La empresa busca fortalecer sus marcas Pequeñín, Tena y Nosotras en Suramérica, Centroamérica y el Caribe. Andrés Felipe Gómez, presidente del Grupo, cuenta detalles sobre el plan de inversión, el golpe de la pandemia y cómo va la venta del 44% de la organización a la multinacional sueca Essity.
Un papel de resiliencia y transformación fue la estrategia que adoptó el Grupo Familia para sortear la crisis económica que se registró en 2020 a causa de la expansión del coronavirus. La empresa colombiana, con participación sueca, aceleró su digitalización, fortaleció los procesos logísticos, envió a 1.800 colaboradores a trabajar en ‘home office’ y logró crecer en medio de las dificultades.
El crecimiento fue evidente y así lo respaldaron las cifras en un momento en el que gran parte de los sectores registraron pérdidas. La organización reportó ventas por más de $2.78 billones, un consolidado que les permitió crecer 5,3%. “Nos tomó por sorpresa todo lo que sucedió”, dice Forbes a Andrés Felipe Gómez, presidente del Grupo Familia. “El 2020 comenzó bien, pero vino la pandemia y fue ahí la reacción del empresariado. Rápidamente, los empleados fueron a sus casas, se instalaron protocolos de bioseguridad robustos en la cadena logística y nos volcamos a cuidar a nuestra gente”.
Con cuatro plantas en Colombia, una en República Dominicana, dos en Ecuador y una en las afueras de Buenos Aires, Argentina, Familia siguió su operación a mitad de la turbulencia sanitaria que se vivió en el mundo. Aceleró incluso su transformación digital, fue exigente en instalar capacidades y ajustar procesos y al ritmo de la reapertura económica que se fue dando empezó a generar mayor tracción en sus negocios.
Lea también: El Grupo Familia aterriza en Perú con su marca Pequeñín
Así lo reconoce Gómez, quien además explica que las compras de pánico -cuando gran parte de los colombianos salieron a los supermercados a abastecerse de papel higiénico- fueron un reto para toda organización. “Dijimos: el mundo está cambiando y Grupo Familia tuvo que adaptarse desde cero a implementar esas buenas iniciativas”, cuenta. “Todo esto nos permitió cerrar un año positivo en comparación con el ambiente y con muchas industrias. Un año supremamente retador, en el que logramos crecer”.
Fortalecidos y con mejores expectativas económicas para 2021, la empresa empezó este año con buenas cifras en medio de la reapertura gradual en varias ciudades del país. Cuenta el ejecutivo que se vio un primer trimestre positivo, que sin duda lo afectó meses después las protestas sociales que se vivieron en Colombia. De hecho, lo califica como “supremamente retador”, pues por más de 26 días detuvieron toda su producción en su planta del Cauca, por ejemplo, lo que les generó algunas congestiones en materia de exportaciones y abastecimiento.
“Tuvimos operaciones totalmente detenidas durante 26 días. Esta organización aguantó esto y fue un reto gigantesco”, reconoce. Pese a que lograron abastecer la demanda con los demás centros industriales, la expansión que preveían para el segundo tercio del año se corrió para los seis meses siguientes. El presidente asegura que estiman volver a la normalidad en los dos próximos trimestres, por lo que para alcanzar este objetivo ya plantean una ambiciosa estrategia.
Este nuevo plan, que nace de la confianza inversionista que tiene la organización en los mercados donde opera, traza inversiones por más de US$100 millones hasta el próximo año, un poco para mejorar su producción en el país y activar la nueva planta que estará ubicada en Rionegro, Antioquia.

Se trata del nuevo complejo que tendrá el Grupo, en donde se ha declarado zona franca uniempresarial. Allí, según cuenta el ejecutivo, se tendrá tecnología de punta, automatización de procesos y un nuevo centro de producción que fortalecerá la expansión de las marcas que maneja la empresa.
Todo estas inversiones se desarrollarán en medio del cierre de la transacción entre Essity y la empresa. Basada en Estocolmo, Suecia, la multinacional avanza en el cierre del acuerdo por el 44% del Grupo Familia y se prevé que todo esté listo a más tardar al cierre de agosto.
“Se requieren todas las automaciones por parte del regulador en Colombia. Esperamos que en el tercer trimestre del año suceda, podría decir que el cierre de la transacción sería a finales del mes de agosto”, advierte.
Lea también: Multinacional sueca se queda con la participación mayoritaria del Grupo Familia
Essity, que es aaccionista desde 1985 y actualmente es dueña del 50% de la empresa, busca quedarse con un 44% adicional de la empresa colombiana, para así completar 94% de participación. La ‘holding’ tiene operaciones en 150 países, 45.000 empleados y ventas por un poco más de 12.000 millones de euros al año, por lo que, según dice Gómez, permitirá que Grupo Familia siga su senda de crecimiento de cara la consolidación de su operación en todo América Latina.
“Esto le permite poder capitalizar lo mejor de los dos mundos, pero también reforzar ese ADN de emprendimiento para consolidar Latinoamérica. Familia participa en el Caribe y en la mayoría de países de Latinoamérica y esto les permite actuar en todos los países, excepto México y Brasil”, cuenta el presidente.
Por ahora se estima que el precio de compra de esta porcentaje accionario asciende a los casi US$800 millones. Bajo la sombrilla de Essity, Familia quiere fortalecer el joint venture que se ha desplegado en las últimas 3 décadas, y así mismo avanzar en la conquista de nuevos consumidores de la región.
Aunque el presidente de la organización explica que no tienen planeado la apertura de nuevos mercados de exportación, sí dice que el principal mensaje es que “se genera mayores capacidades, lo que permite consolidar mercados de otras geografías”.
Hoy la empresa maneja marcas como Nosotras, Tena, Pequeñín y todo el portafolio de Familia. Exporta a Ecuador, Perú, Uruguay, Paraguay y el Caribe, entre otros, y busca seguir captando mercado no solo con la capitalización, sino además con las nuevas capacidades logísticas que tendría con un socio como Essity.