La OCDE destacó que la recuperación laboral de este año ha sido parcial, pues todavía quedan ocho millones de desempleados más que antes de la crisis dentro de sus estados miembros.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) reveló hoy sus perspectivas de empleo para 2021, y resaltó que se perdieron hasta 22 millones de puestos de trabajo durante 2020 en sus países miembros. En cuanto a la cifra a nivel mundial, se tiene registro de hasta 114 millones de empleos perdidos.
Con respecto a la recuperación que se ha evidenciado durante este año en el terreno económico y laboral, la OCDE destaca que ha sido parcial, pues todavía quedan ocho millones de desempleados más que antes de la crisis dentro de sus estados miembros.
“Va a ser muy importante dar con la configuración de políticas correcta para fomentar la inversión empresarial y la creación de empleo, así como para impulsar la mejora y la adecuación de las competencias y el reciclaje profesional imprescindibles para garantizar que todos los ciudadanos tengan las mejores oportunidades posibles de participar en la recuperación y beneficiarse de ella”, dijo el secretario general de la OCDE, Mathias Cormann.
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Con respecto a las horas trabajadas en empleos de baja remuneración, la OCDE informó que cayeron más de 28% en el conjunto de la organización. Dicha cifra representó 18 puntos porcentuales más que el descenso registrado en los empleos mejor remunerados. El número de jóvenes que ni trabajan ni estudian ni reciben formación se incrementó en casi tres millones, lo que constituye una inversión de la tendencia del último decenio.
Según las perspectivas reveladas hoy, la recuperación de la crisis también brinda la oportunidad de subsanar deficiencias de la protección social que vienen de tiempo atrás. Por ejemplo,la organización apunta a reevaluar las ayudas de emergencia a los autónomos y otros trabajadores con poca cobertura social que se introdujeron durante la pandemia y convertirlas en respuestas mejor dirigidas y más sistemáticas, capaces de garantizar tanto la equidad como los incentivos para trabajar.
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Un aspecto en el que la OCDE hizo especial hincapié se centró en el retiro prematuramente del apoyo financiero estatal, factor que podría poner en peligro la recuperación. Al respecto, mencionó que los costos a corto plazo de estas medidas fiscales pueden reducirse mejorando la focalización del apoyo en los sectores, empresas y hogares más vulnerables y fomentando las start-ups y la creación de empleo.
Otro punto que resaltó la organización, sobre todo en las primeras fases de la pandemia, tuvo que ver con el aumento de la brecha de género en la tasa de empleo, que subió más de un punto porcentual en varios países, como Eslovenia, Canadá, Suecia y Finlandia. Sin embargo, en el siguiente trimestre se invirtió esta tendencia en la mayoría de los países, aunque con algunas excepciones como Eslovenia, Lituania, Canadá Suecia, Finlandia, Hungría, Colombia y Bélgica.
En el caso de Colombia, la OCDE destacó la intención del Gobierno de abordar los retos de integración en el mercado laboral de varios grupos vulnerables, como los jóvenes, los trabajadores de mayor edad, los solicitantes de empleo de los sectores que sufrieron excepcionalmente más debido a COVID-19, así como las personas que trabajan de manera informal.