Lo que por varios años fue un concepto exclusivo de Silicon Valley y los escenarios avanzados en tecnología y producto, es hoy una realidad en Colombia y América Latina.
Por: Rodrígo Sánchez-Ríos*
Las empresas proptech, que unen el mercado propietario con la tecnología, y que recientemente contribuyeron a lograr las primeras compraventas inmobiliarias de forma digital en el país, están viviendo un crecimiento acelerado en el que el comprador de vivienda y el mercado residencial son los principales beneficiados.
Aspectos como lanzar de forma 100% digital un proyecto inmobiliario, acelerar los puntos de equilibrio de los desarrollos inmobiliarios, atraer inversión extranjera por más de US $30 millones y elegir una vivienda utilizando lo mejor de la ingeniería de datos, son fiel muestra del impacto positivo que está teniendo la industria en el contexto local.
Dichos beneficios, de cara a la meta que tiene el Gobierno Nacional con el Ministerio de Vivienda de vender más de 200.000 viviendas este año -es decir, volver a alcanzar otro récord histórico de ventas en el país-, sitúa al sector proptech como un aliado estratégico del ejercicio constructor y de la reactivación socioeconómica del país.
Sin embargo, ante este auge, vale la pena mencionar la responsabilidad que tiene cada empresa que compone esta actividad productiva, para que el actual crecimiento pueda sostenerse y las previsiones de progreso del sector puedan materializarse -que, para 2021, de acuerdo con Colombia Proptech, es de 3 puntos porcentuales-.
Y es que, si bien los emprendimientos proptech tienen propuestas de valor diferentes, estos, por lo general, terminan siendo asumidos como homólogos por el usuario; lo que, en consecuencia, hace que la reputación del sector se vea favorecida o perjudicada por la calidad de la experiencia que cada empresa ofrezca.
Al igual que como pasa con otras industrias nacientes, como la fintech o la del cannabis medicinal, en las que el público no tiene mayor conocimiento previo, el manejo de la publicidad, las relaciones públicas, la visibilidad mediática y las redes sociales son todo el insumo con el que las personas construyen su imaginario.
Por eso, además de realizar pedagogía sobre las bondades del sector, los jugadores proptech deben enfocarse en garantizar una experiencia diferencial a la hora de comprar vivienda y en que su oferta hacia el usuario sea acorde a la capacidad tecnológica y operativa que han desarrollado.
Así las cosas, aunque recibir recomendaciones de compra bajo parámetros objetivos, realizar recorridos virtuales por los inmuebles, acceder a precios estandarizados y, hasta, realizar transacciones virtuales son una alternativa al alcance de todos, no todos los emprendimientos tienen el foco obsesivo por el cliente y las alianzas necesarias para capitalizar estos desarrollos, por lo cual, se debería tener un mayor rigor con el despliegue publicitario.
Ante la ventana histórica que abren las bajas en las tasas de interés, la amplia oferta de subsidios y la receptividad hacia el uso de la tecnología para adquirir vivienda, las proptech colombianas pueden jugar un papel protagónico al garantizar que las restricciones por cuenta de la pandemia no sean una excusa a la hora de comprar casa.
La competencia entre startups es sana, beneficia al consumidor final y saca la mejor versión de los emprendedores. Lo importante, como en todo renglón económico, es proteger la reputación del sector dándole lo mejor al usuario. Al fin y al cabo, la reactivación de Colombia es tarea de todos; al fin y al cabo, proptech somos todos.
*El autor es presidente y cofundador de La Haus.
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