Las proyecciones de la Ocde aumentaron 1,6 puntos porcentuales frente a la revisión de diciembre de 2020, motivadas principalmente por un repunte en los estímulos gubernamentales de Estados Unidos.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde) presentó hoy sus perspectivas para la economía global, donde destacó una mejoría importante de la situación provocada por la pandemia, pero aclaró que es probable que la recuperación siga siendo desigual y, sobre todo, que dependa de la eficacia de las medidas de salud pública y del apoyo político en cada país.
“La eficacia de los programas de vacunación en muchos países ha hecho que las perspectivas económicas actuales sean más prometedoras que en cualquier otro momento desde el inicio de esta devastadora pandemia. Sin embargo, para millones de personas en todo el mundo, vacunarse sigue siendo una perspectiva lejana. Necesitamos urgentemente aumentar la producción y la distribución equitativa de vacunas”, dijo el secretario general de la Ocde, Ángel Gurria.
Según las cifras del reporte, el crecimiento del PIB mundial será de 5,8% este año, cifra que creció 1,6 puntos porcentuales frente al 4,2% previsto en diciembre, cambio que se vio favorecido por un repunte de los estímulos gubernamentales en Estados Unidos. Para 2022, las proyecciones del organismo apuntan a un crecimiento de 4,4%, dato que aumentó 0,7 puntos en comparación con el 3,7% calculado en diciembre.
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Frente al caso estadounidense, la Ocde destacó que el estímulo fiscal adicional de US$1,9 billones impulsado por el presidente Joe Biden, así como una rápida campaña de vacunación, han impulsado la recuperación económica de dicha nación. Asimismo, el informe resaltó que la tasa de desempleo seguirá bajando y el aumento de los salarios, combinado con las transferencias del gobierno y el ahorro acumulado de los hogares, impulsará el consumo. Respecto a la inflación de los precios básicos, el organismo subrayó que aumentará, pero se mantendrá controlada.
La economista jefe de la Ocde, Laurence Boone, comentó durante la presentación de resultados que la economía mundial ha vuelto a los niveles de actividad anteriores a la pandemia, pero aclaró que la renta mundial real seguirá siendo US$3 billones inferior a lo que habría sido sin la recesión generada por el COVID-19. Sin embargo, mencionó que esta cifra es apenas la mitad de la esperada en diciembre del año pasado gracias a la mejoría en las campañas de vacunación, así como la estabilización fiscal de las economías a nivel mundial.
Para salir de la crisis, así como prepararse para futuros escenarios similares, Boone recalcó la necesidad de que cada país empiece a realizar reformas fiscales a la mayor brevedad posible, pues las economías globales “no estaban bien preparadas para lo que pasó”, razón de peso para hacer los cambios necesarios a la hora de enfrentar retos a largo plazo, como el cambio climático. “Esta cuestión implica reformar el presupuesto público para tener suficiente capital a la hora de afrontar los nuevos retos globales, lo que también obliga a revisar las prioridades de gasto”, agregó.
El caso colombiano
Si bien la Ocde destacó que la economía colombiana ha repuntado con fuerza desde el segundo semestre de 2020, aseguró que el malestar social expresado en las protestas del paro nacional, así como las nuevas restricciones a la movilidad en abril y mayo, llevarán a una recuperación más larga en la segunda mitad de 2021. A pesar de ello, las proyecciones del organismo apuntan a que el PIB crezca un 7,6% en 2021, la cifra más alta entre los países de la región, y luego se reduzca a 3,5% en 2022, impulsado por el consumo privado y la inversión.
Sobre el avance de la pandemia, el organismo comentó que las infecciones por COVID-19 aumentaron visiblemente tanto en enero como en abril, aunque destacó la efectividad de las restricciones de movilidad localizadas y los toques de queda a la hora de contener de las nuevas infecciones, así como la ampliación de la capacidad de cuidados intensivos.
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No obstante, resaltó que el ritmo de la campaña de vacunación va “muy por detrás de otros países de la región”, y si bien el reporte apuntó que sus avances han sido constantes, subrayó que todavía hay cepas graves en varias regiones que deben analizarse con precaución.
Unido a la lenta implantación de la vacuna, la Ocde señaló que las posibles restricciones adicionales, así como la incertidumbre sobre las perspectivas fiscales, podrían debilitar la recuperación. Por ello, puntualizó que una respuesta fiscal significativa seguirá apoyando adecuadamente la economía en 2021, por lo que recomendó un refuerzo progresivo de las finanzas públicas una vez que la recuperación se consolide.
En materia de protección social y las políticas de trabajo, se detalló la necesidad de reformas ambiciosas para reforzar la creación de empleo formal a la hora de lograr una recuperación más inclusiva y la obtención de recursos adicionales. A su vez, afirmó que el apoyo de la política monetaria continuará durante 2021 y 2022.
Estado de la región
Para la Ocde, aspectos como un despliegue de vacunas más lento de lo esperado y la revalorización del riesgo en los mercados financieros son especialmente preocupantes en las economías emergentes y en desarrollo, especialmente en muchos países de América Latina, donde se han producido nuevos descensos en la movilidad y medidas de contención más estrictas para hacer frente a las nuevas oleadas de virus. Otros riesgos tienen que ver con el exceso de ahorro y la demanda reprimida, así como el aumento sostenido de los precios del cobre.
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Después de Colombia, el país que cuenta con mejores perspectivas en su rendimiento económico es Chile, gracias a una rápida distribución de las vacunas y la mejora de las perspectivas mundiales. Se prevé que el crecimiento del PIB repunte hasta 6,7% en 2021 y 3,5% el próximo año, motivado principamente por el consumo privado, que se vería estimulado por las medidas de apoyo a los hogares.
Si bien la economía argentina seguirá por debajo de los niveles de actividad previos a la pandemia, se prevé que la economía crezca 6,1% en 2021 y 1,8% en 2022, cerrando el top 3 de los países latinoamericanos analizados por la Ocde.
Se prevé que la economía mexicana se expanda 5% en 2021 y 3,2% en 2022, cifras que se verían impulsadas por las exportaciones de manufacturas, que se beneficiarán de la recuperación y el apoyo de las políticas en Estados Unidos.
Pese al elevado número de infecciones y fallecimientos por la pandemia, la economía brasileña se recuperó con fuerza a finales de 2020, lo que limitó la desaceleración anual. Se prevé que el crecimiento del PIB alcance 3,7% en 2021 y 2,5% en 2022, impulsado por un progresivo incremento del consumo de los hogares y la inversión.
Finalmente, el crecimiento del PIB de Costa Rica se recuperará gradualmente hasta 2,5% en 2021 y 3,4% en 2022, favorecido por la fuerte demanda externa procedente de los principales socios comerciales del país, agregó la información.