El candidato de izquierda y aún no proclamado presidente, Pedro Castillo, busca usar este mecanismo para crear una nueva carta magna. Aunque existen caminos legales para que lo logre, ese proceso tendría efectos retadores sobre la economía y la gobernabilidad del país.

La posibilidad de realizar una reforma total o parcial de la constitución, a través de una Asamblea Constituyente, ya está en la agenda política peruana. Es la propuesta del partido de izquierda Perú Libre, con el que el profesor Pedro Castillo– quien aún no es proclamado presidente– llegó a la segunda vuelta.

La mayor preocupación de una Asamblea Constituyente es el impacto que tendría sobre la economía. Dado que es un proceso largo (de dos a tres años), algunos analistas consultados por medios locales señalan que eso frenaría varias inversiones, especialmente las de largo plazo. A ello se suma que, como lo ha expresado el partido de Castillo, se buscaría que la asamblea reforme el capítulo económico de la constitución, lo que añade más incertidumbre sobre las reglas de juego para la economía peruana. 

Pese al reciente acercamiento de Castillo a empresarios (a través de su asesor en temas económicos Pedro Francke) y de la manifestación pública de su intención de promover grandes inversiones, la preocupación sobre el impacto de una Asamblea Constituyente sobre la economía no ha sido despejada. 

La reforma constitucional es una propuesta bandera que Perú Libre ha plasmado tanto en su programa de Gobierno original (también conocido como ideario) presentado al Jurado Nacional de Elecciones (JNE) –con el que se inscribió Castillo para participar de la contienda electoral– como en el nuevo plan de Gobierno que divulgó el candidato de izquierda en la segunda vuelta para sus primeros 100 días de gestión. “La nueva Constitución Política del Perú debe redactarse mediante una Asamblea Constituyente, la misma que debe concluir en el desmontaje del neoliberalismo y plasmar el nuevo régimen económico del Estado”, señala el ideario de Perú Libre.

El propio Castillo mencionó durante la campaña su intención de convocar a la Asamblea Constituyente. A principios de julio, se reafirmó en el tema. “El 28 de julio, iniciando el mensaje a la Nación, vamos a ponerle frente al Congreso el primer pedido del pueblo: que agende inmediatamente la instalación de la Asamblea Nacional Constituyente para hacer con el pueblo la primera Constitución del pueblo”, mencionó. 

Más allá de las intenciones de Castillo, en Perú, recientemente, se ha cuestionado la viabilidad legal de una Asamblea Constituyente, ya que este proceso no está formalmente contemplado en la actual carta magna. Sin embargo, sí existen caminos para que tenga lugar, según dos abogados constitucionalistas consultados por Forbes. Para ello, existirían tres vías, explicaron David Lovatón, jefe de Departamento de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú, y Luciano López, profesor de derecho de dicha casa de estudios.

La primera es mediante una convocatoria a Asamblea Constituyente a través de un proyecto de ley elaborado por el Presidente de la República, una bancada parlamentaria o el 0,3% de los ciudadanos. Esta debería ser aprobada por el Congreso y sometida luego a referéndum. Una segunda vía, que ya no incluye una asamblea pero sí una reforma total de la Constitución, es que el Congreso la haga y que esta sea refrendada por referéndum. El tercer camino es la recolección de firmas de al menos 10% del padrón electoral del Perú para que se pida una referéndum en el que se plantee la posibilidad de convocar a una Asamblea Constituyente. 

“Todos esos caminos jurídicos constitucionales están sobre la mesa.Qué camino vamos a seguir y si es reforma total o parcial va a depender mucho del vínculo que el Ejecutivo y Parlamento establezcan”, afirma Lovatón. 

López recuerda que la idea de reformar la carta magna no es un asunto nuevo. En el 2001, durante el Gobierno de transición del presidente Valentín Paniagua, que reemplazó al hoy preso mandatario Alberto Fujimori (padre de la contrincante de Castillo, Keiko Fujimori), se analizaron potenciales cambios de la Constitución actual. 

¿Golpe a la gobernabilidad?

La propuesta de Perú Libre de reforma de la Constitución podría poner en riesgo la paz del país de corto, mediano y largo plazo, indican las fuentes. Para Lovatón, existen dos escenarios posibles de llevarse a cabo la reforma. Uno, el del consenso, en el que los Poderes Ejecutivo y Legislativo entablan un pacto político, con acuerdos de por medio. Por el contrario, el segundo escenario, plantea enfrentamiento y confrontación entre ambos poderes.

“De pronto, el Ejecutivo se puede ver tentado a promover una iniciativa ciudadana para promover el referéndum, por fuera del Congreso. O el Congreso simplemente no da luz verde a la propuesta del Presidente (de reforma constitucional). Entonces, ahí se genera un enfrentamiento de tipo político y social, que va a rebasar o podría rebasar cualquier marco constitucional”, señala Lobatón. 

Para López, la existencia de la propuesta en el contexto actual agudiza la polarización que ha dejado como secuela la segunda vuelta presidencial. “Me parece que (Castillo) no se percata de (…) que si hay gente que apoya su postura (sobre la reforma constitucional), es la que lo apoyó en la primera vuelta”, dice López sobre el 19,9% de los votos procesados que obtuvo el cajamarquino en dicha instancia electoral. Al mismo tiempo, López estimó que la propuesta encontrará resistencia no solo en Fuerza Popular, sino en las fuerzas políticas conservadoras que el partido de derecha ha logrado aglutinar en las últimas semanas.

Consultada al respecto, Alexandra Ames, jefa del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad del Pacífico, coincidió con López. “Castillo se enfrenta a dos encrucijadas: tiene la promesa de la Asamblea Constituyente por un lado y a unas dos terceras partes del país que no quiere cambios radicales”, dice. A juicio de Ames, Castillo debería enfocarse en las reformas específicas que desea promover, como las anunciadas en educación. “Si Castillo es astuto, sabrá que no tiene las condiciones suficientes para iniciar una reforma radical”, asegura.

Para Ames, el enforcement que necesita el Perú no está en el cambio constitucional sino en la construcción de gobernabilidad. “Para ello, necesitas construir consensos y hacer concesiones”, dice la analista.