cómo en tan solo un año las acciones de la multinacional de Jeff Bezos aumentaron 76 %, muy por debajo del 192 % que registró Mercado Libre.

“El año pasado experimentamos un crecimiento en ventas del más del 100 % en cada trimestre con un incremento de más de 3 millones de nuevos usuarios”, le dice a Forbes Juan Camilo Pachón, head de Marketplace de Mercado Libre Colombia.

Lea también: Cómo Mi Águila convirtió su firma de transporte en una de comercio electrónico en tiempo récord

“Para nosotros aceleró el crecimiento que traíamos y que eventualmente lo veíamos hacia adelante. Viendo a Latinoamérica como un todo, tuvimos clientes muy activos con un incremento en ventas para tercer trimestre del 31 %”, agrega Lina Monsalve, country manager de Dafiti Colombia.

“El comercio electrónico debe entenderse como una oportunidad de diversificación de la canasta exportadora, para que los empresarios puedan empezar a ofrecer sus bienes y servicios a un mercado global”.

María Fernanda Quiñones, presidenta de la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico

Las buenas cifras del 2020 muestran que esta misma tendencia seguirá en 2021, incluso cuando ya se optará por compras híbridas que varían entre tiendas físicas y digitales, dicen los directivos. Ahora que esta ola seguirá en crecimiento, y ya no solo millennials optan por comprar en estas plataformas, sino además los adultos mayores, las expectativas para el corto, mediano y largo plazo son prometedoras.

Así se puede ver en un estudio de la firma de análisis de datos Nielsen, en el cual se advierte que la contribución total del ecommerce para los retail continuará en crecimiento en los próximos tres años. De hecho, tras la expansión del negocio en 2020, la Cámara de Comercio Electrónico ya vaticina que este año se lograría un aumento en ventas del 16 % frente al año anterior, impulsado por las nuevas dinámicas de consumo, una mayor confianza del consumidor y una consolidación de las estrategias de omnicanalidad de las empresas.

Ricardo Gutiérrez, líder analítico de retail vertical en Nielsen Connect Colombia, explica que con los cambios en las dinámicas se tendrá que trabajar en la inmediatez y confianza. “Es y será el factor común de todas las estrategias de comercio electrónico”, dice, a lo que agrega que en este camino para seguir ganando terreno se tendrán desafíos en la construcción de confianza, en el impulso de la bancarización y en las nuevas promesas de valor, que ya no solo deben ser en físico, sino en la tienda virtual con nuevas experiencias que impulsen la compra y la recompra.

Los nuevos hábitos

Las más de 280 millones de transacciones digitales que se alcanzaron en 2020, según cifras de BlackSip, mostraron que los colombianos sí ajustaron sus hábitos y se atrevieron a comprar digital. Esta confianza se nota incluso cuando se ve el crecimiento del gasto per cápita en plataformas digitales, que pasó de $246.000 en 2016 a $557.000 en 2020, un alza de 125 % en cuatro años que muestra una mayor determinación por parte del consumidor.

Lea también: Aprueban los Conpes de comercio electrónico y de emprendimiento

“El comprador actual es un comprador mucho más informado. La pandemia les permitió a los colombianos hacer su primera compra digital, y ganar confianza para seguir haciéndolo”, explica Quiñones, de la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico. La directiva asegura que los hábitos de compra cambiaron, pues ya el consumidor no solo está optando por artículos como electrodomésticos, planes turísticos o ropa, sino además por productos de primera necesidad, medicamentos, y hasta productos de abarrotes.

Las nuevas tendencias muestran además que ya no son los más jóvenes quienes toman la decisión de compra, sino también los adultos mayores, quienes, por la pandemia, entraron al mundo digital, experimentaron y comenzaron a comprar más a través de lo virtual. Gutiérrez, de Nielsen, sostiene que “hay una mayor importancia de los jóvenes, pero esta generación ayudó para que la tercera edad (mayores de 55 años) se incluyera en las compras virtuales. “No son tan intuitivos para manejar las plataformas, sino que estamos hablando que tienen que establecer funciones super básicas. Ahí hay un reto importante en el que se debe trabajar”, dice.

Pero más allá de la reconfiguración de los perfiles y los nuevos hábitos, los expertos, directivos y gremios advierten que hay barreras internas y externas a las que aún se enfrenta Colombia para acelerar la expansión de este canal. Unos hablan de logística, bancarización y dificultad de pagos, mientras otros de acceso a internet, educación y falta de política pública. En concreto, todos coinciden en cerrar brechas de conectividad, aumentar la inclusión financiera y consolidar una hoja de ruta en la que pequeñas, medianas y grandes empresas vean el ecommerce como una prioridad y no una alternativa.

“El año pasado experimentamos un crecimiento en ventas del más del 100% en cada trimestre con un incremento de más de 3 millones de nuevos usuarios”.

Juan Camilo Pachón, Head de Marketplace de Mercado Libre Colombia.

¿Qué viene?

