La empresa Leukoplast produce, desde Yumbo en el Valle del Cauca, cerca de 450 millones de curas al año. La fábrica es la segunda más importante del mundo para la multinacional Essity y sus productos se exportan a 25 países.
Estados Unidos y Europa han vacunado contra el Covid-19, en promedio, al 52% y al 24% de su población respectivamente, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Desde que la vacunación inició, en los medios de comunicación y redes sociales quedó en evidencia un detalle que en Colombia no se replica, y es que en ambas regiones se usan curitas para cubrir la zona en la que se inyecta el fármaco.
Curiosamente un gran porcentaje de esas curitas provienen de Yumbo, en el Valle del Cauca, y son producidas por la empresa Leukoplast, filial de la multinacional Essity. En los últimos cinco meses, de acuerdo con cifras de la compañía, se han exportado desde Colombia más de 100 millones de curas; Alemania, España e Italia han sido sus principales receptores.
El hecho marca un hito para la empresa, pues su catálogo de curas fue relanzado hace apenas seis meses y la calidad de la producción local ya fue destacada por la multinacional sueca, que nombró recientemente a la planta de nuestro país como su ‘Centro de excelencia en producción’.
Esta distinción consolida a la planta de Yumbo como uno de los principales puntos de manufactura de Essity en el mundo y a Colombia como su segundo mercado más importante en Latinoamérica, después de México. Al año la planta produce 3,2 millones de metros cuadrados de dispositivos médicos (esparadrapos, cinta microporosa, vendas) y 450 millones de curitas; el 85% de ellas se exportan para abastecer la demanda mundial. Filipinas, por ejemplo, recibe las curitas colombianas aún cuando China está geográficamente más cerca.

Para Bernardo Tello, director del Centro de Producción de Yumbo, el éxito de la producción colombiana tiene como base la calidad. “El volumen que producimos nos ha hecho entrar en un ‘círculo virtuoso’ de absorción de costos fijos que nos permite tener precios más bajos que en otros países sin poner en riesgo el producto”, explica.
Durante el paro nacional del 2021, que tuvo su momento más álgido entre abril y mayo, la producción cayó como consecuencia de las protestas, que se agudizaron en esa región. Uno de los puntos de concentración de los manifestantes estaba a menos de un kilómetro de la planta, lo que derivó en que ahora tenga que trabajar en turnos extra para suplir la alta demanda que proviene de 25 países.
Una historia de 120 años
La marca alemana Leukoplast nació hace 120 años y es conocida a nivel mundial por ser pionera en productos para el cuidado hospitalario y doméstico de las heridas. En 1901 su fundador Oscar Troplowitz desarrolló el primer esparadrapo autoadhesivo del mundo. A Colombia llegó en 1974 con la apertura de su planta de 11 millones de metros cuadrados en Yumbo y en 2017 fue adquirida por Essity.
Actualmente la planta genera 125 empleos directos y tiene cerca de 200 proveedores de insumos, de los cuales 140 son locales. Allí se integran todas las áreas de producción de los dispositivos adhesivos de Essity, lo que deriva en que de los siete días de la semana solo permanezca cerrada uno. El resto del tiempo el lugar no descansa.
Esto, explica Tello, porque a raíz de los bloqueos y la crisis sanitaria la demanda es más alta. También, se debe a que la marca decidió reinventarse durante la pandemia y apostar por nuevos canales de venta, especialmente al canal de consumo masivo pues actualmente el 65% de sus ingresos provienen de las ventas al sector hospitalario, en el que es número uno. “Durante el primer semestre de 2021 las ventas crecieron 53% respecto al año anterior en consumo masivo. Estamos en 20.000 puntos de venta en todo el país y solo las curas pesan 26% en las ventas de ese canal”, explicó Paola Cantor, directora general para Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela de Essity.
Essity fue noticia este año porque adquirió otra porción importante de acciones (44%) en el Grupo Familia, quedando como el accionista mayoritario de esta multilatina colombiana. Esto muestra el compromiso de la firma con la inversión en el país.
¿Puede el mercado de las curitas mover tantos números? Lo cierto es que sí. Su importancia es tal que Essity, que tiene marcas globales como Nosotras y Tena, invierte en su planta de curitas en Colombia cerca de 4.500 millones de pesos anuales en tecnología, infraestructura y seguridad.

Esa inversión, entre otras cosas, se destina en un gran porcentaje a desarrollar innovaciones alrededor de las tradicionales curas. Este año, por ejemplo, la marca lanzó en septiembre su ‘Hero edition’, con Batman y la Mujer Maravilla como protagonistas, en un esfuerzo por conquistar a los usuarios más jóvenes. También para enero preparan el lanzamiento de curas transparentes ultrarresistentes al agua.
“La gente no lo sabe, porque en el canal masivo suele haber menos información, pero producimos curas en forma de estrella, que se adaptan a los codos y rodillas, otras que son una especie de triángulo, para los dedos, redondas, cuadradas, etc. De acuerdo con el comportamiento actual y las perspectivas en el mercado local, esperamos crecer un 93% en nuestro portafolio de curas este año”, puntualiza la directora para la región, Paola Cantor.
Calidad Global
Aún con una pandemia de por medio, el de Colombia es un caso de éxito que desde la casa matriz de Essity se ve con gran potencial, explican los directivos. En los meses de aislamiento la planta contó con una estrategia de funcionamiento que permitió que a la fecha ninguno de sus empleados esté aislado o en cuarentena. “De base siempre hemos tenido protocolos estrictos de desinfección para entrar a las zonas de producción, por lo que en realidad no cambió mucho a situación con el Covid”, dice el director de la planta.
Y es cierto. En una visita que Forbes realizó al lugar se evidenció cómo por ejemplo es necesario usar gorros, tapabocas, guantes, batas, protectores para los oídos, entre otros elementos.
Sumado a esto, muchos procesos están automatizados y algunos puestos de trabajo requieren de poco personal. En las áreas de mayor flujo de empleados, como las áreas de control de calidad, sellado y empaque, la compañía optó por modelos de distanciamiento y turnos rotativos que evitan el contagio del virus al máximo. Además, dispositivos como celulares y otros contaminantes, y distractores, están prohibidos en los puestos de trabajo.

Con este panorama, los precios competitivos, la mano de obra y la calidad que han convertido a las curas colombianas en las favoritas del mundo centran la atención del corporativo, por eso se espera que este año la planta adquiera nuevas y mejores máquinas. La meta, indica Tello, es que la demanda continúe creciendo y que más países se sumen a la lista de naciones que reciben los productos ‘made in Colombia’.
“En este momento estamos en un proyecto de relanzamiento que estamos enviando a Estados Unidos. Van a llegar nuevos equipos que ya están en proceso de importación y seguimos con el proceso de ganar nuevos mercados. Iniciamos exportaciones a Brasil y estamos intentando penetrar el mercado argentino. Esto nos abrirá a mayores volúmenes, mayores puestos de trabajo y mejor reconocimiento para la planta de Cali”, menciona.
“Como marca tenemos la expectativa de ser líderes del mercado en los próximos cinco años en el segmento de curas, y conservar el liderazgo que ya tenemos en los segmentos de esparadrapo y fijación”, agregó la CEO.