Las herramientas LegalTech, que van desde softwares de gestión hasta marketplaces llegaron para quedarse. Atrás quedaron las ostentosas oficinas y el código de vestimenta formal.

Como ocurrió con casi el total de los sectores económicos en 2020, a causa de la pandemia, el sector legal también se reconfiguró y aceleró procesos de digitalización que habían estado rezagados por años.

Según expertos consultados por Forbes, la realidad de las grandes firmas de abogados ya no incluye ostentosas oficinas sino profesionales capacitados que hacen uso de las herramientas tecnológicas para adaptarse a las nuevas necesidades de los clientes.

En ese contexto, uno de los más grandes desafíos que quedan para este 2021, según comenta Sergio Michelsen, socio de la firma Brigard Urrutia, es que el sector “logre migrar sus modelos de negocio a escenarios cada vez más digitales para romper barreras de acceso”. Por esto, agrega, las iniciativas LegalTech están cobrando cada vez más fuerza en el país.

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El fenómeno LegalTech -como se describe a la tecnología aplicada a la comercialización y prestación de servicios legales- tomó un impulso importante en el marco de la pandemia en 2020. Por ejemplo, la Corte Constitucional decidió dejar de recibir expedientes físicos para su revisión, lo que representó un importante salto digital en el sector público. Según un reporte de Legaltechies.es, en el país hay al menos 50 empresas que ya la implementan con herramientas que van desde softwares de gestión hasta marketplaces jurídicos. El 67 % de estos proyectos están concentrados en Bogotá.

Así, en el corto o mediano plazo, los bufetes colombianos empezarán a poner sobre la mesa temas de inteligencia artificial y analítica a la hora de considerar el éxito de un caso, como ya ocurre en prestigiosas firmas de abogados de Europa o Estados Unidos. Juan Carlos Rocha, socio y director en Colombia de la firma Philippi Prietocarrizosa, explica que en su caso, la implementación del LegalTech estaba en curso incluso antes de la pandemia y coincide en que será una tendencia que continuará creciendo.

“Nosotros, por ejemplo, tenemos interconexión total en materia de manejo de documentos, procesos, seguimiento, estándares de calidad y demás. La infraestructura no solo cubre el área legal y el procesamiento de documentos legales, también tiene impacto en relación con la gestión de facturación, cartera, proveedores y demás”, explica Rocha.

Para el experto, el futuro de este sector está en la correcta mezcla entre la profesionalización de los individuos y y el uso de estas herramientas. Con este punto coincide Martín Gustavo Ibarra Pardo, socio presidente de Araújo Ibarra Consultores Internacionales, quien agrega que “el ser consejero, el escuchar al cliente, el diseñar estrategias conjuntas y el conciliar conflictos, seguirán justificando en el futuro el ejercicio de los mejores abogados”.

Un sector en construcción

Para Juan Carlos Rocha, de Philippi Prietocarrizosa, el impacto del coronavirus en el sector es tal que ha dejado un mercado por descubrir para el sector legal, especialmente ante el uso masivo de los canales digitales y la apertura internacional que estos propician.

Dentro de los cambios más importantes que el experto destaca que se mantendrán en esta realidad pospandémica están: la continuidad del trabajo remoto, pero no con él la eliminación de los espacios físicos que seguirán siendo importantes; los horarios flexibles, el código de vestimenta informal, el uso de herramientas digitales, una demanda más fuerte de rapidez por parte de los clientes e incluso esquemas alternativos de remuneración en donde se privilegie la calidad.

Al respecto, Victor Ayalde, socio de la firma Advocat, agrega que la sincronía y la velocidad en la que se prestan los servicios legales serán los parámetros que guíen la atención al cliente en esta nueva realidad.

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“Las soluciones que se entregan deben ser llave en mano para facilitar su implementación no solo pensando en la figura de gerente legal, sino en los destinatarios finales dentro de las empresas”, dice.
Para Ayalde, la virtualidad y la omnicanalidad que trajo la pandemia han permitido una interacción más cercana y fluida con los clientes que en el pasado y este, dice, es un aspecto que se debe mantener y aprovechar, especialmente para la construcción e implementación de esas soluciones por las que son consultados.

“La estructura de las firmas de abogados debe estar construida en torno a las necesidades de los clientes, sin trasladar ineficiencias a estos. Esto requiere adaptabilidad, innovación y adopción de soluciones tecnológicas. El resultado debe ser liberar tiempo de los abogados para brindar un servicio personalizado”.

Finalmente, desde Baker Mckenzie resaltan que este es solo el comienzo de una nueva forma de prestar servicios legales.

Alejandro Mesa, socio director de la firma, puntualiza que es momento de aprovechar las tecnologías analíticas para desarrollar servicios más innovadores que respondan al nuevo contexto económico y social.