El Grupo Santo Domingo, uno de los conglomerados más poderosos de Colombia, acaba de entrar al negocio de las energías renovables no convencionales. A través de Valorem, puso en operación su primera planta a partir de biomasa, una movida que es el preámbulo para desarrollar nuevos proyectos en el país. Este es su plan.
Cuando Julio Mario Santo Domingo decidió internacionalizar su negocio de cerveza en América Latina, el objetivo siempre fue consolidar un conglomerado con participación en la mayoría de los sectores económicos. Fiel a esa promesa, su hijo, Alejandro, quien tomó las riendas de la organización tras la muerte de su padre, construyó una holding familiar y diversificó el portafolio con inversiones en medios de comunicación, transporte, entretenimiento, retail y servicios públicos.
Con la escisión de negocios entre Bavaria y Valores Bavaria, en 1997, la familia Santo Domingo vio nacer a lo que hoy es el Grupo Valorem, su principal vehículo de inversión en Colombia. Así, a lo largo de los últimos años, lograron sumar nuevas empresas al conglomerado, consolidando activos que ascienden a los $5,4 billones.
En su última apuesta, los Santo Domingo, que aún conservan el 1,2% del gigante cervecero mundial Anheuser-Busch InBev (AB InBev), acaban de oficializar su ingreso al negocio de las energías renovables no convencionales en el país. Se trata de una movida estratégica que se da en medio del ‘boom’ de la transición energética que vive la región y las millonarias inversiones que continúan llegando a los territorios más apartados de Colombia.
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Ubicada en Puerto Carreño, Vichada, a orillas de los ríos Meta y Orinoco, en el extremo oriental de Colombia, Valorem puso en operación la planta Refoenergy Bita con la que genera energía limpia a partir de Biomasa. Esta nueva tecnología, pionera en el país, convierte a ese municipio en la primera capital departamental en contar con un servicio de electricidad con este modelo, pues da energía 100% renovable a sus 18.000 habitantes.

“Es parte de nuestro ADN”, dice a Forbes Carlos Arturo Londoño, presidente del conglomerado. “Con Refocosta estábamos concentrados en la operación de bosques, pero descubrimos que alrededor de los bosques pueden encontrarse oportunidades. Ahí surgió el tema de las energías renovables, pues se produce energía con la madera que proviene de bosques plantados”.
El nuevo complejo de los Santo Domingo trabaja bajo un esquema que no promete intermitencia con un componente adicional: el Diésel como respaldo. Javier Fuentes, presidente de Refoenergy, explica que es una planta que opera con madera, que se origina de bosques plantados con este objetivo. “Estos se renuevan y se crea un ciclo por todo el año. Las astillas de madera se van a la caldera, se produce vapor y el vapor llega a unas turbinas. Ahí se mueven un alternador y así es como se crea genera la energía eléctrica”.
Uno de los hitos que se alcanzan con la planta es que Puerto Carreño alcanzará su soberanía energética, pues antes tenía que comprar el servicio a Venezuela. Londoño sostiene que es la primera capital de departamento del país en ser totalmente autosostenible en energía. Asimismo, añade, permitirá capturar 50.000 toneladas de CO2 al año, un paso adicional que le permitirá a Valorem trabajar para consolidar operaciones 100% responsables con el medio ambiente.
La puesta en marcha de este proyecto se da en medio de la escalada de iniciativas que ha adjudicado el Gobierno Nacional en los últimos tres años. En este tiempo se han asignado 2.800 megavatios de nueva capacidad. Cálculos del Ministerio de Minas y Energía detallan que se prevén inversiones por casi US$3.000 millones para el desarrollo de parques solares, eólicos, geotérmicos y de biomasa.
Colombia ya tiene 15 granjas solares, nueve proyectos de autogeneración a gran escala y más de 1.500 iniciativas solares fotovoltaicas de autogeneración a pequeña escala. Estos aportan una capacidad de 388 MW, que se sumarán a las nuevas plantas alternativas que se prevé entren al sistema el próximo año.
El terreno que ya ha abonado el Gobierno lo ve bien la holding de los Santo Domingo, que ya planea, incluso, una nueva inversión en Villanueva, Casanare. Según le revelaron los directivos a Forbes, se trabaja en la estructuración de una planta de renovables, con conexión al Sistema Interconectado Nacional (SIN) y que les permitirá competir con los grandes de la industria.

“Nuestra intención es construir más proyectos como este. Algunos de este tamaño y otros sustancialmente más grandes”, destaca el presidente de Refoenergy. “Los futuros proyectos queremos construirlos para que puedan competir con otras tecnologías (solar y eólica)”.
La familia Santo Domingo, que alcanza una fortuna de US$3.000 millones, destinará US$45 millones a esta nueva iniciativa, que se sumarán a los US$26 millones que invirtieron en la de Puerto Carreño. En este momento, según consultó esta revista, el proyecto está adelantando el trámite de licenciamiento ambiental ante la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) y ya tienen la conexión aprobada por la Unidad de Planeación Minero-Energética (UPME).
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