En estos comicios los chilenos también votan por consejeros regionales, diputados y senadores.
Chile inició temprano la que se ha denominado la elección más incierta en sus últimos 31 años. El histórico proceso destaca porque marcaría un cierto cierre de ciclo luego de las violentas manifestaciones sociales que se desencadenaron en 2019 y porque se ha planteado un nuevo escenario político, en el que los favoritos son dos candidatos que no forman parte de los clásicos conglomerados de ese país. Gabriel Boric que va por Apruebo Dignidad, conglomerado del Frente Amplio y el Partido Comunista (izquierda) y José Kast del Frente Social Cristiano (ultraderecha).
Unos 15 millones de electores -en una población de 19 millones- están convocados para ejercer su derecho al voto, voluntario desde 2012. Las urnas estarán abiertas hasta las seis de la tarde (hora local) para votar entre siete candidatos a la presidencia, la totalidad de la Cámara de Diputados y la mitad del Senado, además de consejeros regionales.
Mientras que en Nueva Zelanda y Australia ya se conocían los primeros resultados de los chilenos que votan en el extranjero, donde en ambos países ganó Boric. El presidente saliente, Sebastián Piñera, fue la primera figura pública en ir a votar en un colegio en Las Condes, un barrio acomodado de Santiago. “Todas las opiniones importan. Vengan a votar”, “somos capaces de resolver nuestras diferencias de manera pacífica, a votar”, pidió ante las cámaras.
Hasta el momento, de los candidatos al sillón presidencial, Gabriel Boric, José Kast, Yasna Provoste y Sebastián Sichel ya emitieron su voto. El primero en Punta Arenas (sur de Chile) y el segundo en Paine (ciudad de la Región Metropolitana), Provoste y Vallenar y Sichel en la comuna de Las Condes. Los atres candidatos llamaron a votar y resaltaron la importancia de estos comicios.
Un 50% de indecisos, voto voluntario y restricciones sanitarias por la pandemia, configuran el escenario más incierto desde el retorno a la democracia tras la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990). Por otro lado, las encuestas no han acertado en ninguna de las últimas elecciones por lo que es difícil asegurar totalmente algún tipo de resultado. Lo que si estiman muchos analistas es que ningún candidato a La Moneda logrará el 50 % de los votos, lo que haría obligatorio el paso a segunda vuelta.
El nuevo gobierno será de transición
La presidenta de la convención que redacta la nueva Constitución de Chile, la académica indígena Elisa Loncón, afirmó que el nuevo presidente, que se vota en primera vuelta este domingo, “será de transición” y su labor será “facilitar el camino constituyente”.
“Quien se instale hoy día será un Gobierno de transición que en el futuro tendrá que ver cómo implementa la nueva Constitución”, reivindicó Loncón desde un local de votación de la capital.
“Es muy importante quién sea electo hoy o quién pase a segunda vuelta porque tendrá que continuar gobernando en clave constitucional”, expresó.
En 2020, Chile decidió dejar atrás su actual carta magna, heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), y encomendó la tarea de redactar una nueva a una asamblea paritaria, con participación indígena y de tendencia progresista.
Implementar las normas de la nueva ley fundamental, en caso de aprobarse en un plebiscito de salida -previsiblemente el año que viene- será uno de los principales retos del próximo mandatario, que sucederá al conservador Sebastián Piñera en marzo de 2022.
Son siete candidatos en total y, según los sondeos, ninguno se impondría en primera vuelta y pasarían al balotaje el 19 de diciembre el diputado izquierdista Gabriel Boric y el ultraderechista José Antonio Kast.
También son una alternativa el exministro y carta del oficialismo, Sebastián Sichel, y la democratacristiana Yasna Provoste, y con menos apoyos, el progresista Marco Enríquez-Ominami; Franco Parisi, un polémico economista que reside en Estados Unidos, y Eduardo Artés, de izquierda radical.
“No da lo mismo quién gane. Necesitamos un presidente que dialogue y asuma la gran responsabilidad de instalar las demandas por los derechos fundamentales de la madre tierra, de las mujeres, y las naciones originarias”, agregó Loncón.
El proceso constituyente se abrió como la vía política para suavizar la crisis social que comenzó en 2019, la más grave en tres décadas, que se extendió durante más de un año con masivas protestas por un modelo socioeconómico más igualitario, feministas y ambientalista.
Algunos expertos apuntan que una eventual victoria del ultraderechista Kast, que se opuso en 2020 a cambiar la carta magna, podría tensionar el proceso constituyente, algo que el mismo candidato ha rechazado en diversas comparecencias.
Más de 15 millones de personas están llamadas a las urnas para elegir al nuevo presidente pero también para renovar parcialmente el Parlamento, un elemento crucial para la gobernabilidad del país.
Se elegirán a todos los diputados (155) para un periodo de 4 años y a 27 de senadores de un total de 50 para un periodo de 8 años.
Uno de los grandes interrogantes es la participación, ya que desde que el voto es voluntario (2012), ninguna elección ha superado el 50 % del padrón excepto el plebiscito por una nueva Constitución de 2020.
DW/EFE