Además de Alemania, países como Bélgica, Francia, Suiza, Luxemburgo y Países Bajos se han visto afectados por las inundaciones, que según expertos, podrían volverse más frecuentes en los próximos años.

Alemania confirmó hasta el momento la muerte de 103 personas por las devastadoras inundaciones que afectaron al oeste del país, aunque se teme que la cifra final suba porque hay cientos de desaparecidos en una catástrofe con daños económicos aún por calcular.

Las autoridades del “Land” de Renania- Palatinado cifraron en 60 los fallecidos y el ministerio de Interior del “Land” de Renania del Norte Westfalia los situó en 43.

Pero la policía teme que la cifra siga aumentando en las próximas horas dado que todavía hay varios cientos de personas desaparecidas, aunque se sospecha que en muchos casos se debe a que el colapso de la telefonía móvil les ha impedido comunicarse.

El primer ministro de Renania del Norte-Westfalia (NRW), Armin Laschet, confirmó por su parte esa fatal predicción en una conferencia de prensa en la que añadió que las inundaciones están alcanzando una “dimensión histórica”.

Los datos de las autoridades de ese “Land”, que tiene unos 18 millones habitantes y es el más poblado de Alemania, indican que las inundaciones han dejado anegados un total de 25 municipios o distritos.

Agregaron que el problema principal no es el Rin ni otros grandes ríos de la región, sino sus múltiples afluentes, incapaces de absorber los caudales de agua recibidos por las fuertes lluvias de estos últimos días.

“Debemos hacer a la NRW más preparada para responder a la crisis climática”, dijo a la prensa Laschet, aspirante conservador a suceder a la canciller Angela Merkel tras las elecciones generales del próximo 26 de septiembre.

“Hay que avanzar hacia la neutralidad climática”, enfatizó el líder regional a propósito del vínculo entre la catástrofe, la crisis climática y las recientes iniciativas alemana y europea para contrarrestar sus consecuencias.

Antes que él el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, llamó a la “unidad nacional” y a la solidaridad con los afectados: “Las aguas se retiran y ello hará visible la verdadera dimensión de la tragedia”, afirmó en una declaración institucional.

“Estamos ante una tragedia que nos deja sin palabras”, dijo, pero la respuesta a esta situación debe ser la “solidaridad”, la “unidad” y el apoyo.

Las devastadoras inundaciones han provocado cortes de carreteras y vías férreas. El tráfico ferroviario en Renania del Norte-Westfalia (NRW) y Renania-Palatinado se ha visto gravemente afectado y muchos trayectos están interrumpidos completa o parcialmente.

Solo en NRW se han visto afectados 600 kilómetros de vías férreas. Los trenes de cercanías en muchas partes o no funcionan o funcionan solo parcialmente y cuando las condiciones de las carreteras lo permiten se ofrecen autobuses como alternativa.

También ha habido cortes en autopistas y carreteras. Al menos dos trayectos de autopista están interrumpidos, uno de ellos la A1, que conecta el norte del país con el oeste ahora golpeado por las inundaciones.

El Gobierno federal ha ofrecido ayuda a las regiones aunque no ha especificado todavía el monto de la misma, pues el costo de los daños aún no ha sido estimado.

Durante este viernes se fueron conociendo detalles de la medida de la catástrofe, como el derrumbe de varias casas en Erftstadt-Blessem, cerca de Colonia, que causó varios muertos, o el fallecimiento de doce personas con discapacidad que no pudieron ser rescatadas de la residencia en la que vivían.

Los medios locales muestran imágenes impactantes del estado en el que han quedado numerosas localidades de las zonas afectadas: casas arrancadas de sus cimientos, puentes rotos, vehículos amontonados en las calles repletas de escombros, barro y grandes corrimientos de tierra causada por la violencia de las aguas.

La inestabilidad meteorológica no se circunscribe al oeste del país, puesto que los servicios de predicción de la capital, Berlín, pronostican que a la ciudad llegarán en la tarde del viernes fuertes lluvias y vientos, aunque en principio no se prevé que la violencia con la que sacudieron a los “Länder” occidentales.

Sucederán con más frecuencia

Inundaciones como las ocurridas en el oeste de Alemania, donde más de un centenar de personas han muerto por las devastadoras lluvias, serán cada vez más frecuentes y extremas, según explica a Efe Dieter Gerten, experto en climatología e hidrología de la Universidad de Potsdam.