Guillaume Seneclauze, vicepresidente omnicanal del Grupo Éxito, cree que uno de los principales desafíos será incrementar y adaptar toda la cadena logística a las necesidades del cliente. “La exigencia logística se vuelve más y más demandante al tener entregas directas a usuarios finales, lo que conocemos como última milla”, dice. En eso coincide Santiago Naranjo, presidente de Vtex Latinoamérica, quien añade: “Uno de los retos más importantes es garantizar la operación logística y que la operación de rentabilidad sea sostenible para el negocio”.

Lea también: Flota de aviones y vehículos eléctricos: el futuro inmediato de Mercado Libre

Aunque desde el sector se cree que ya se han dado pasos a gran escala para solucionar problemas en toda la cadena de valor, con nuevas inversiones de grandes plataformas que soportan más productos, Quiñones aclara que se debe dar un mejor entendimiento del negocio, abordando el comercio electrónico desde una visión global y transfronteriza.

“El comercio electrónico debe entenderse como una oportunidad de diversificación de la canasta exportadora, para que los empresarios puedan empezar a ofrecer sus bienes y servicios a un mercado global, que a su turno también le ofrece bienes y servicios”, destaca la ejecutiva.

El Gobierno Nacional, a través de los ministerios de Comercio, TIC y Planeación Nacional, ya tiene una hoja de ruta que busca solucionar estos puntos de quiebre. El pasado 30 de noviembre publicaron un Conpes, en el que se establece una política nacional de comercio electrónico. En esta hoja de ruta, se plantean los retos, pero además una serie de soluciones en la que se destaca la necesidad de crear eficiencias en toda la cadena para mejorar los tiempos y simplificar el proceso. Ya sea tanto para compras locales, como internacionales.

“La discusión de esa política pública va a permitir empezar a abonar a esa ruta de resolución de brechas para tener un ambiente más favorable”, añade la presidenta de la Cámara de Comercio Electrónico.

Otro de los ejes de discusión, agregan los directivos, se resume en la capacidad de aumentar las soluciones de pago, omitir las altas exigencias transfronterizas y acelerar la ciberseguridad. Santiago Egas, vicepresidente senior y director general de BPC Banking Technologies, firma de soluciones de pagos, advierte que “para la implementación de nuevos modelos de experiencias de pago mediante reconocimiento facial, billeteras digitales o sistemas de pago integrados, resulta fundamental el papel que cumplan los gobiernos y autoridades estatales en la promoción de este tipo de tecnologías”, las cuales permitan “que las personas sin importar donde estén ubicadas, tengan acceso a canales digitales para realizar sus operaciones y satisfacer sus necesidades financieras”.

Lea también: Amazon vs Mercado Libre: una guerra logística que crece en pandemia

Esa visión la complementa el vicepresidente del Grupo Éxito, quien agrega que se necesita “tener regulaciones que se adecúen a esta realidad, y unos controles de seguridad cada vez más avanzados por parte de todos los actores involucrados en el proceso de pagos electrónicos”.

No obstante, el aumento en la diversidad de formas de pago y una mayor ciberseguridad no es suficiente para aumentar la competitividad del negocio. En este momento se trabaja con el Banco de la República para que se creen pasarelas de pago transfronterizas, mediante los cuales se acepten pagos desde el exterior de manera fácil y rápida. Desde el gremio sostienen que eso aún no es posible, por lo que hay ineficiencias y se dificultan las ventas por fuera del país.

Si bien hace unos años se presentaban dificultades para acelerar la adaptación tecnológica, lograr un soporte sólido de las plataformas y adaptar herramientas como Inteligencia Artificial (IA), los directivos agregan que hoy Colombia tiene un sólido talento humano para enfrentar los constantes cambios de internet y los algoritmos a los que se afrontan las tiendas virtuales.

Naranjo, de Vtex, aclara que no hay reto a nivel tecnológico, pues se trabaja de manera constante y para mantenerse a la vanguardia de los nuevos desarrollos. “El reto lo veo más en la capacitación de las personas, y para eso hay que hacer un paso fundamental”, explica al referirse que se debe promover una política de educación que permita una formación integral para que las pequeñas y medianas empresas se suban a este bus de manera correcta.

De ahí, incluso, dicen los ejecutivos, la necesidad de crear nuevos espacios con grandes plataformas como Google o Amazon, que permitan y ayuden a que los pequeños y medianos empresarios entiendan estas nuevas dinámicas del negocio, cómo funcionan y cuáles son las herramientas para crecer en ecosistemas virtuales.

Así, ante este amplio abanico de retos y una urgencia por solucionar esa serie de brechas a las que se enfrenta la industria, el comercio electrónico todavía está en un punto en el que le falta mucho por explorar. Hoy mueve alrededor del 2,6 % de toda la economía colombiana, pero se proyecta que en adelante seguirá creciendo a tasas de dos dígitos, que sin duda impulsarán la creación y consolidación de nuevas empresas en el país.