El Servicio Nacional de Sanidad Agraria informó que vigila unas 10 mil hectáreas de este cultivo. El valor de las exportaciones del fruto se contrajo el año pasado.

El hongo del banano Fusarium Raza 4 Tropical no es una amenaza nueva para los países de América Latina. Se detectó por primera vez en Colombia a finales de 2019. En abril del año pasado, Perú se convirtió en el segundo país que anunció la presencia de este peligroso hongo. 

El también llamado “Mal de Panamá” fue detectado en una hectárea del fruto en el distrito de Querecotillo, ubicado en la provincia de Sullana, en la región de Piura, en el norte del país. Esos 10.000 metros cuadrados donde se halló el hongo se encuentran a poco más de cien kilómetros en automóvil de la frontera con Ecuador, el mayor exportador de banano del mundo.

El país vecino, con el que el Perú comparte información sobre la emergencia fitosanitaria, no ha reportado la presencia del devastador hongo, el cual empieza por contaminar la raíz y luego avanza por el tallo, lo que genera una menor productividad de la planta.“Ecuador ha adoptado las medidas necesarias para evitar la transmisión de este hongo. Sabemos que está haciendo bien las cosas y ello da tranquilidad en el norte (Piura)”, dice Miguel Quevedo, jefe del Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa). 

Emergencia bajo control

Según Quevedo, el hongo “está totalmente erradicado” en Perú. “Se han tomado medidas de control de forma inmediata. Esto está bajo vigilancia, cercado y bajo cuarentena”, comenta. El funcionario señala que Senasa está realizando actividades de vigilancia de 10.000 hectáreas en Piura, a través de inspectores y teledetección vía drones y satélite. Además, la entidad mantiene en observación las 170.000 hectáreas del cultivo en el territorio peruano ante la posibilidad de la aparición de otro foco del hongo, un incidente no reportado a la fecha, según confirma Quevedo.

Como medida complementaria, Perú evalúa la posibilidad de promover el reemplazo de las variedades de banano instaladas por otras tolerantes al hongo. Con esa finalidad, el año pasado el Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA) importó variedades tolerantes a Fusarium RT4 no comerciales. “Tomará tiempo determinar cuál de esas variedades podría ser tolerante”, comenta Quevedo. 

Exportaciones en suspenso

El banano orgánico es una de las frutas estrella de la exportación en Perú. Aunque desde 2012 los despachos crecieron en alrededor de 80%, su valor en dólares se contrajo el año pasado respecto a 2019 (sumaron solo US$145,6 millones), de acuerdo con la Asociación de Exportadores (Adex). 

A juicio de Quevedo, la contracción no estaría asociada a la detección de Fusarium Raza 4 Tropical en el país. “Nuestras exportaciones han continuado en forma normal. No ha habido ninguna restricción oficial de cualquier país, por lo tanto, nuestras operaciones en campo continúan realizándose con normalidad”, afirma. 

De su lado, la Junta Nacional del Banano (Junaba) explica que la caída tuvo que ver con la menor producción de banano obtenida durante los meses de confinamiento por COVID-19, toda vez que hubo una menor presencia de productores en campo. En cuanto al hongo, sí le atribuyen el hecho de que los compradores estén realizando menores pedidos, explica Carlos Ruiz, presidente de Junaba y de la Cooperativa Agraria APBOSMAM.

“Lamentablemente, el Fusarium ha perjudicado enormemente. Los clientes y los supermercados están alarmados sobre el tema. Nos han bajado los pedidos de exportación. Además, algunos países como Ecuador han prohibido el ingreso de fruta peruana”, señala Ruiz. 

Pese a este escenario, en la Junaba reconocen las labores de prevención ejecutadas en la zona contaminada por el Senasa para evitar su diseminación hacia zonas colindantes. Vale destacar que, el año pasado, Países Bajos, Estados Unidos, Panamá y Bélgica lideraron las compras de banano de exportación del Perú con 30,5%, 18,5%, 16% y 12%, respectivamente, del valor exportado, según datos de Adex.