Cartama fue la primera compañía que llevó aguacate hass colombiano a Estados Unidos, Corea del Sur, Japón y la única que ha entrado a China. Su cofundador y CEO, Ricardo Uribe, narró a Forbes cómo fue que llegaron a exportar más de 12.000 toneladas.
Pocos líderes tienen la misma motivación que tiene Ricardo Uribe cuando se monta en un carro para arribar desde Medellín hasta el área rural de Jericó, un municipio en Antioquia; es lo mismo que cuando un alto ejecutivo aborda por horas un avión para aterrizar en Londres.
La de Uribe se llama Cartama, la compañía que en el año 2000, cuando todavía no estaba de moda, comenzó a sembrar aguacate hass en un terreno de 12 hectáreas en Rionegro. Ahora, tienen más de 6.500 hectáreas de cultivos en 16 municipios de Antioquia, Caldas y Risaralda.
“Soy muy cercano a la gente, muy cercano a la operación”, expresa Ricardo, hijo de Luis Carlos, el empresario antioqueño que insistió en la idea de experimentar con aguacate hass luego de conocer sus bondades en varias visitas empresariales a Chile. “Veíamos un país con potencial y buena disponibilidad de mano de obra. Yo que estaba más joven, tomé la decisión de dedicarme a esto para sacar adelante este proyecto”.
Colombia ya es el tercer mayor productor de aguacate hass en el mundo y nada más en los primeros cinco meses de este año, según Procolombia, sus exportaciones a todos los destinos aumentaron 88% y representaron US$114,3 millones.
El país se beneficia de tener diferentes pisos térmicos para servir al mercado durante las 52 semanas del año y de estar a tres días en mar de la costa este de Estados Unidos y once días de Inglaterra, mientras que otros productores como Perú y Chile, que tienen que pasar por el Canal de Panamá, están a 15 días de la costa este de Estados Unidos y a 25 días de Inglaterra.
Cartama, que tiene oficinas en Reino Unido y Holanda, y que es una de las mayores exportadoras, fue la primera en llevar el producto a Estados Unidos, Corea del Sur, Japón y la única que ha entrado a China, a donde llega con el producto en 29 días. “Es un mercado que crece rápidamente en consumo”, apunta Uribe.
Exploraron el mercado por 11 años y en 2015, luego de insistirle mucho a un cliente, despacharon su primer contenedor a Reino Unido, pero cuando iba en el mar, les dijeron que solo les iban a comprar la mitad.
“Nos veían como un país junior, nos tocó buscar un supermercado que nos comprara el resto”, recuerda Uribe.
“Enamora ver la transformación de las regiones a donde llegamos, porque el 78% de los ingresos de un kilo que se exporta, se queda en el municipio”
ricardo uribe, ceo de cartama
Este año Cartama está añadiendo 1.000 hectáreas sembradas y el próximo adicionará 2.000 hectáreas de cultivos en tierras que ha adquirido. 1.500 de sus hectáreas sembradas, corresponden a una alianza con Mission Produce, una firma californiana que es el mayor productor de aguacate hass listado en bolsa, con un capitalización bursátil de US$1.300 millones.
Para poder controlar desde el corte del cultivo hasta la refrigeración, Cartama ha dividido en tres su negocio: aguacate fresco, empaque y exportación y el de la producción de la materia vegetal.
Pero cuando estrenaron su planta en el municipio de Cerritos (Risaralda), un proveedor de frío les quedó mal y los equipos adquiridos no enfriaban. Corregidos esos inconvenientes, esa planta les ha dado control total, con una capacidad de procesar hasta 18 toneladas por hora.
Entre tanto, sus viveros producen 500.000 plantas anuales que se han estandarizado con un sistema de clonado que “da garantía y homogeneidad en el cultivo”, que otorga mayor productividad por hectárea.
Así mismo, con más de 30 inversionistas, está andando el Fondo de Capital Privado Cartama, que pretende aumentar la disponibilidad de recursos para la estrategia de consolidación de la producción y comercialización del aguacate hass, con la que esperan generar 5.000 empleos directos en los próximos tres años.
“Enamora ver la transformación de las regiones a donde llegamos, porque el 78% de los ingresos de un kilo que se exporta, se queda en el municipio”, explica el CEO de Cartama.
El aguacate ha entrado en la vida de los 1.500 empleados directos que hasta ahora tiene Cartama. En su oficina se ven aretes de aguacate, maletines de aguacate y calcetines de aguacate. El 40% de la nómina son personas entre 18 y 30 años que han bautizado como ‘agromillenials’ y que para el CEO de la compañía, “están encontrando un camino en el campo”.
En Rionegro tienen el laboratorio Avolab y varios frentes de investigación. “No estamos compitiendo con nadie por sembrar hectáreas sino por hacerlo bien”, comenta Uribe, quien cada semana sale religiosamente a visitar un huerto. “Tengo la fortuna de contar con un equipo humano excepcional, todo esto es el resultado de un trabajo en equipo”.