Dos colegios de Lima comienzan el retorno a clases de manera semipresencial en modo de piloto esta semana.

Este miércoles (ayer), se puso en marcha el plan piloto de retorno a clases propuesto por el Gobierno, en Lima, la capital peruana, habitada por 9,6 millones de personas, un tercio de la población del país. 

Se trata de un regreso voluntario, que se implementará de manera progresiva y semipresencial, con una frecuencia de asistencia de dos veces por semana, por un máximo de cuatro horas, a los centros educativos. 

De un total de diez instituciones educativas incluidas en el plan piloto, cuatro son públicas y seis privadas. 

Así, después de 18 meses de clausura debido a la pandemia por la covid-19, ayer reabrió sus puertas el colegio privado Cambridge, ubicado en el distrito de Chorrillos, al sur de Lima. Se prevé que hoy jueves también lo haga el colegio público de educación inicial Elizabeth Espejo de Marroquín, ubicado en el distrito turístico de Miraflores, según informó el Ministerio de Educación (Minedu).

Para concretar el reinicio de clases, los colegios deben obtener el visto bueno de sus planes de implementación del servicio educativo semipresencial a cargo de las llamadas Unidades de Gestión Educativas Locales.  El distanciamiento de dos metros entre los estudiantes, la ventilación adecuada, la existencia de una estación de lavado de manos y el uso apropiado de mascarillas en las aulas son algunas de las medidas de bioseguridad exigidas por el plan para prevenir contagios de covid-19.

Vale aclarar que el sector rural fue el primero en implementar las clases bajo la modalidad semipresencial en el Perú en noviembre pasado. Entonces, más de 300 instituciones educativas de primaria y secundaria de localidades y comunidades rurales de las regiones de Ucayali, Junín, Ica, Madre de Dios y Loreto fueron pioneras en implementar la estrategia, bajo la premisa de no haber registrado contagios de covid-19 por tres semanas.

El plan de retorno a clases en el sector rural continuó, afianzándose en el avance de la vacunación de los docentes. Así, según datos oficiales, al 7 de septiembre, en el Perú un total de 6.019 servicios educativos estaban operando de manera semipresencial en 21 regiones del país (el 97% en zonas rurales). De estos, el 51,5% correspondía a educación primaria, 34,6%, secundaria y 13,5%, secundaria. 

De esta manera, en el campo peruano, a principios de este mes ya habían vuelto a clases semipresenciales 246.760 estudiantes y 17.611 maestros, de acuerdo al Minedu. 

En Perú, el 61,9% del personal docente y no docente de la educación básica recibió las dos dosis de la vacuna contra covid-19, informó el gobierno a inicios de septiembre. (Foto: Andina)

Plan piloto en cuestión

El plan de retorno a clases en modalidad semipresencial a nivel nacional fue anunciado por el Gobierno a principios de agosto, durante la solicitud de confianza del Poder Ejecutivo ante el Congreso de la República. Entonces, el jefe de gabinete de ministros, Guido Bellido, dio a conocer que el retorno sería “gradual, seguro, flexible, voluntario” y que arrancaría el segundo semestre de este año. 

Sobre el plan piloto de retorno a clases iniciado ayer en Lima, el 3 de septiembre pasado, el Minedu difundió un listado de 16 instituciones que participarían de la iniciativa y 13.371 estudiantes. Sin embargo, esta semana la cartera educativa reportó a través de un comunicado que solo involucrará 10 instituciones. 

De la lista inicial, 15 eran colegios privados a los que asiste población del segmento socioeconómico A y B, mientras que el otro colegio era público. 

Reacciones

La Asociación de Colegios Privados de Lima (Acopril) critica que el plan piloto se haya enfocado en colegios de alto poder adquisitivo, considerando que el 76% de los colegios de la capital peruana son pequeños, con menos de 100 alumnos y una mensualidad que varía entre S/100 (U$24,35) y S/150 (US$36,52). 

“La realidad de los colegios privados top es muy diferente. […] Si queremos hacer un piloto hagámoslo con colegios pequeños”, opinó Edgardo Palomino, presidente de Acropil. El gremio agrupa a 1.950 colegios privados de los alrededor de 6.000 que existen en Lima Metropolitana, apunta Palomino. 

Al gremio le preocupa que los resultados del plan piloto sean trasladados al resto de instituciones educativas públicas y privadas en los próximos meses. 

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Por un lado, la Acopril advierte que el sistema público no estaría en condiciones de recibir a los 300 mil estudiantes que según estimaciones propias se traspasaron desde el sistema privado como resultado de la crisis económica causada por la pandemia. Esta imposibilidad está asociada a la existencia de una millonaria brecha en infraestructura educativa, sostiene Palomino. 

Por otro lado, para los colegios privados la implementación de un sistema educativo semipresencial híbrido supondría sobrecostos por equipamiento fuera de presupuesto actualmente, indica Palomino. Al respecto, Acopril calcula que la inversión en la instalación en el aula de Internet, un proyector, una tableta a modo de pizarra para el docente enseñe en tiempo real, una laptop y cámaras asciende a US$10.000. 

Riesgos a la vista

Según Natalia González, directora general del Instituto de Estudios Peruanos (IEP) , la elección de los colegios del plan piloto se justifica, considerando que se trata de instituciones y poblaciones con mayores posibilidades de contener rápidamente eventuales brotes de coronavirus. 

En ese sentido, como Palomino, la también especialista en temas de educación reconoce los riesgos de trasladar el piloto a colegios públicos, considerando que hasta ahora se desconoce si la medida irá acompañada de garantías de acceso a agua (para lavarse las manos) y mascarillas, elementos esenciales para prevenir el virus. 

“Dada la crisis económica, para las poblaciones más pobres, para los niños, para quienes  significa un cambio (de mascarilla) cada dos o tres días, es algo que se debería proveer”, comenta la directora general del IEP .

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Para Palomino, se requieren aún más acciones de prevención para controlar el riesgo de un brote de coronavirus en los colegios públicos y privados. 

“Los niños deben ser monitoreados con pruebas para que el padre de familia sepa por lo menos una vez a la semana si está contagiado (o no) “, refiere Palomino, al tiempo que observa la imposibilidad de garantizar cero contagios considerando la movilidad de los estudiantes y las familias fuera del centro educativo.

De allí que ante una eventual tercera ola y a pocos meses de cerrar el año escolar (en diciembre próximo), para Acopril no sería conveniente retomar las clases este año. “No tiene sentido arriesgar a los niños”, comenta Palomino. 

En tanto, para González, es importante que el Gobierno lance una campaña de comunicación dirigida a familias y estudiantes sobre el regreso a clases semipresenciales. A su juicio, también se deberían crear estrategias para contener emocionalmente a alumnos y docentes en el proceso de regreso a clases. 

Desde el punto de vista pedagógico, González anotó la necesidad de crear materiales educativos con una mirada de largo plazo. “El plan (de regreso a clases) debe planificar el regreso para lo que se va a enseñar los próximos dos o tres años. Tenemos varias cohortes que han aprendido a leer en casa”, resalta. 

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