Para el director global de esta organización, Santiago Cornejo, el sector privado debería sumarse desde la innovación y la inversión en infraestructura para diversificar los centros de producción a nivel global.

Creado en el 2000, el Mecanismo Covax, dirigido por la Alianza Mundial para Vacunas e Inmunización (GAVI, por sus siglas en inglés), ha adquirido un rol protagónico en la pandemia de la COVID-19. 

Con 192 países miembros, su rol es reunir la demanda global y negociar al por mayor las vacunas con las compañías farmacéuticas productoras para garantizar la oferta bajo la modalidad de donaciones para países vulnerables, o compras, para los países que se autofinancian. En América Latina, su meta es distribuir 200 millones de dosis. Hasta la fecha, este mecanismo ha entregado 6,5% de ese monto en 31 países de la región. 

Santiago Cornejo, director global del Mecanismo Covax y financiamiento de inmunizaciones de GAVI, explica la situación de la producción mundial de vacunas, el papel del sector privado y la estrategia de Covax para 2022.

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¿Cuánto ha avanzado la distribución de vacunas del mecanismo Covax en América Latina? 

Hemos distribuido vacunas a 31 países de la región y más de 13 millones de dosis. En total, son más de 120 países que han recibido vacunas por el Mecanismo Covax y más de 50 millones de dosis. Es un logro increíble si pensamos que hace poco más de un año la Organización Mundial de la Salud declaró a la COVID-19 como una pandemia. Pero no es suficiente. Estamos más retrasados de lo que esperábamos. Nuestro objetivo es enviar a la región más de 200 millones de dosis en 2021. Como solo son más de 13 millones (distribuidas) de 220 millones, estamos retrasados. 

¿A qué se deben las demoras? 

Las razones de los retrasos son varias. La demanda de la vacuna es muchísimo más alta que la oferta. Pero luego han pasado otras cosas. Es un nuevo producto, una nueva vacuna. Por ende, hay retrasos en la producción, porque son líneas de producción que no se han probado. Entonces, lleva tiempo conseguir la eficiencia y la eficacia de esas líneas de producción. 

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¿Qué problemas de producción existen? 

Uno es la falta de insumos. Segundo, la vacuna es un [producto] biológico y, por ende, es muy complejo de desarrollar. Otro tema es que estamos viendo muchos productores que son nuevos, que no tienen mucha experiencia desarrollando vacunas. Hay otro tema que poner sobre la mesa. En los periódicos o en las noticias se habla de un nacionalismo de las vacunas. Vemos restricciones a las exportaciones de insumos que son necesarios para la producción y países que han acaparado grandes cantidades de vacunas. 

¿Cuántos recursos ha destinado el Mecanismo Covax para la adquisición de las vacunas y, en particular, para América Latina? 

Los países que se autofinancian –como el Perú– utilizan sus propios recursos. Los acuerdos que hicimos con estos países son en base a un precio promedio de US$11 por dosis. Pero, al final, lo que termina pagando el país es lo negociado, no el promedio. Pero [se da] un promedio para que los países puedan presupuestar y planear. 

Para los países más vulnerables –92 economías en todo el mundo a las que el Mecanismo Covax va a financiar sus vacunas para al menos el 20% de la población– estamos movilizando más de US$8.000 millones, de los cuales tenemos más de US$6.300 millones. Todavía nos faltan. Estamos esperando que países que son donantes de GAVI nos puedan dar los fondos para comprar las vacunas.   

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¿Qué rol debería tener el sector privado en cuanto a la adquisición y distribución de vacunas? 

La escasez de vacunas no es una cuestión de financiamiento. Hoy no hay vacunas que se puedan comprar. Pueden hacerse acuerdos, pero es para distribución [dentro de] varios meses, no [para] hoy. Hoy ya está todo comprado. Es por eso que la solución que vemos a corto plazo es que aquellos países que tienen volúmenes muy altos los compartan. Pero el sector privado, más allá de la compra, puede innovar en la distribución, en la logística. Por otro lado, tenemos que diversificar la producción de vacunas.

No podemos estar solo pendientes o a la espera de pocos productores. Aquí se necesita un sector privado activo, que esté dispuesto a tomar riesgos, porque no es una inversión a corto plazo. Si nos queremos preparar para las próximas pandemias, lo que se necesita es tener la infraestructura para la producción de vacunas en diferentes lugares. Es una oportunidad y un desafío para el sector privado de los países. Necesitamos que exista esa inversión y  que los Gobiernos incentiven esa inversión.

¿Qué temas de propiedad intelectual agenda esta pandemia de cara a las próximas pandemias?

La propiedad intelectual es importante, pero aquí no es la barrera número uno. La producción de vacunas es extremadamente compleja. Necesitamos transferencia de esa propiedad intelectual porque tan solo con dejarlas abiertas no es suficiente, ya que le llevaría muchísimos años a un país lograr tener esa capacidad de producción. Que los países ayuden en el desarrollo de esas tecnologías (de producción de vacunas) y se puede trabajar en diferentes medidas para segmentar mercados para que aquellas compañías que han hecho inversión en nuevas tecnologías (de producción) también tengan sus ganancias.

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Pensando en el próximo año, cuéntenos sobre los planes de Covax para el 2022. ¿Cuántas dosis prevén distribuir?

En varios de los acuerdos firmados tenemos reservadas vacunas para 2022, como el anuncio que acabamos de hacer con Moderna (Covax anunció que adquirirá 500 millones de dosis de la farmacéutica). La gran mayoría (de las dosis) es para 2022. Ya nos estamos preparando. Es una de las lecciones del año pasado: hay que firmar acuerdos temprano. En lo que se refiere a Perú, aún no hemos tenido conversaciones.

Una de las preguntas que estamos [haciendo] a los países de la región y de otras regiones, para los países que se autofinancian, [es] si quieren seguir participando del Mecanismo Covax para el suministro de vacunas. Cuando tengamos esas conversaciones y analicemos el rol de Covax para 2022, tendremos más precisiones. Pero todavía no hemos avanzado. En este momento el único acuerdo que tenemos con todos los países es solo para 2021. Pero ya estamos haciendo acuerdos, estamos reservando, porque hay que prepararse para 2022. 

¿Cuál es fecha límite para firmar acuerdos para acceder a vacunas de Covax en el 2022? 

Todavía estamos en el proceso de diseño de 2022. La junta directiva de GAVI se va a reunir en junio para discutir cuál es el futuro de Covax para 2022 con los países que se autofinancian y a partir de ahí tendremos las conversaciones con los países que se autofinancian. 

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Por último, ¿cuándo estiman que la necesidad de vacunas contra el coronavirus va estar bajo control? 

Es muy difícil [decirlo] cuando vemos los escenarios. El año pasado teníamos varios escenarios. Un escenario era que tal vez iba a pasar como la H1N1, que no iba a pasar de una sola mutación. Pensamos, “es un solo brote y después se controla”. Lamentablemente, estamos viendo un escenario que era uno de los más negativos. Nos preocupa mucho el tema de las variantes. Por eso es difícil predecir cómo va a funcionar. Si hacemos una distribución equitativa de las vacunas a todos los países esperemos que para finales de 2022 estemos en una mejor situación.