Los modelos climáticos prevén desde hace años que, como consecuencia del calentamiento global, se verán más eventos meteorológicos extremos en Alemania, en Europa y en todo el mundo, agrega Gerten (Bitburg, 1970), que es también profesor de la Universidad Humboldt de Berlín.

“Es de esperar que así ocurra, según las simulaciones climáticas y según los principios físicos. No se podrá decir cuándo ni dónde y en qué magnitud, pero hay una tendencia clara de que esto será más frecuente en el futuro”, cuenta a Efe.

El académico explica que existen evidencias de que los cambios en los patrones climáticos están relacionados con el calentamiento global y que su causa es, “por supuesto”, la emisión de gases de efectos invernadero como consecuencia de la actividad humana.

“La evidencia de todos estos eventos extremos que se acumulan en muchas regiones del mundo es una seria señal de que el cambio climático global es real y se hace más intenso cuantos más años pasan”, comenta.

Apunta que los principales responsables son especialmente los países industrializados y que, a su juicio, todas las naciones se deben “tomar en serio” su compromiso en los acuerdos climáticos como el de París para la reducción progresiva de las emisiones de los gases más contaminantes.

Otros países enfrentan la misma situación

En Bélgica las lluvias torrenciales han dejado ya entre 22 y 23 muertos, según distintas fuentes, así como cuatro desaparecidos, según el último balance ofrecido por las autoridades este viernes, tras unas inundaciones que han causado enormes destrozos, sobre todo en la región sur de Valonia, cuyo Gobierno va a declarar el estado de desastre natural.

Las inundaciones han dejado carreteras cortadas, tráfico ferroviario interrumpido, unas 20.000 personas sin electricidad e incluso viviendas sin agua potable, tanto en la provincia de Lieja como en muchas otras localidades del sur del país.

La mayor parte del territorio de Valonia, cuyo Gobierno se reunió este viernes para analizar los daños, sigue bajo alerta de inundación, donde el cauce de los ríos ha alcanzado niveles sin precedentes en las últimas horas.

En Francia los servicios meteorológicos mantienen este viernes en alerta naranja por riesgo de inundaciones a 13 departamentos del noreste del país, en una zona fronteriza con Bélgica y con Alemania, por las lluvias que se esperan.

Las principales amenazas, además de las crecidas de algunos ríos, están en la posibilidad de que localmente se desencadenen avalanchas de barro en zonas con mucha pendiente, según Méteo France.

La línea de ferrocarril entre Thionville y Luxemburgo está interrumpida desde el jueves por el efecto de las lluvias en algunos de sus tramos y debería permanecer cerrada hasta última hora del domingo. Los convoyes regionales y los trenes de alta velocidad que la utilizan han tenido que anularse y se han habilitado autocares de sustitución.

En Luxemburgo, donde en algunas zonas se llegaron a registrar hasta 100 litros de lluvia por metro cúbico, el gobierno de Xavier Bettel declaró en la tarde de ayer el estado de desastre natural por la “dramática situación” que vive el país, en el que por ahora no hay que lamentar víctimas mortales.

También el gobierno neerlandés declaró en la noche del jueves el estado de catástrofe natural en Limburgo, limítrofe con Alemania, lo que supondrá que el Estado se hará cargo de cubrir parte de los daños materiales provocados por la situación.

Miles de vecinos de esa provincia del sureste de Países Bajos han sido evacuados como medida de precaución por la subida del nivel de agua en los ríos tras las fuertes lluvias de los últimos días, que han dejado importantes daños materiales, aunque hasta este viernes no se han registrado muertos.

Mientras tanto, en Suiza las autoridades siguen manteniendo la máxima alerta en los lagos de Biena, Thun y los Cuatro Cantones, que han llegado a desbordarse esta semana, y hay niveles moderados en otras zonas del país, ante el temor a nuevas inundaciones debido a las persistentes lluvias del último mes y medio.

El presidente suizo, Guy Parmelin, visitó el jueves las ciudades de Lucerna (a orillas del lago de los Cuatro Cantones) y Biena, para analizar la situación de unas inundaciones que han anegado numerosas viviendas en esas zonas, aunque por ahora no se han registrado daños personales.

En muchas zonas del país helvético se han emitido mensajes de alerta a la ciudadanía, recomendando limitar los desplazamientos y no aproximarse a ríos y lagos.

EFE