Entre los principales ajustes que se buscan está poner un tope de deuda, pues si bien se ha tratado de disminuir el déficit fiscal, este no ha estado ligado a la reducción del endeudamiento público, que por la crisis ha alcanzado niveles históricos.
¿Qué pasará con la regla fiscal? Fue una de las preguntas que incluso se empezaron a hacer los expertos desde que se conoció el 15 de junio de 2020 que se suspendería dicho mecanismo entre el año pasado y este debido a la magnitud del choque de la pandemia en la economía colombiana.
La respuesta a la pregunta anterior es que la reforma fiscal que está preparando el Gobierno Nacional para presentarse en los próximos días ante el Congreso incluye además de ajustes en los impuestos, modificaciones en la regla fiscal que ha servido como un mecanismo de control a las presiones de gasto, según le dijeron a Forbes fuentes cercanas al proceso.
Habiendo dicho esto, vale mencionar que los tres ejes principales de la reforma estarían relacionados con: ajustes a las restricciones de la regla fiscal, al gasto público y al recaudo de impuestos.
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¿Cuáles son los cambios que se buscan en la regla fiscal? Sobre este punto, fuentes del Gobierno le explicaron a este medio que entre los principales, que ha sido uno de los que más sugieren los expertos, está relacionado con poner topes al endeudamiento público y no solo al déficit fiscal, pues hoy en día no se encuentran ligados en las metas. Para distintos analistas, el país debería enfocarse más en reducir los altos niveles de deuda que en poner sus objetivos solo en el déficit.
Hay que recordar que en Colombia, la regla fiscal fue aprobada en 2011 y adoptada un año después. Dicho mecanismo establece en la ley 1473 de 2011 que el déficit estructural del Gobierno Nacional Central (sin entidades territoriales) no puede superar el 1% del producto interno bruto (PIB) a partir de 2022. Para esto, se debe seguir una senda decreciente de déficit anual.
Pese a que lo anterior es como están las metas en la ley, en la práctica ese objetivo del 1% para el próximo año suena inalcanzable, más aún después de la crisis del coronavirus. Según datos recientes del Ministerio de Hacienda, el año pasado el déficit fiscal del GNC fue de -7,8% del PIB ($77,7 billones), y para 2021 se estima que la cifra iría en aumento hasta el -8,6% del PIB (más de $90 billones). Mientras tanto, los niveles de deuda no bajarían del histórico 65% del PIB en los años en mención.
Cabe decir que esos niveles tan altos de déficit se pudieron dar por la suspensión de la regla durante los años citados. En caso de que no se modificara la regla fiscal el Gobierno Nacional tendría que reducir el déficit del -8,6% del PIB estimado para este año al -2,5% del PIB en 2022 -según el Marco Fiscal de Mediano Plazo (Mfmp)- una disminución que sería muy difícil de cumplir.
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¿Qué otros cambios podrían incluirse en la regla?
Aunque no se han dado mayores detalles al respecto, a inicios de febrero de 2020 -antes de que se detectara el primer caso de coronavirus en Colombia- el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, habló en un seminario de Anif y Fedesarrollo y enfatizó en que la regla tiene cosas que se pueden perfeccionar, “de pronto hace falta echarle una modernizada”, dijo en su momento.
En palabras de Carrasquilla, hace un año, hay cuatro desafíos que se tienen que enfrentar en la regla fiscal. El primero, el que ya se había mencionado, la inconsistencia que hay entre las metas de déficit y el comportamiento de la deuda que ha seguido en aumento pese a que se cumple con la regla.
Lo segundo que comentó en el seminario en mención fue que “el déficit total es determinado por el comportamiento de variables no observables”, como los precios del petróleo en un largo plazo. Aquí el problema que se tendría está relacionado a la dificultad de predecir el comportamiento de los precios del crudo a largo plazo, lo cual haría que finalmente se trabaje con valores distintos a los estipulados afectando los planes que se hagan.
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El tercer punto mencionado en su momento era que la regla cuenta con incentivos para que se disminuya el gasto, lo cual termina acumulando pasivos costosos. Sobre esto, Carrasquilla había explicado que un ejemplo puede ser el aplazamiento de los pagos a las sentencias de fallos judiciales en contra de la Nación, que terminan acumulando intereses de mora y haciendo que la deuda sea más grande, lo que termina perjudicando las finanzas públicas.
Por último, el cuarto aspecto del que habló el ministro tiene que ver con el desbalance dentro del Gobierno General -que es el que está compuesto por el central más los territoriales. Con esto, Carrasquilla comentó que la regla fiscal como se conoce tiene en cuenta solo al Gobierno Nacional Central, el cual en ciertos momentos debe endeudarse para entregarle recursos a los territorios a través del Sistema General de Participaciones y estos no siempre los ejecutan todos, sino que los depositan en cuentas de ahorro, generándole superávits a las regiones y déficit al GNC.
Aunque habrá que esperar unos días para conocer el proyecto de ley de reforma fiscal, para conocer mejor los detalles sobre las modificaciones a la regla fiscal, los puntos expuestos por Carrasquilla hace un año podrían dar línea de los ajustes que se buscan. Así las cosas en 2022 no se retornaría a la regla que se conoce actualmente, sino a una totalmente distinta, con metas distintas.
Vale decir que a inicios de este año el Fondo Monetario Internacional (FMI) le recomendó al país no retornar a la regla fiscal en 2022 por las implicaciones que ello traería. Puntualmente, resaltó que “volver a la regla fiscal en 2022 resultaría en un fuerte ajuste fiscal que podría descarrilar la recuperación”.