La Asamblea General del multilateral, que tendrá lugar en Barranquilla en un formato virtual, planteará las soluciones a los retos que tiene este organismo de cara a la recuperación de la región.

Mauricio Claver-Carone, el recién nombrado presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), tendrá este marzo su primera presentación ante la comunidad internacional en la Asamblea General, pospuesta desde el año pasado, por el avance de la pandemia, que tendrá como objetivo marcar la hoja de ruta para la recuperación de la región, la cual ha sido gravemente golpeada por la pandemia.

La Asamblea, que se hará entre el 17 de marzo y el 21 de marzo, tendrá lugar en Barranquilla, en un formato virtual. Incluirá seminarios enfocados en la recuperación, la integración y las cadenas regionales de valor, el cambio climático y resiliencia y el empleo digital, entre otras actividades.

Con todo, este gran encuentro del BID tiene como contexto una aguda crisis económica, altos índices de desempleo y unas proyecciones de caídas históricas en el año 2020. El Fondo Monetario Internacional (FMI), por ejemplo, señala que América Latina no volverá a sus niveles prepandémicos hasta el 2023 y el PIB per cápita solo lo hará en 2025, más tarde que en otras partes del mundo.
De esta manera, el rol de multilaterales como el BID, en cabeza de Claver-Carone -el primer estadounidense en sentarse en ese cargo en la historia del organismo y quien fue promovido por la administración de Donald Trump- es fundamental para apoyar la tan anhelada recuperación de la región.

Los pilares de Claver-Carone

Desde que llegó al cargo, el nuevo presidente del BID, quien reemplazó al colombiano Luis Alberto Moreno, dejó en claro que la meta de su administración radica en tres pilares. El primero tiene que ver con la capitalización del organismo, por lo que buscará que los accionistas contribuyan con más recursos para financiar proyectos en el continente.

De otro lado, la coordinación de esfuerzos, como lo que se pretende aumentar en el rendimiento y el efecto multiplicador de las inversiones a través de la coordinación con organismos como el Banco Mundial o el mismo FMI.

En tercer lugar, Claver-Carone avanza en una estrategia para repatriar inversiones desde Asia, donde se prevé que puedan regresar a la región flujos de capital por entre 30.000 y 50.000 millones de dólares.

Otro de los temas que van a determinar su administración está la migración, tema que toca de frente a Colombia, debido a su alto flujo de ciudadanos venezolanos en el país. El nuevo presidente del BID ha dicho que buscará canalizar recursos que sirvan de apoyo a los países para atender estas migraciones.

Recuperar el empleo

Como preludio de la Asamblea, Claver-Carone se reunió con 40 líderes empresariales globales en la Mesa Redonda de Socios del Sector Privado para analizar el futuro de América Latina.
El BID ha planteado un programa a cinco años que se llama Visión 2025, con el que pretende fortalecer el empleo formal en la región, uno de los principales problemas que ha dejado el avance de la pandemia del coronavirus.

La idea del presidente del multilateral es favorecer las condiciones de los países para que creen 15 millones de empleos, los cuales se lograrán al fortalecer las pymes, claves para la recuperación.
“Eso prevendría una década perdida en la región y estamos viendo interés de los inversores por primera vez en vehículos financieros para poder acelerar la recuperación de los países de la región”, dijo a la agencia EFE a principio de este año.

Región Caribe, polo de crecimiento

La Asamblea, que ha tenido un epicentro en Barranquilla, demuestra que esta región es hoy uno de los más potentes ejes del crecimiento del país y pilar para la reactivación.

Con un aporte mayor al 15 % a la economía nacional, la región Caribe se perfila para ser la punta de lanza en materia de inversión. Las energías renovables, por ejemplo, acompañarán transversalmente el impulso económico de los demás sectores productivos. Con el aval de las nueve iniciativas de energía eólica en La Guajira, y otro par de proyectos solares en la región, esta industria prevé dinamizar los encadenamientos productos y la inversión.

No obstante, los retos son grandes, debido a las altas pérdidas que ha alcanzado el sector turismo y las afectaciones que ha tenido el sector servicios. Barranquilla y Cartagena, por ejemplo, tendrán que recuperar los empleos perdidos de los más seis meses de encierro. Según un análisis de Fundesarrollo, solo en el Atlántico se destruyeron 157.900 puestos de trabajo, lo que aumentó de fondo la informalidad y la pobreza.