La fabricación local de vacunas estaría enfocada en exportarlas a toda Latinoamérica.

El laboratorio chino Sinovac anunció que desarrolló una vacuna contra la variante Gamma del coronavirus, la más prevalente en Sudamérica, y decidirá en los próximos meses si instala una planta de fabricación en Chile para distribuirlas por todo el continente, anunciaron funcionarios de la farmacéutica y de la Universidad Católica reunidos en Santiago.

Una delegación de Sinovac encabezada por el vicepresidente de la empresa, Weining Meng, se encuentra desde hace varios días en la capital chilena y el lunes se reunió con representantes universitarios para discutir su colaboración científica y la instalación de una planta local para fabricar vacunas contra el COVID-19, la hepatitis y la influenza.

Vacunas para variantes específicas

La Católica y Sinovac mantienen una estrecha relación de colaboración científica desde antes de la pandemia, que le permitió a Chile acceder rápidamente a la vacuna anticovid desarrollada por la empresa asiática y comenzar su campaña de inoculación en febrero pasado sin depender de los laboratorios occidentales que aún no han entregado al país todas las dosis comprometidas.

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Sobre la nueva vacuna contra la variante Gamma -antes conocida como “variante brasileña”- el investigador de la Católica, Alexis Kalergis, responsable de los estudios clínicos de la vacuna de Sinovac a nivel local, dijo que científicos del laboratorio chino “han hecho una vacuna específica para la cepa brasilera que es la más frecuente en Chile. Ellos van a presentar los resultados esta semana y sin duda es interesante porque además de reforzar la inmunidad hemos planteado la importancia de generar vacunas que se adapten a las variantes que están circulando”.

“Ellos ya avanzaron con los estudios, no solamente con la formulación, y es interesante tener eso en consideración al momento de reforzar la inmunidad”, agregó Kalergis.

Según datos de la Organización Panamericana de la Salud, las variantes Alfa y Gamma del SARS-CoV-23 son las más prevalentes en los países de Sudamérica.

Las vacunas se exportarían a toda la región

Por otro lado, el rector de la Universidad Católica, Ignacio Sánchez, explicó que los funcionarios de Sinovac quieren construir en Chile una planta para fabricar vacunas no solo contra el COVID-19, sino contra la hepatitis y la influenza, y “han dicho que quieren tener la decisión tomada era los próximos meses, ojalá terminar este segundo semestre con la decisión ya tomada”.

La planta fabricaría vacunas “pensando no solamente en las necesidades de Chile, sino teniendo una mirada latinoamericana muy directa, muy clara”.

Además de Chile, la vacuna de Sinovac también se utiliza en Latinoamérica en Brasil, México y Colombia, y a nivel mundial en gigantes como China, Turquía, Paquistán y las Filipinas.

El vicepresidente de Sinovac, Weining Meng, agregó que “estamos dispuestos a aportar nuestros esfuerzos a la población de aquí. Traemos la planta de producción a Chile y podemos brindar nuestro servicio a su población, pero también podemos brindar nuestro servicio a los países vecinos”. 

Chile tiene una larga tradición de producción de vacunas que comenzó en 1887 con la fabricación local de vacunas contra la rabia y la viruela, hasta algún momento de 2005 cuando dejaron de producirse. 

La pandemia del COVID-19 instaló la urgencia de volver a fabricar las vacunas a nivel local, sobre todo para no tener que competir con países más grandes y poderosos económicamente capaces de acaparar la producción internacional como se ha visto durante esta crisis.

El ministro de Salud chileno, Enrique Paris, dijo en una entrevista con Forbes que volver a fabricar vacunas localmente es un “gran sueño propio”.

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Sánchez, por su parte, agregó que instalando una fábrica local de Sinovac “Chile gana mucho. En primer lugar, es un desarrollo científico y tecnológico. Cuando uno comienza o reinicia una producción de vacunas hay muchos factores que se potencian en términos de desarrollo científico, de la producción de insumos para esa planta, de conocimiento y de capacitación de los científicos, técnicos y los profesionales”. 

Otros proyectos para fabricar vacunas localmente

“Inicialmente vendrían muchos profesionales y académicos desde China, pero por supuesto que habría una capacitación y un trabajo en conjunto con sus pares nacionales. Desde el punto de vista del estímulo biotecnológico es muy importante”, señaló.

Pero la Católica no es la única institución que está promoviendo la fabricación local de vacunas.

La Universidad de Chile, cuyos investigadores han trabajado en los ensayos clínicos de Sinovac, Janssen y Oxford-AstraZeneca, también firmó este año un acuerdo con la Asociación Industrial de Laboratorios Farmacéuticos (Asilfa) para desarrollar un centro productor de vacunas en la Región Metropolitana de Santiago que debería comenzar a funcionar en 2024, con el propósito de fabricar 100 millones de dosis de vacunas contra el COVID-19 por año, 40 millones para el mercado local y 60 millones para exportar.

El proyecto de Sinovac con la Católica, por su parte, es para producir localmente 60 millones de dosis de vacunas anticovid durante el primer año para exportar a toda Latinoamérica, según el rector Sánchez.