Luis Fernando Vélez cambió los paradigmas de los cafés tostados de origen en el mundo. Apostó por agregar valor a una industria muy colombiana y creó hace 24 años Amor Perfecto, una marca que nació como una cafetería, pero que ya es todo un movimiento. ya conquista diez países, alza la mano entre los grandes del mundo y busca seguir democratizando el negocio. Esta es su historia.

El cuerpo diplomático de la embajada de Marruecos en El Cairo lo deleita un café especial. A pocos metros de ese consulado, en el distrito de Zamalek, al oeste de la capital egipcia, César, un barista colombiano, les prepara una tasa de origen local. “Es el mejor café y Amor Perfecto es la mejor cafetería de El Cairo”, dicen los visitantes.

Cesar y Diana son los encargados de administrar, crear y perfeccionar el café tostado de origen en ese país. Partieron con el sueño de conquistar nuevas tierras y lo están logrando. Aprendieron del arte en Colombia, así como otros jóvenes que han encontrado en este negocio una oportunidad de vida. Ahora ya ganan concursos, alzan la mano entre los grandes del sector y dejan en alto el legado de Amor Perfecto, el lugar donde lo aprendieron todo.

“Estamos muy enfocados en decirle al mundo que el café tostado de origen sí tiene sentido”, dice a Forbes Luis Fernando Vélez, CEO y fundador de Amor Perfecto, una marca pionera en cafés especiales, desde hace más de dos décadas. “Parte de nuestra misión es lograr que los colombianos que salgan de Colombia buscando una mejor oportunidad lo hagan con un oficio como el de barista, que les da autoestima, dignidad y orgullo”.

Vélez es administrador de empresas de profesión, pero profesor por vocación. Hace 24 años y seis meses, en 1997, apostó por una cafetería distinta que se dedicara a tostar el café y entregar la mejor taza posible. Fue después de un viaje a Londres, cuando su amigo, Alejandro Rengifo, le enseñó el procedimiento para preparar un buen producto. A su regreso a Colombia, trajo unas cafeteras con las que empezó a deleitar a los clientes en una pequeña tienda que tenía en su momento.+

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“Vendíamos flores secas, pero entre cliente y cliente vendíamos café. Lo hacíamos tan bien que la gente empezó a decir que en Bogotá estaba de moda ir a Amor Perfecto”, recuerda el empresario. “Nos dimos cuenta de que los cafés tostados que había en Colombia no eran buenos. Por eso me compré una tostadora, empezamos a tostar y a la gente le empezó a gustar”.

Así, el negocio de flores se convirtió en cafetería; en Amor Perfecto. Su primera tostadora le costó $7 millones. Uno de sus primeros clientes fue Harry Sasson y 1492, un tradicional restaurante ubicado en el norte de Bogotá. Empezó con altas expectativas, que se fueron diluyendo por las restricciones regulatorias que existían en la época.

Foto: Amor Perfecto.

“En ese momento, era prohibido tostar café de alta calidad en Colombia. Me dijeron: no lo podemos autorizar porque por ley no se puede. Sin embargo, arranque a trabajar para ver si lo usamos a usted como ejemplo para cambiar la ley”, agrega Vélez. Para el 2003, seis años después de fundar Amor Perfecto, el Gobierno Nacional ajustó la norma para dar vía libre a tostar y exportar café de manera más sencilla. Así Vélez convirtió una pequeña cafetería, en una marca global, que ya registra más de 35 reconocimientos internacionales, cuatro sedes en Colombia y exportaciones a 10 países del mundo: desde América hasta Asia.

“Hoy exportamos a Corea, Alemania, Estados Unidos, Francia, Holanda, Egipto, Emiratos, Chile, Panamá y Uruguay”, cuenta Vélez, un visionario emprendedor que pasó por la industria aseguradora, de construcción y transporte, antes de encontrar su vocación en el café y la enseñanza. “Nosotros decimos que si Colombia tiene la reputación de tener los mejores cafés del mundo, estamos llamados a tener los mejores baristas del mundo. Por eso trabajamos, pues es una fiel convicción que tenemos”.

Hoy Colombia es el mayor productor mundial de café arábico suave lavado en el mundo, con una producción de 13.9 millones de sacos, según las más recientes cifras de la Federación Nacional de Cafeteros a 2020. La industria está llamada a ser uno de los grandes jalonadores de la reactivación, una premisa que sin duda la conoce Vélez ante las amplias oportunidades que existen en la industria. De fondo, tras una conversación con esta revista, advierte que el café colombiano tiene grandes oportunidades en el mundo, pues cuenta con una alta reputación.

“Queremos que el consumidor pueda tener un perfil de taza con notas especiales. Que puedan escoger cafés más ácidos, menos ácidos, más cítricos y frutales, por ejemplo”, dice el ejecutivo, quien agrega que al cierre de este año esperan alcanzar el medio millón de dólares en exportaciones, al mismo tiempo que trabajan en consolidar la marca Amor Perfecto en el mundo. No solo con producto, sino también con talento nacional, que sigue representando al país en certámenes y concursos.

Para lograrlo, trabajan con caficultores colombianos para alcanzar el mejor producto posible. “Les pagamos por encima del precio del mercado y tostamos los cafés de forma distinta”, dice el ejecutivo, quien agrega que el secreto no lo da el tostador, sino el agricultor. De ahí que busca los mejores granos para que el mundo se dé cuenta del “impresionante aroma y el sabor” que tiene el café colombiano. “Somos los abanderados de mostrar lo que tenemos que hacer. Queremos convertirnos en el mayor productor de cafés tostados de origen en el mundo y, claro, que Amor Perfecto sea una marca de talla mundial”.