Edwin Muñoz es un emprendedor colombiano que transformó su dislexia en una plataforma de robótica computacional e inteligencia artificial. Ahora, quiere convertir el río Medellín en una autopista de drones.
Era el 2010, cuando el ingeniero de sistemas, especialista en teleinformática, Edwin Muñoz, desempeñaba su segundo empleo como ejecutivo de un contact center y debía elaborar, entre otras labores asignadas, certificaciones de cuentas bancarias a una entidad financiera. Su condición de dislexia, que le impedía diferenciar entre algunas letras y números, le hacían muy difícil la tarea y le representaban la amenaza para su trabajo. Apasionado por el desarrollo de software, rápidamente comenzó a elaborar una solución para generar de manera automática, con inteligencia artificial, las certificaciones y documentos que solicitaban los clientes que se comunicaban con el contact center. Este logro no solo le permitió salvar su empleo sino que logró contribuir a dignificar la labor humana pero además dio origen a una compañía tecnológica que hoy tiene presencia en más de 15 países.
La metodología, denominada automatización robótica de procesos (RPA por sus siglas en inglés), rápidamente llamó la atención de las entidades financieras y los contact center que todos los días registraban un incremento en la solicitud de constancias de productos, certificados de existencias de servicios y todo tipo de requerimientos, todos estos procesos documentales se realizaban de manera manual consultando múltiples plataformas y bases de datos. “En ese momento tenía dos alternativas, renunciar a mi empleo derrotado por mi condición de disléxico o encontrar una solución no solamente para mí sino para las compañías que deben atender millones de solicitudes todos los días pero que desconocen que con robotización, machine learning e inteligencia artificial es posible acelerar los tiempos de respuesta”, explicó Muñoz.
Ese logro le permitió, unos años más tarde, convertirse en uno de los impulsores de la primera política pública de transformación digital que se formuló en Colombia desde la dirección que lleva el mismo nombre en el Ministerio de las TIC y más recientemente en el gerente de la Empresa para la Seguridad Urbana de Medellín (ESU) que hoy lidera. Su historia de superación, que tiene a la tecnología como principal aliado, la cuenta cada vez que puede en colegios y universidades. “Uno puede llegar tan lejos como quiera siempre y cuando haga un diagnóstico claro del problema a resolver y luego se lance al vacío para plantear soluciones posibles”, explica. De hecho, su nuevo objetivo es convertir al Río Medellín en la primera autopista de drones no tripulados de Colombia.
De acuerdo con Muñoz, la tecnología está llamada a solucionar problemas diversos de la sociedad. De hecho, recuerda, la primera solución que creó conectaba las solicitudes de los clientes con las bases de datos de información de los bancos y de manera automatizada, casi que en tiempo real, generaba los documentos requeridos para su envío inmediato. “Con tecnología podemos hacer del servicio al cliente una verdadera experiencia, si tenemos en cuenta la metodología RPA de la cual hemos sido pioneros en Colombia y Latinoamérica y que aplica para cualquier tipo de trámite en una entidad pública o una compañía privada”, agregó Muñoz.
Por esa razón, cuando Edwin Muñoz se convirtió en la cabeza de la Dirección de Transformación Digital del Ministerio de las TIC no dudó en dedicarse a la elaboración de políticas públicas para que los sectores productivos avanzaran en la automatización de sus procesos. “Cuando traemos a cualquier sector económico metodologías, como la que desarrollamos en su momento, basada en tecnología, logramos que las compañías incrementen sus niveles de eficiencia, productividad, tiempos de respuesta, desarrollo o lanzamiento de productos y reduzcan el riesgo de error operacional y el volumen de quejas y reclamos”, subrayó.
Luego de su paso por Ministerio TIC y cuando creía que su regreso al sector privado era definitivo, el alcalde de Medellín, Daniel Quintero Calle, lo invitó a gerenciar la Empresa de Seguridad Urbana de Medellín (ESU), con el propósito de liderar una estrategia de seguridad que aproveche el big data, la inteligencia artificial y el internet de las cosas para impactar positivamente a la región. “No dude en aceptar esta invitación que me permitía ayudar a construir la Medellín que siempre soñé, segura y futurista, pensar en el uso de inteligencia artificial con las cámaras de seguridad dispuestas sobre la ciudad para la prevención del delito, el uso de drones no tripulados para facilitar no sólo las operaciones asociadas a la seguridad sino también a la logística o a las emergencias”, explicó.
Por eso desde el 2020, Muñoz regresó a Medellín para ponerse al frente de la ESU y lanzó el primer piloto de Robocop, un sistema móvil de vigilancia que permite, a través de cámaras de seguridad, procesar imágenes con big data e inteligencia artificial para identificar comportamientos irregulares que contribuyan a la prevención del delito: “Comenzamos un piloto que permita poner la tecnología al servicio de la seguridad ciudadana pero esperamos que vengan muchos otros lanzamientos en los próximos meses. Tengo la convicción que con tecnología podemos ayudar a reducir los índices de inseguridad en las ciudades colombianas, impactando positivamente la calidad de vida”.
Convertir al río Medellín en la primera autopista de drones
De ahí que en sus planes esté habilitar al río Medellín, que atraviesa a la capital antioqueña por la mitad, para que se convierta en una autopista de drones no tripulados para facilitar las operaciones de entrega de todo tipo de domicilios, la vigilancia preventiva con cámaras de alta definición y la capacitación en pilotaje de este tipo de dispositivos. “Estamos tramitando el permiso ante la Aerocivil y buscando que muy rápidamente Medellín se convierta en un modelo de aprovechamiento de drones no tripulados, un esquema que se ha vuelto tendencia en las principales ciudades del mundo”, explicó.
El plan es que este mes puedan tener el permiso para las pruebas iniciales y crear la mesa de trabajo para proponer una política pública.
Y aunque extraña al sector privado, Muñoz confiesa que el sector público se ha convertido en su nueva pasión. “Si hay algo casi tan grato como el ejercicio de emprender es poder ayudar a millones de personas, masificando el aprovechamiento de la tecnología para el bienestar general”, subrayó. Cada vez que cuenta su historia y recuerda los tiempos de sus primeros empleos reitera la importancia de incentivar que los emprendedores resuelvan problemas que aquejan tanto a ciudadanos como a entidades públicas y privadas. “La pasión por resolver problemas con tecnología sólo desencadenará en la capacidad de impactar positivamente y con un efecto multiplicador a muchas personas”, concluyó.