Rodrigo Rojas Vade se aprovechó de la simpatía que generó su caso como supuesto paciente de cáncer para ser elegido a la Convención Constitucional

Rodrigo Rojas Vade, un ciudadano chileno elegido a la Convención Constitucional por su notoriedad como supuesto paciente de cáncer que reclamaba una mejor política de salud pública, admitió durante el pasado fin de semana haber mentido sobre su enfermedad, desatando un escándalo mayúsculo y hasta una denuncia en su contra por haber mentido en una declaración jurada.

Calvo, enjuto, sin cejas, tatuado y con ‘piercing’, la imagen del “Pelao” Vade protestando sin camisa y con catéteres colgándole del pecho se hizo popular durante las manifestaciones del estallido social de 2019, donde afirmaba tener cáncer, reivindicaba una mejor sanidad pública y haber acumulado una cuenta de más de USD$ 475.000 por tratamientos para su enfermedad.

¿Al borde de la muerte?

Según sus propios escritos en redes sociales, Vade Rojas afirmaba que tenía que recurrir a tratar su “cáncer” en el sistema privado de salud porque en el público solo le ofrecían una “quimioterapia genérica”, que le “tuvo al borde de la muerte en el 2016″.

Agregaba que se había sometido a decenas de sesiones de quimioterapia en su vida y hasta fotos publicó convaleciendo tras el supuesto tratamiento.

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No lucho contra el cáncer, lucho para pagar la quimio. Salud digna para Chile”, leía el cartel que llevada durante las protestas del 2019. “Marcho para que todos tengan el derecho al mejor tratamiento que puedan tener”, agregaba en sus redes.

Pero fueron periodistas del diario nacional La Tercera quienes, tras advertir de inconsistencias en su relato, le señalaron que los tratamientos para el tipo de cáncer que reclamaba tener sí eran cubiertos por la salud pública y a mucho menor costo que el que afirmaba, y lo acorralaron hasta que tuvo que admitir: “No, no tengo” cáncer.

El “Pelao” acudió luego a sus redes sociales para confesar: “quiero decir la verdad porque ya no puedo sostener esto. La enfermedad que yo tengo no es cáncer, es un diagnóstico que no pude reconocer hace ocho años por el estigma de la sociedad”. Aún se desconoce qué enfermedad, si alguna, es la que padece.

Cuestionan la honestidad de las instituciones

La admisión desató una tormenta política en Chile en torno a la honestidad de algunas de las personas que aspiran a reescribir la ley fundamental del país tras criticar a un sistema político que consideran corrupto y fraudulento, y provocó la renuncia inmediata de Rojas Vade a su puesto como vicepresidente adjunto de la Convención Constitucional.

Aún está por verse si abandona su puesto como constituyente.

La presidenta de la Convención, la activista mapuche Elisa Loncón, dijo a la radio ADN que el puesto de Rojas Vade “es un cargo constitucional, como si fueran parlamentarios. Nadie puede renunciar”.

Agregó que las mentiras del “Pelao” son exclusividad suya y no de la Convención.

Una opinión distinta tuvo el vicepresidente de la Convención, el abogado Jaime Bassa, quien no descartó acciones contra Rojas Vade más allá de su renuncia a la directiva de la entidad, calificó la situación como “lamentable” y afirmó que debilita el funcionamiento del organismo.

“Aquí no va a haber defensas corporativas”, dijo Bassa, “no es buena idea que entre pares exista la posibilidad de que nos destituyamos, pero sí debe haber una salida institucional”.

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Sin embargo, como Loncón, Bassa agregó que el organismo no es responsable por la conducta personal del constituyente y que debe seguir trabajando.

Denunciado a las autoridades

“Si nos vamos a tomar en serio que las personas pasan y las instituciones quedan, y que lo realmente importante en el estado de derecho es que las instituciones funcionen, entonces dejemos que las instituciones funcionen”, dijo el vicepresidente.

“Dejemos las responsabilidades asociadas al caso de Rodrigo Rojas en el convencional Rodrigo Rojas, que efectivamente se hagan las investigaciones en términos de ética, de legalidad, de probidad, de transparencia”, agregó Bassa, y si se tienen que tomar acciones mas allá de su renuncia a la directiva del organismo “pues tendrá que responder”.

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Tras esas declaraciones, la Mesa Directiva de la Convención refirió al “Pelao” a la Fiscalía para que lo investiguen por haber declarado una deuda bancaria de unos 27 millones de pesos por “tratamiento quimioterapéutico contra el cáncer” en su declaración de intereses y patrimonio, que estuvo obligado a rendir como constituyente.

“Hemos tomado conocimiento a través de los medios de comunicación que el Sr. Rojas Vade ha afirmado no tener cáncer y que, por tanto, la declaración referida en el acápite anterior no sería fidedigna”, indica el documento enviado a Fiscalía.

Desde la izquierda, el candidato presidencial Gabriel Boric afirmó que el caso “me parece gravísimo, creo que con cuestiones como esa (cáncer) no se juega. Defraudar la confianza pública con un tema tan sensible me parece que es terrible”.

Desde la derecha, el candidato presidencial Sebastián Sichel repudió el hecho expresando que “creemos en una política de cara a las personas, que no vive del Estado, dice la verdad, persigue la violencia y defiende la libertad. La descomposición de la izquierda y la falta de conducción nos reafirma el desafío mayorías que garanticen gobernabilidad”.

Una lista electoral en ruinas

El caso de Rojas Vade es solo el más reciente escándalo que azota a la denominada Lista del Pueblo, una diversa agrupación de ciudadanos sin experiencia política previa que acumularon entre todos más de 800.000 votos en las elecciones para la Convención en mayo pasado y eligieron 27 constituyentes, convirtiéndose en uno de los grupos con más fuerza en la entidad.

Rojas Vade fue uno de los fundadores de la Lista.

La Lista surgió de quienes asumieron un rol protagónico en las protestas del estallido social de octubre de 2019 contra la desigualdad en el país y se describe como “quienes hemos luchado toda la historia por obtener dignidad y justicia. Somos quienes hemos vivido y crecido en la inequidad y la desigualdad, somos quienes nos levantamos un 18 de Octubre para decir basta”.

Pero dos meses después de instaurada la Convención, la Lista se halla en ruinas por disputas internas y otro gran escándalo que manchó su corta trayectoria: Diego Anclado Gavilán, un aspirante a la presidencia que intentó inscribir su candidatura por el grupo el pasado mes de agosto, fue descalificado porque las autoridades hallaron que presentó más de 23.000 firmas suscritas por un notario fallecido en febrero pasado, cuya oficina no funcionaba desde 2018.