Pablo Rabelo nació en Bogotá, se graduó de administración de empresas y fundó su empresa. Un día se cansó del mundo corporativo y se fue a recorrer el mundo. Hoy conoce 21 países y ha recorrido más de 120.000 kilómetros en moto. Esta es su historia.

A Pablo Rabelo le gusta contar historias. Lo hacía en la universidad, luego en su empresa y ahora en cada uno de sus viajes. Es aventurero, intrépido y nadie lo detiene. Lo enamora lo distinto, el valor de vivir fuera de los paradigmas y la posibilidad lograr cosas extraordinarias. Cree, en resumen, que es mejor llegar a viejo con algo que contar a no poder hacerlo.

“Hay que aprovechar los momentos de la vida para hacer las cosas”, dice el colombiano, quien hace un par de años decidió tomar una pausa, comprar una moto e irse a aventurar por el mundo. Empezó dando ‘vuelticas’ cerca a Bogotá, pero en un viaje de trabajo a Italia se convenció del tema. “Viajé por toda la toscana, hice todo el norte de Italia en moto y llegué al país con una fijación de tener una más grande y lanzarme a recorrer el país”. Y así lo hizo.

Tras sacar un crédito a través de la empresa que él mismo había fundado, recorrió Colombia y se fracturó un pie yendo para Medellín. En muletas, trabajando desde casa, decidió no parar esta odisea y comprar una moto más grande. Recuerda que se fue para el concesionario a mirar opciones, pero ese mismo día salió con los papeles firmados. Y claro, con la plena convicción de conocer todo Suramérica.

El colombiano Pablo Rabelo ha recorrido más de 120.000 kilómetros en sus viajes en moto | Foto: Pablo Rabelo.

“Tenía que conciliar la rutina laboral de una empresa que lo necesita a uno. Le dije a mi gerente de operaciones: Oiga, me voy a tomar vacaciones por primera vez y quiero llegar hasta Perú en una moto. Ella me dijo: Pablo, confía en tu equipo, no te preocupes”, le cuenta Rabelo a Forbes. “Ahí me inventé un esquema de que cada tres meses me tomo diez días libres para avanzar. Dejo la moto donde llego y me devuelvo en avión. A los tres meses vuelvo por ella y hago lo mismo”.

No se inventó la rueda, cuenta, pero logró repetir estos viajes siete veces. De ahí a que fue hasta Ushuaia, el extremo austral de Sudamérica, apodado el “Fin del Mundo”, y subir hasta Paraguay y Brasil. Sin embargo, su empresa empezó a tener un par de problemas, con un modelo de negocio agotado y una necesidad de cambio urgente.

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“Yo sabía que eso me iba a sacar de pobre, pero ya tenía atorado en mi garganta ¿Por qué no hace algo grande? Acababa de cumplir 37 años y me prometí vivir una vida extraordinaria”, cuenta el empresario, quien se convenció que era el único responsable de contar una gran historia: la de él mismo, con una experiencia salida de todos los esquemas.

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El espíritu aventurero de Pablo siempre ha estado en su sangre. Su mamá es colombiana y su papá brasilero. Nació en Francia, pero creció en Colombia. Su padre fue refugiado político, por lo que, cuenta, ha sido de una familia que siempre ha estado en movimiento.

Estudió en el Liceo Francés en Bogotá y desde pequeño estuvo expuesto a lo que sucedía en el mundo, según sostiene. Su mamá trabajaba en una aerolínea, por allá en década de los 80’s, por lo que viajaba mucho, en un momento en el que montarse en un avión era un lujo.

Cuando salió del colegio, pasó por un par de carreras: estudió música, luego ingeniería mecánica y llegó a la administración de empresas, su pasión. Se graduó la Universidad de los Andes, empezó a trabajar en una fundación y luego pasó a la consultora McKinsey, desde donde desarrolló temas de gobierno.

Rabelo recorrió el abra del Acay, la ruta 40, de Argentina. | Foto: Pablo Rabelo.

Se cansó de ser empleado y fue ahí cuando fundó Experiance, una firma que llegó a 15 colaboradores con operaciones en Colombia y México. Sin embargo, según recuerda, se dio una transformación en el modelo de negocio, por lo que fue en plena reinvención de la empresa cuando se preguntó por qué no conquistar el mundo en un caballito de acero de dos ruedas.

“Dije: esta idea es digna de ese propósito que tengo de vivir una vida extraordinaria. Me voy dos años, recorro el mundo entero, vuelvo y reinicio todo ese proyecto grande de la empresa”, recuerda el empresario colombiano. “Eso fue darme un tiro en el pie, porque fue una idea que se me clavó y no se puede sacar. Hice el Excel, analicé toda la situación y, después de todo, concluí que lo peor que podía pasar era perder todo y literal, caer en quiebra”.

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De acuerdo con Rabelo, la decisión de viajar por el mundo se le incrustó en el corazón, por lo que tuvo que hacer un buen tratamiento de finanzas personales para hacer los números del viaje. Fue ahí cuando invirtió un par de recursos que tenía en la bolsa de Estados Unidos, detuvo su empresa en la mínima expresión y emprendió su sueño aún cuando hace tres meses había rentado un apartamento.

“Eso fue lo que decidí hacer, porque no hay peor vejez que la que no tiene nada que contar”, insiste. “Dejé todo y me fui a Paraguay, donde estaba la moto y empecé a recorrer todo el continente. Le dije a mi exnovia que nos viéramos en Brasil y así fue: hicimos Brasil juntos”.

Rabelo se ha quedado en más de 5050 lugares diferentes en su viaje en moto | Foto: Pablo Rabelo.

Rabelo recorrió todo el continente Americano desde Argentina hasta Alaska, con un par de faltantes. Cuenta que han sido 21 países, a excepción de Panamá y Venezuela, 120.000 kilómetros y por lo menos 550 lugares diferentes en donde se ha quedado.

Esta travesía la logró antes de la pandemia, por lo que recuerda que en pleno viaje llegó el covid-19 a las Américas y tuvo que dejar la moto en Costa Rica. Así, viajó de nuevo a Colombia, se mantuvo por los rendimientos de la Bolsa de Valores, pero buscó nuevas fuentes de ingreso.

Ahora, tras más de año y medio de pandemia, sostiene que entró de lleno a las redes sociales para seguir contando historias, desde cualquier punto donde se encuentre. Le dice a Forbes que, en medio de toda la planeación de sus próximos viajes, se dedica ahora al coaching, a las mentorías y a las conferencias sobre cómo vivir una vida extraordinaria y dejar el mundo corporativo.

“Pablo Rabelo quiere ser el gran motivador de personas con espíritu aventurero para que ellos mismos hagan la aventura de su vida. Experiance, que es mi empresa, tiene que reiniciar y tiene que constituirse como aquel proyecto que me imaginé”, dice el viajero. “Viene Europa, principalmente desde España hasta Rusia, y luego África (…). El problema hoy es que hay un montón de fronteras cerradas, ahí todo se detiene por la pandemia”.

El empresario cree que el viaje de su vida aún comienza, tras tomar más de 15.000 fotos en sus viajes. Estimaba recorrer inicialmente 250.000 kilómetros,, pero a juzgar por la situación, dice que la aventura puede estar rondando 350.000 kilómetros. “Ya no tengo tanto afán de hacerlo en un totazo, pero lo que quedó en mi es que esto se convirtió en un estilo de vida: es decir, tengo que ser empresario, tengo que ser un influenciador y un aventurero”, concluye.

El empresario llegó hasta Alaska en moto. | Foto: Pablo Rabelo.