De cara a los próximos Juegos Olímpicos de Tokio, la golfista María José Uribe revela la fuerza que la mueve en busca de cumplir uno de sus más grandes sueños deportivos. Ello, en la mejor etapa de su vida personal.
Para María José Uribe ha llegado el momento de ganar medallas para Colombia y mostrar, al mundo entero, el alto nivel competitivo que tiene el país en materia de golf. El objetivo de la santandereana es darlo todo en los Juegos Olímpicos de Tokio 2021, pues para ella no existe el cuarto lugar: “Es podio o nada”.
“Mi único objetivo de este año es ganar una medalla. Pienso que voy a llegar descansada y enfocada, porque tengo una meta muy clara”, afirma Uribe tras reconocer que, para dominar el campo, se requiere actitud. “En el golf hay mucho tiempo para pensar y no puedes estar cinco horas pensando, tienes que aprender a aislar las distracciones y entrar en foco cuando es necesario”. Para lograrlo, comenta en entrevista exclusiva con Forbes Life, practica meditación entre 10 y 15 minutos diariamente.
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Imaginar recibir el uniforme y todo lo que conlleva alistarse para la justa olímpica genera en Uribe una serie de emociones por el valor que entrañan estos aspectos. “Es algo que nadie te regala, te lo ganas. No importa que nombre tengas, a quién conozcas: un boleto a los juegos olímpicos es el resultado de la constancia y del trabajo que haces para llegar a ese punto”, destaca la deportista de alto rendimiento.
Para ella el hecho de portar los colores de Colombia es un orgullo. “Creo que es un momento muy importante porque sientes el honor de mostrar la bandera de tu país a todo el mundo… También significa solidarizarse y tomar los sueños de los atletas que, por alguna circunstancia ajena a su desempeño, no pudieron llegar a la etapa culminante de la competencia”.
Los juegos olímpicos en puerta, para los cuales se encuentra virtualmente clasificada, serán muy especiales para Uribe, no sólo porque tendrán lugar en medio de un contexto todavía desafiante para la humanidad, también porque se desarrollarán después de un periodo transformador para ella.
En el momento preciso
La golfista tomó una de las decisiones más importantes de su vida. “Ser mamá en plena pandemia fue un reto muy grande. Para otras personas, la pandemia resultaba el peor momento para tener hijos y para mí fue el mejor”, relata agradecida de saber que todos sus planes se han desarrollado como lo esperaba.
Fue la primera vez que, en 22 años, Uribe pasó un año entero en Bucaramanga, la ciudad donde creció, y disfrutó en plenitud la llegada de su bebé. Dentro de poco romperá nuevamente las costumbres y viajará a Japón para los Juegos Olímpicos. Mientras tanto, quiere aprovechar todos los instantes con su esposo y vivir con alegría la maternidad, con todo y sus retos.

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“Como mamá, el mayor desafío ha sido combinar la parte profesional con la personal. La crianza cambia con los años y creo que el deporte me ha ayudado mucho en mi papel como madre. Se trata de confiar en mí misma, en mi instinto, tal como lo hago en el campo de golf”, narra con ánimo.
Con una historia profesional llena de esfuerzo y perseverancia, Uribe ha sabido materializar sus sueños desde niña. En la actualidad destaca como integrante de Ladies Professional Golf Association (LPGA).
“Soy competitiva, me encantan los retos, soñar en grande. Desde pequeña creo que eso fue lo que hizo la diferencia”.
MAría José Uribe
Soñadora sin límites
Los sueños representan para Uribe el motor de la vida, tanto profesional como personal. De su padre aprendió a construir anhelos y luchar por ellos. “Mi papá es muy soñador, siempre va por lo imposible en los negocios. Y yo, desde muy pequeña, he aplicado esa ideología en el deporte… Sé que a punta de disciplina se van dando las cosas”.
A la edad de diez años, Mariajo Uribe (como es conocida en el ámbito deportivo) comenzó a demostrar su talento, y a los 17 años, ya había conquistado el United States Women’s Amateur Golf Championship. Un par de años después, su trayectoria deportiva tomó matices todavía más profesionales con los desafíos que ello trajo consigo. “Abrir caminos ha sido lo más difícil. Dejé la universidad por un deporte; soy una latina jugando golf y una mujer jugando golf. El reto de romper los [paradigmas sociales] era grande”, sostiene Uribe, mientras destaca que el apoyo de su familia fue fundamental para su realización.
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Los valores humanos que infundieron sus padres son piedras angulares en el carácter de Uribe. El esfuerzo y la confianza son definitivos para ella y es así como lo expresa: “Si una persona hace todo para prepararse, los resultados se tienen que dar”.
Mariajo marca distinción cuando llega a un torneo porque le gusta competir. Reconoce que, cuando termina las rondas, no analiza mucho. “[Simplemente] salgo a jugar, baso mi confianza en el plan de entrenamiento; cero analíticas en el campo”. Siempre procura hablar con su Caddie y con las otras jugadoras; muestra sus emociones y deja que toda su energía fluya en el campo para triunfar. Ahora con un nuevo aliciente personal y olímpico.