Las declaraciones del ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, generaron eco esta mañana tras argumentar que el país requiere con urgencia una reforma tributaria. Aquí algunos de los factores a tener en cuenta en la discusión.
Durante su presentación en el Seminario de Anif, esta mañana el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, se refirió a las necesidades que enfrenta el país para estabilizar las finanzas públicas tras una de las crisis más profundas por las que ha atravesado recientemente, derivada por la pandemia del coronavirus.
En su intervención dijo que: el país tiene “caja que nos alcanza aproximadamente para 6 o 7 semanas y por lo tanto tenemos que estar constantemente en el mercado buscando los recursos”. Hay que resaltar que lo anterior lo dijo luego de hablar de las necesidades de financiar el déficit fiscal y los compromisos de deuda, entre otros.
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Sin embargo, sus declaraciones generaron eco entre la opinión pública. Con base en esto, vale la pena entender, según el contexto, a qué se refería el ministro al decir que el país se estaba quedando sin caja y que por ello debía salir a endeudarse, argumentando la necesidad de aumentar los ingresos de la nación vía una reforma.
Según explicó Germán Machado, asesor del Ministerio de Hacienda, de acuerdo con el Plan Financiero, el Gobierno Nacional Central (GNC) tiene necesidades de recursos (usos) por $121,9 billones este año desagregados así: $94,6 billones del déficit a financiar, amortización de deuda por $18,6 billones y pago de obligaciones, como por ejemplo, sentencias judiciales por $8,6 billones.
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Sin embargo, explicó que el país arrancó el año con una caja, disponibilidad inicial (liquidez), por $32,7 billones. Esto significa que, para cubrir los $121,9 billones de necesidades que se requieren financiar, se necesita encontrar el excedente que son $89,2 billones.
En línea con lo anterior, según el Plan Financiero, van a obtenerse $90,5 billones vía desembolsos de deuda y $8,9 billones adicionales a través de otros recursos, es decir, un total de $99,4 billones aproximadamente. Con eso, el país terminaría el año con una disponibilidad final de $10,2 billones, para arrancar el 2022 con recursos en la caja.
En otras palabras, la caja (disponibilidad de recursos) con la que arrancó el Gobierno este año no es lo suficiente para mantener el nivel de gastos que se tienen, generando así un desequilibrio en las finanzas públicas que requiere de mayores ingresos para no depender de la deuda y estabilizar las cuentas.
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Jorge Llano, vicepresidente de Asofondos, a través de su cuenta de Twitter explicó que “nunca se tiene en caja (liquidez) para las necesidades de un año o de seis meses, etc. Los pagos se van haciendo de acuerdo a la entrada de tributos y manejo de deuda”.