La cadena hotelera especializada en nómadas digitales saldrá a la Bolsa de Valores de Nueva York (NYSE). Ya registran operaciones en Latinoamérica, Europa y el Medio Oriente y ahora van por más. Acá las claves de su éxito.

Selina, que empezó hace seis años como una cadena hotelera enfocada en nómadas digitales, firmó un acuerdo con BOA Acquisition Corp para concretar su salida a la Bolsa de Valores Nueva York (NYSE). Se trata de una transacción con la que alcanza un valor de US$1.200 millones y la cual prevé completarse en la primera mitad del 2022.

Se espera que sus acciones ordinarias coticen bajo el símbolo “SLNA”, tal y como confirmaron. La fusión con BOA Acquisition proporcionará a Selina US$285 millones, unos recursos que se utilizarán para impulsar su expansión en los grandes mercados urbanos de todo el mundo, así como para invertir en tecnología propia.

“Estamos buscando redefinir el futuro del alojamiento mediante la creación de una marca y la curaduría de experiencias que resuenan fuertemente en nuestros clientes”, explicó Rafael Museri, CEO y cofundador de Selina. “Hemos pasado los últimos seis años construyendo y escalando una plataforma eficiente y diferenciada, y esta transacción nos permitirá llevar Selina a más lugares y viajeros de todo el mundo”.

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Selina completa una red 35.000 camas distribuidas en 134 propiedades en América del Norte y del Sur, Europa y Medio Oriente, de las cuales 83 están abiertas y en funcionamiento. Además, ha concreto US$350 millones de capital comprometido de socios para expandir su oferta en 12 destinos y agregar aproximadamente 40.000 nuevas camas para 2025.

Rafael Museri y Daniel Rudasevski, cofundadores de Selina | Foto: Selina.

En entrevista exclusiva con Forbes, Museri comentó hace unos meses que el efecto Selina se había extendido por Argentina, Bolivia, Chile, Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Estados Unidos, México, Portugal y el Reino Unido, entre otros.

Su estrategia se ha enfocado en aterrizar en cualquier puerto, colonizar el territorio, tomar espacios en desuso y convertirlos en propiedades de lujo. Con arte callejero en las paredes, muebles recuperados, salones para yoga y meditación, cocinas compartidas y espacios coworking, sus propiedades se adaptan para quienes buscan un equilibrio en su vida personal y laboral.

El plan de Museri y Daniel Rudasevski, otro de los cofundadores, es poner en jaque a los gigantes del sector y ser un disruptor en el mercado. Su viaje con Selina comenzó en 2015 en un pequeño pueblo de pescadores en Panamá, donde querían crear un lugar que mezclara trabajo, viajes y una experiencia local con turistas.

“Encontramos que los hostales tenían una energía increíble, pero eran para una audiencia muy joven, mientras que los hoteles boutique estaban bellamente diseñados, pero no tenían programación ni ofrecían experiencia alguna”, recordó a Forbes hace unos meses. “Fue ahí que supimos qué hacía falta algo que combinara los dos y además atendiera a las nuevas tendencias de trabajo remoto que, en ese momento, empezaba a crecer”.

Museri y Rudasevski son de origen israelí y entraron de lleno al negocio hotelero aún sin tener experiencia en el sector. De entrada, apostaron por crear un hotel basado en un nuevo modelo de alojamiento, que incorporaba todo lo que un nómada digital o trabajador remoto necesitaba para adoptar indefinidamente ese estilo de vida.

“El modelo fue un éxito y es lo que nos permitió crecer de dos locaciones en el 2015 a 112 locaciones en 20 países en cuatro continentes”, confirmó el CEO.

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Los dos cofundadores buscan democratizar la forma de viajar y ya avanzan en un plan para lograrlo. Como tal, ofrecen de todo, desde tepees, dormitorios desde US$15 por noche, hasta suites privadas por aproximadamente US$400 por noche, según la temporada y el destino. No obstante, su estrategia se centra en consolidar su modelo de suscripción, con el que busca no solo fidelizar usuarios, sino construir una comunidad global de nómadas.