El empresario también habló de la importancia de seguir creando empleo y de que a las empresas no les "cambien las condiciones de juego" cada año.
Luis Carlos Sarmiento Angulo, el hombre más adinerado del país, dueño del Grupo Aval (el conglomerado bancario más grande del país), del Fonde de Pensiones Porvenir, del diario El Tiempo y Corficolombiana, entre otras empresas, dio detalles de su fortuna y de los impuestos que paga cada año su organización.
Según Angulo, entrevistado por Semana, año a año puede pagar entre 2% y 3% del total de los impuestos de renta que recibe el país. La cifra no es extraña si se tiene en cuenta que sus compañías suman un total de 117.000 empleados, de los cuales 94.000 están en Colombia.
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“El año pasado se disminuyó (el pago de impuestos) por la pandemia, y se disminuyeron también las utilidades”, señaló, pero en total la organización puede llegar a pagar entre 2 y 2,5 billones de pesos al año en impuestos.
Al respecto del sector empresarial dijo: “Se trata es de crear empleos y si a las empresas que producen las atormentan todos los años aumentándoles los impuestos, cambiándoles las reglas de juego, poniéndoles más compromisos, amenazándolas con infracciones, aplicando sanciones penales muchas veces discutibles, pues es muy difícil. Los índices de desempleo, por ejemplo; no nos vamos a comparar con Estados Unidos ni con Europa, que tienen índices de 4% y de 6%; aquí en nuestro medio, Ecuador, Perú, tienen índices de desempleo de 5% y de 6%, uno de los líderes en desempleo, desde México hasta Argentina, es Colombia. Hoy tenemos 12% de desempleo y naturalmente nos quejamos porque la gente no encuentra empleo. Después de que lo tengan, podemos discutir cómo mejorar las condiciones, pero lo fundamental es que lo tengan, y para tenerlo hay que crear empresas porque son las que producen el trabajo y hay que favorecerlas”.
Sobre sus prioridades y su percepción del dinero dijo: “El dinero es un elemento muy importante, pero hay que tener en cuenta que el dinero tiene que ser un medio y no un fin. El dinero tiene que servir para muchas cosas, pero no tiene sentido que la vida sea únicamente para hacer dinero. Si uno no está parejo en las dos cosas, consciente de su compromiso y de su obligación, pues no valdría la pena hacerlo”, aseguró. Hay asuntos que para el empresario valen más que el dinero, como los valores afectivos: “La familia, primero que todo, los amigos, el país, los mismos ciudadanos, en fin”.