La FAO incluyó a Colombia en un listado global de posibles puntos conflictivos de hambre en el mundo. Las razones: pandemia, el fenómeno migratorio y las cifras de desempleo.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) prevé que el hambre aguda se dispare en más de 20 puntos conflictivos en los próximos meses si no se toman medidas inmediatas. Entre ellos, uno de los que reviste mayor preocupación es Colombia.

En este caso puntual, la FAO considera probable que la inseguridad alimentaria se deteriore aún más en los próximos meses debido a una combinación de inestabilidad política, retos económicos y el impacto actual de la crisis migratoria regional
amplificada por los desplazamientos internos.
Cabe destacar que el análisis que se hace de Colombia también incluye a los migrantes venezolanos como parte de la población.
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La organización también hace hincapié en los retrasos en la implementación del acuerdo de paz de 2016 entre el Gobierno y los grupos armados no estatales, que han provocado nuevas oleadas de ataques violentos, con 61 000 nuevos desplazados internos entre enero y entre enero y septiembre de 2021, tres veces más que en 2020.
Esto ha incrementado significativamente las limitaciones de acceso humanitario en Colombia, aspecto que se ha deteriorado durante la segunda mitad de 2021 y es probable que empeore significativamente en las zonas afectadas por el conflicto armado.
Además de Colombia, otros siete países están clasificados como con limitaciones de acceso muy altas: República Democrática del Congo, Somalia, Myanmar, Niger, Sudán del Sur, Yemen y la República Centroafricana.
Pandemia y migrantes
La pandemia del COVID-19 ha amplificado aún más las disparidades existentes y sus efectos económicos seguirán afectando a los hogares vulnerables, a pesar de un repunte económico en 2021 y un crecimiento del PIB previsto del 5,5% en 2022.
Aunque las pérdidas de empleo relacionadas con la pandemia de la pandemia se han recuperado casi por completo, la tasa de de desempleo sigue siendo alta, con más del 11% en octubre de 2021.
Además, Colombia sigue acogiendo el mayor número de de migrantes venezolanos en la región. En agosto de 2021, se registraron más de 1,8 millones de migrantes de Venezuela, lo que representó un aumento de 100 000 personas desde principios de 2021, a pesar del cierre oficial de las fronteras entre los dos países hasta octubre del año pasado.
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La organización también destacó que el estatuto de protección temporal concedido a los inmigrantes venezolanos en febrero de 2021, junto con la reciente apertura de las fronteras, podría impulsar un nuevo aumento de los migratorios en los próximos meses.
Además, el número de personas que transitan desde Sudamérica y el Caribe de América del Sur y el Caribe a través del Tapón del Darién hacia Panamá aumentó considerablemente en 2021. De hecho, se prevé que aumente aún más en 2022, sobre todo debido a las repercusiones económicas de la pandemia en Colombia.
Entre enero y septiembre de 2021, más de 91 000 migrantes cruzaron el Tapón del Darién, tres veces más que la anterior cifra récord de 30.000 en todo 2016.
La FAO también llamó la atención frente al hecho de que aproximadamente 64% de los migrantes venezolanos en Colombia, que equivalen a 1,1 millones de personas, padecían inseguridad alimentaria en julio de 2021.
¿Cómo está la región?
América Latina sigue siendo la región que ha experimentado las mayores
pérdidas económicas en términos de PIB, causadas por la pandemia del COVID-19 y las medidas adoptadas para contener su propagación. Para la FAO, los países a observar en esta zona del mundo, además de Colombia, son Honduras y Haití.
La actual crisis económica de Haití, caracterizada por el debilitamiento
de la moneda y una inflación galopante, ha provocado una mayor reducción del poder adquisitivo de muchos hogares pobres y vulnerables.
Tanto en Honduras como en Colombia, a pesar de la recuperación gradual de la contracción de 2020, las oportunidades de empleo siguen siendo reducidas junto con el aumento de los precios y la disminución del poder adquisitivo, están exacerbando las pérdidas económicas causadas por la pandemia.