Un informe de la constructora chilena Pöyry detalla que el proyecto es recuperable, pero debe hacer frente a riesgos clave para su funcionamiento.

Pese a los problemas que ha tenido el proyecto Hidroituango recientemente, aún hay posibilidades de que llegue a buen puerto, aunque bajo ciertas condiciones. De acuerdo con un informe de la constructora chilena Pöyry, el aumento del nivel del embalse y la permanencia de los actuales contratistas son factores a tener en cuenta.

Al menos si se quiere que la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA), que encargó el reporte junto a Empresas Públicas de Medellín (EPM), elimine las restricciones que pesan sobre Hidroituango, sobre todo si se tiene en cuenta el aumento del nivel del embalse, que podría verse provocado por un deslizamiento del río Cauca, eventualidad para la que el proyecto no está preparado aún.

Esto debido a que los movimientos del río podrían generar un evento similar a un ‘tsunami’,que pondría en riesgo la estabilidad del proyecto. “Pöyry analizó y evaluó eventuales deslizamientos en la zona cercana a la presa que pudieran generar una ola de impacto que represente un riesgo para el proyecto. Además, se identificaron evidencias geológicas de repetidos taponamientos en el valle del Cauca que exigen una gestión de riesgo“, explicó el reporte.

Razones como esas obligan a que el proyecto controle el nivel de gastos, cosa que no se lograría en caso de acatar la recomendación del alcalde de Medellín, Daniel Quintero, sobre cambiar a los contratistas de proyecto. Más aún si, según el análisis de la constructora, el proyecto es recuperable a pesar de la erosión y socavación hidráulica provocada por los daños que tuvieron lugar en abril de 2018.

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Además de estos aspectos, el informe de Pöyry también llama la atención sobre puntos como el vertedero, la presa, el cuenco y la montaña, que representan potenciales riesgos para el proyecto. Por lo tanto, la firma chilena sostuvo que “la rehabilitación y puesta en marcha del proyecto es la única alternativa para gestionar los peligros y riesgos correspondientes en una forma controlada”.

De la misma forma, calificó el abandono del proyecto como una solución carente de validez y/o factibilidad ante los riesgos previamente mencionados. Lo que sí recomendaron fue una reducción en la operación del vertedero, pues podría provocar daños en el hormigón y generar fisuras en la estructura de la obra de mantenerse como hasta ahora.

Como diagnóstico final, Pöyry recomendó que, en menos de un año, EPM deberá actualizar el estudio del rompimiento de la presa y el sistema de alerta temprana, así como poner en marcha las unidades 1 y 2 y limitar el nivel máximo del embalse a 408 msnm.

Asimismo, el proyecto debe terminar la puesta en marcha de las unidades 3 a 8 antes de 2025 y constuir la descarga intermedia adicional antes de 2029.

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