Su talento los ha convertido en estrellas mundiales valoradas en millones de dólares. Ahora que están en la cúspide del deporte, con contratos, patrocinios y millonarios ingresos por campañas publicitarias, buscan diversificar su patrimonio afuera de las canchas.
El niño inquieto que jugaba entre las palmeras y la orilla del mar, en Necoclí, un municipio ubicado en el nororiente de Antioquia, hoy es una estrella que factura millones de dólares en Italia. A su estilo, ahora celebra los goles junto a Cristiano Ronaldo, en una escena que se repite cada fin de semana. En las canchas, no para de deslumbrar con su talento. Afuera de ellas, tampoco.
Juan Guillermo Cuadrado, uno de los astros de la Selección Colombia, recoge dos facetas: el jugador y el empresario. Ya no solo desborda, engancha y hace remates al arco, sino también concreta goles empresariales. Y no solo lo hace él: James Rodríguez, Falcao García y Juan Fernando Quintero son otros los jugadores del conjunto cafetero, que, desde los últimos años, han apostado a construir un patrimonio afuera de los estadios.
Los tiempos de gloria en el deporte rey les han dejado un saldo de millonarios contratos publicitarios, patrocinios y excedentes para diversificar sus ingresos y fortalecer su portafolio de inversiones. Con acuerdos con Herbalife, Adidas, Subway y Fiat-Chrysler, Cuadrado, por ejemplo, registra un salario diario por US$17.000 al día y US$6 millones al año solo por pagos de la Juventus. Rodríguez, por su parte, devenga US$26.000 diarios o un poco más de US$9.7 millones anuales del Everton.
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Con estas ganancias, el niño de Necoclí, como lo han llamado algunos medios europeos, se ha visto muy activo en el ámbito empresarial con propuestas que van desde lo social hasta la industria textil. Desde hace un tiempo, creó su fundación, así como su marca de ropa, con casa matriz en Medellín, en la que le apuesta a generación de empleo, a través del desarrollo y comercialización de prendas con estilo juvenil.
En esa misma onda está el 10 de la Selección Colombia, quien tras crear su bebida energética hace un poco más de 6 años, ahora posee una empresa de agua mineral. Se trata de Functional Foods, que desarrolló la marca 10Gold, que se distribuye por varios canales y hace parte de la primera carta de aguas de los hoteles Hilton.
Detrás de la estrategia y expansión de la empresa está Mario Rubio, tío de James Rodríguez, quien se negó a dar declaraciones a Forbes. No obstante, se estiman que se venden un promedio de 1.2 millones de unidades anuales, que podrían representar ventas de alrededor de US$640.000 dólares, es decir, US$53.300 mensuales.

“Desde hace buen tiempo quedó atrás el estereotipo del deportista incapaz de manejar inteligentemente lo ganado durante su época de éxitos”, dice a Forbes Diana Osorio, CEO de The Coach, quien advierte que la diversificación de las inversiones de este tipo de jugadores nace, en gran parte, gracias a la educación de los representantes y clubes, que imparten a sus deportistas una proyección desde las categorías inferiores. “El atleta hoy por fin se entiende como una empresa y sabe que sus activos son su cuerpo, su imagen y su performance deportivo, así que los administra como tales y se acompaña por profesionales”.
Al mismo estilo de Rodríguez y Cuadrado, el samario Falcao García también apuesta por los negocios y el ámbito empresarial más allá de las canchas. El goleador histórico de la Selección Colombia no solo creó hace un par de años su fundación, sino además tiene un portafolio divido en inversiones inmobiliarias en Colombia y una firma de publicidad. Juan Fernando Quintero, por su parte, ya anunció el lanzamiento de su marca de ropa, así como un nuevo proyecto que podría ser una cadena de peluquerías de propiedad.
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Aunque no hay registros de ganancias o patrimonio neto de estos dos jugadores, Osorio sostiene que de fondo este fenómeno marca una tendencia que está en crecimiento, pues convierten al atleta en un modelo a seguir de marca personal y hace atractivo el mercado colombiano para “que franquicias de eventos deportivos mundiales hagan paradas en el país”.
Su imagen: un millonario negocio
Los millonarios contratos con los equipos, así como los varios negocios que ya consolidan, son tan solo una parte de la ecuación que cuadra la caja de estos deportistas. A estos números que no paran de crecer se suma, incluso, el influencer marketing alrededor de sus imágenes, un fenómeno que se ha dinamizado en los últimos años, de la mano del crecimiento de las cuentas de redes sociales de los atletas.
Lala Prada, head of Strategy & Sales Latam de la agencia de influencer marketing Goldfish, explica que “se constituyen como un tipo de influencers particulares por sus características, lenguaje y, puntualmente, por lo que representan para el país y para sus audiencias”.

Cifras conocidas por Forbes muestran que este tipo de ingresos de los jugadores pueden mover más de US$2,7 millones al año, pues se trata de campañas publicitarias en redes sociales que tienen alto impacto en audiencias clave. James Rodríguez, por ejemplo, alcanza más de 46.5 millones de seguidores en Instagram y se estima que tiene un costo estimado por campaña de US$406.700.
Falcao García logra campañas por US$542.000 al año, mientras que el lateral Santiago Arias de US$433.800. Asimismo, Cuadrado logra hasta los US$245.500, igual que Rafael Santos Borre y Davinson Sánchez. Se calcula que Yerry Mina cobra un poco más de US$163.700 por cada campaña de influencer marketing.
“Este negocio los jugadores colombianos han crecido en los últimos años y proyectamos que seguirá al alza”, dice Prada, quien además concluye que, de fondo, “las marcas ya no buscan únicamente tener una figura visible que sea admirada por las personas, sino que también, incorpore su propia voz dentro del desarrollo estratégico y creativo de las campañas”