El Servicio Electoral de Chile estima que cada elector estará por lo menos cuatro minutos dentro de la urna, debido a la gran cantidad de candidatos en las cuatro papeletas que deben marcar.
Por donde se mire, las mega-elecciones en Chile este próximo 15 y 16 de mayo son de carácter extraordinario: además de llevarse a cabo en escenario pandémico, por primera vez en la historia chilena los sufragios para elegir a los 155 ciudadanos y ciudadanas que redactarán la nueva Constitución del país -además de gobernadores regionales y varias autoridades locales- se llevarán a cabo durante dos días, con cuatro papeletas y más de 16.000 candidatos en liza.
En el caso de la elección de los futuros y futuras redactores de la nueva carta fundamental chilena, por primera vez en el mundo una Constitución será escrita en paridad: en los 28 distritos representativos en donde se elegirán los y las constituyentes se garantizará que haya el mismo número de hombres y mujeres.
“En estos 28 distritos deben resultar electos el mismo número de hombres y mujeres (…) Si esto no se cumpliera, el método D’Hondt (un método matemático para asignación de escaños) hará que el candidato menos votado del género sobre-representado tenga que ceder su lugar al candidato que tenga más votos del género contrario y sea del mismo partido. Y si no lo hubiese, debe ser del mismo pacto electoral”, explicó el presidente del Consejo Directivo del Servicio Electoral (Servel), Andrés Tagle.
La Convención Constituyente también dispondrá de 17 escaños reservados para representación de los pueblos indígenas y promoverá la participación de personas con capacidades diferentes.
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Con el inicio del proceso constituyente los chilenos esperan sepultar la Constitución actual que data de 1980, promulgada bajo la dictadura de Augusto Pinochet y que sus detractores creen que está detrás de mucho de los males sociales actuales: a pesar de ser rico en recursos naturales, tener la mayor renta per cápita de América Latina y ser el tercer país con más multimillonarios de Latinoamérica, cuenta con elevados índices de desigualdad y servicios de salud, educación y pensiones privatizados que endeudan a su población.
Todo esto por una Constitución que, según sus detractores, limita el rol social del Estado.
El descontento con el sistema desembocó en octubre de 2019 en un gran estallido social que dejó más de 30 muertos, cientos de comercios y edificios incendiados y miles de millones de dólares en pérdidas.
Las elecciones de este fin de semana se iban a celebrar originalmente el pasado mes de abril pero fueron postergadas porque el país sufrió el peak de contagios nuevos de Covid-19 más alto desde la aparición del virus en 2020: 9.171 casos.
Pese a la pandemia, el proceso constituyente despierta el interés de los ciudadanos aunque según encuestas recientes casi el 60% de los ciudadanos no saben muy bien qué cargos se van a elegir en los comicios.
“Una de las consecuencias que ha tenido la pandemia es que la gente ha puesto más atención en la crisis sanitaria y en los sesgos económicos generados, y ha desviado la atención de lo que significa este proceso. Pero a pesar de todo, el proceso electoral y constituyente ha seguido teniendo niveles de atención relevantes a nivel de la opinión pública”, dijo Max Colodro, director del Magíster en Comunicación Política y Asuntos Públicos de la Universidad Adolfo Ibáñez.
“En Chile los procesos electorales tienen una tradición y credibilidad muy alta, al menos desde el retorno a la democracia. Lo que sí es cierto, dado que se realizan cuatro elecciones simultáneamente, la de los constituyentes y concejales son muchos, es probable que la gente aún no tenga claro por quiénes va a votar en los días de la elección”, agregó Colodro.
El Servicio Electoral de Chile (Servel) estima que cada elector estará por lo menos cuatro minutos dentro de la urna, debido a la gran cantidad de candidatos en las cuatro papeletas que deben marcar: un total de 16.730 en todo el país para 2.768 escaños disponibles de constituyentes, alcaldes, concejales y, por primera vez, gobernadores regionales que hasta el día de hoy eran designados por el Presidente de la República.
Para entender la magnitud de los comicios chilenos, estas son algunas de las cifras liberadas por el Servel:
– Para la escritura de la nueva Carta Magna hay un total de 1.287 candidatos convencionales constituyentes generales de 28 distritos diferentes y 95 para candidatos a los escaños reservados para los pueblos indígenas. De ellos, sólo habrá cupo para 155 ciudadanos y ciudadanas. La labor de los constituyentes será definir y aprobar las normas generales y el reglamento de votación será con quórum de 2/3. El proceso se realizará en un plazo de dos años, para que, cuando esté lista la nueva redacción, se convoque a un “plebiscito de salida” en 2022, con posible prórroga a 2023.
– A su vez, en los presentes comicios hay 1.447 candidatos a alcaldías, 90 candidatos para gobernaciones y 13.730 concejales -que deben fiscalizar la labor de las alcaldías-. De ellos, sólo quedarán 345 alcaldes, 16 gobernadores y 2.252 concejales, respectivamente.
– Este 15 y 16 de mayo habrá a lo largo del país 2.731 locales electorales con 46.087 mesas receptoras de los votos, constituidas por 230.435 personas que harán de vocales. Ellos, a partir de las 18.00 horas cerrarán las mesas y el domingo darán inicio al conteo de los votos reunidos en las dos jornadas, de cinco papeletas distintas: la café (de los convencionales constituyentes), la verde (convencionales constituyentes de pueblos indígenas), la naranja (de los gobernadores y gobernadoras regionales), la celeste (para los alcaldes y alcaldesas) y por último, la blanca (de concejales y concejalas).
– En el caso de la papeleta verde, esta reemplazará a la café si el elector decide votar por los constituyentes indígenas y si en el padrón electoral se indica que pertenece a dicha calidad. Si bien en elecciones anteriores a las 22.00 horas ya se sabía quiénes eran los ganadores, los resultados podrían alargarse hasta la madrugada debido a la cantidad de candidatos para cada uno de los cargos, señaló Tagle.
Sufragios adaptados para una pandemia
– Por protocolo sanitario, quienes acudan a votar este fin de semana deberán usar obligatoriamente mascarilla, llevar su propio lápiz para marcar la papeleta y alcohol gel. Las filas para las mesas receptoras de sufragios estarán limitadas a un máximo de 10 electores, tanto en espacios abiertos como cerrados, quienes deberán mantener distancia física.
– Aquellas personas que estén contagiadas con coronavirus o se encuentren en cuarentena por ser contactos estrechos no podrán ir a sufragar. Al jueves 13 de mayo, el Ministerio de Salud señaló que 34.192 personas tienen casos activos de COVID-19 y no podrán votar.
– El Gobierno eximió de permisos para salir a votar a quienes residan en comunas en Fase 1 (cuarentena) o Fase 2 (cuarentena fines de semana).
– En las diversas elecciones que se han llevado a cabo en Chile, debido a su cultura cívica, el segmento de personas entre 90 y 60 años acuden desde tempranas horas a sufragar. No por imposición, sino por costumbre. No obstante, debido al contexto sanitario, las autoridades chilenas recomendaron a este segmento, y a aquellas personas con enfermedades crónicas, con algún tipo de discapacidad y mujeres embarazadas, acudir a votar el sábado 15 de mayo, entre las 14.00 y las 18.00 horas, por una posible menor afluencia de público.
– Quienes tengan su carnet de identidad vencido posterior al 1 de octubre de 2019 podrán votar.