Bal Harbour irradia la belleza de playas vírgenes matizada por el arte e impecable estilo que emana de sus resorts de lujo y tiendas ultra chic.
Viajar es uno de los placeres más grandes en la vida y, en Bal Harbour, esta expresión adquiere un significado prominente entre hospitalidad de lujo, shopping y alta gastronomía. El destino, en el extremo norte de Miami Beach, mantiene un aire sublime y contemporáneo que anticipa una estancia inolvidable, en el marco de los 75 años de su fundación.
The Bal Harbour Shops es una de las atracciones más particulares de este enclave sibarita. Ahí, el desfile comienza a nutrirse con el rugir de los motores deportivos de marcas emblemáticas como Ferrari, Porsche y Lamborghini, y de clásicos como Bentley y Rolls-Royce.
Los pasillos conducen hacia boutiques exclusivas de Chanel, Gucci, Prada, Kiton, Tiffany & Co. y otras firmas que exhiben las últimas tendencias de la moda; también hacia santuarios aromáticos como Agent Provocateur y Lalique. Ello, sin perder de vista las tiendas de Audemars Piguet, Chopard, IWC Schaffhausen, Panerai, Rolex y Hublot que tanto emocionan a los amantes de los guardatiempos.
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La travesía alcanza todos los sentidos, a través de una sugerente oferta culinaria abanderada por la elegancia francesa de Le Zoo y el sofisticado estilo japonés de Makoto, donde se puede degustar el “Atlantic 75”, un coctel especialmente creado para celebrar el aniversario de la villa.
Al inicio del proyecto, muchos cuestionaron la arquitectura Bal Harbour Shops y sus espacios al aire libre, debido al clima de Miami. Sin embargo, en la actualidad es uno de los centros comerciales de alta gama más emblemáticos del planeta, con miras a crecer y conquistar nuevos espacios. La expansión contempla 22,389.63 m2, que albergarán aproximadamente 40 tiendas adicionales, cuya apertura está programada para 2024.
El arte de la hospitalidad
The St. Regis Bal Harbour es uno de sus destacados vecinos, justo al otro lado de Collins Avenue. El resort cuenta con amplias suites con vista al Atlántico que trascienden en armonía por el seductor diseño interior creado por el reconocido estudio Yabu Pushelberg. A pie de playa están las Oceanfront Day Villas, una lujosa alternativa para disfrutar de la privacidad en familia.
El reflejo infinito de espejos fragmentados se entrelaza con la madera movingui, de origen africano, y el resplandor de los candiles que yacen en el lobby. Resulta inevitable imaginar el universo en cada paso dado sobre mármol Godflower color negro que fue exclusivamente diseñado para el resort, galardonado con los codiciados Forbes Five Star Awards y AAA Five Diamond Awards para 2021.
A sólo cuatro minutos de Bal Harbour Shops con dirección al norte, se alza The Ritz-Carlton Bal Harbour, cuyos rincones están habitados por una colección valuada en 3.5 millones de dólares, formada por piezas procedentes de Japón, Estados Unidos, Países Bajos, Bélgica y Venezuela. El espíritu creativo se deja ver en esculturas de cerámica contemporánea, óleos y obras a mano alzada que revelan un juego cubista de espacio y color.
El hotel estilo boutique, de 19 pisos y 95 habitaciones, ofrece exclusividad con sólo dos habitaciones en cada piso, cada una con una terraza privada hacia el océano y al Canal Intracostero, y una bañera independiente rodeada de ventanas de piso a techo. Las suites están completamente equipadas con una cocina gourmet y un gran comedor, perfectas para aquellos viajeros que desean tener estancias más prolongadas y personalizadas.
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“Siempre estamos al pendiente del huésped, aplicando nuevos protocolos de seguridad, incluso desde antes de la pandemia”, destaca Beatriz Lobaton, Director of National Accounts The Ritz-Carlton Bal Harbour. Así, el resort continúa siendo uno de los íconos de un destino que atrae a los viajeros más exigentes del mundo.