El expárroco de El Bosque, en Santiago, fue uno de los casos más emblemáticos de abuso sexual que azotó al Vaticano y que estuvo en la agenda del Papa Francisco durante su gira en Chile.

Esta mañana se dio a conocer en Chile la muerte a los 90 años del ex sacerdote de la Iglesia Católica, Fernando Karadima, cuyo caso remeció a la institución por abusos sexuales, de conciencia y de poder contra seminaristas y sacerdotes ligados a la parroquia El Bosque, en Santiago.

Si bien aún no se sabe oficialmente el motivo de su fallecimiento, Karadima padecía una enfermedad coronaria, la que lo internado en un recinto hospitalario en junio pasado.

Las denuncias por abuso sexual contra Karadima se dieron a conocer en 2010, cuando sus víctimas, José Andrés Murillo, James Hamilton y Juan Carlos Cruz, dieron a conocer de forma pública que eran abusados por el exsacerdote de la parroquia El Bosque, considerado “un santo” por sus seguidores.

Mientras que el Arzobispado de Santiago -donde pertenecía Karadima antes de ser expulsado por el Papa Francisco el 27 de septiembre de 2018- se refirió que “acompañamos de cerca a las víctimas sobrevivientes y a sus familias, pidiéndole a Dios misericordioso que pueda sanar el dolor causado a todos quienes han sufrido. Al mismo tiempo, como arzobispado reafirmamos nuestro compromiso para seguir trabajando en la promoción de ambientes sanos y seguros al interior de la Iglesia”.

Además: El Vaticano posee más de 5.000 propiedades en todo el mundo

El imperio de Karadima

A pesar de los crudos relatos de los denunciantes del expresbítero, la comunidad de El Bosque, sacerdotes y obispos hicieron caso omiso a los crímenes de Karadima.

Incluso algunos de los obispos formados por Karadima como Andrés Arteaga, Tomislav Koljatic, Horacio Valenzuela y Juan Barros, hicieron lo posible por impedir que éste fuera sancionado por la justicia, intimidando a las víctimas.

En tanto, la investigación canónica declaró culpable a Karadima, y su condena fue la prohibición de realizar misa, retirarse a una vida de oración y penitencia, que durante los últimos años llevó a cabo en el Hogar de Ancianos San José, en Lo Barnechea.

Mientras que la justicia chilena resolvió la prescripción de sus delitos.

La constante búsqueda justicia por parte de las víctimas, marcó la gira del Papa Francisco en Chile, quien en 2018 les pidió públicamente perdón, y más tarde los recibió en Roma.