Las parejas de hoy organizan su tiempo y dinero de forma distinta a sus padres, ¿tú quieres hijos, libertad, trabajo, todo lo anterior o qué excluirías si fuera necesario?
El acrónimo DINK significa “dual income, no kids” (doble ingreso, sin hijos), se usó por primera vez en la década de 1950 en Europa y Estados Unidos para describir a una pareja con dos ingresos que no tiene hijos. Las parejas DINK son distintas de las DINKY (Dual Income No Kids Yet; es decir, doble ingreso sin hijos todavía). Digamos que esas son las parejas que retrasan el momento de convertirse en padres, pero sí lo tienen en el radar.
En la mayoría de los casos, las parejas DINK han optado por no tener hijos para centrarse en sus carreras. Sin embargo, más que una condición de pareja sin hijos, ser DINK implica un estilo de vida, a menudo centrado en la promoción profesional y la creación de riqueza para vivir otro tipo de experiencias.
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La tendencia a priorizar otros aspectos antes que la de ser madres o padres parece ser mundial, ya que apenas en enero un importante medio de Reino Unido dio a conocer que más de la mitad de las mujeres de ese país no tienen hijos a los 30 años, de modo que la maternidad tardía o la elección de no tener hijos se está convirtiendo en la norma. Los datos de la Oficina Nacional de Estadística ofrecen un panorama muy claro de la evolución de la fecundidad a lo largo de las décadas: es la primera vez que hay más mujeres sin hijos que madres menores de 30 años desde que se iniciaron los registros en 1920.
El estigma de ser DINK
Históricamente la sociedad ha considerado el no querer ser padres como una falta de compromiso, inmadurez o hedonismo. Pero detrás de esa decisión puede haber muchos factores, como el deseo de disfrutar la vida solo con la pareja o el simple hecho de buscar la realización personal más allá del matrimonio o de tener hijos.
Y es que cabe destacar que las parejas DINK pueden estar casadas o no y pueden ser una pareja del mismo sexo o heterosexual. Lo que tienen en común es que no tienen hijos o ya se han ido de casa (o sea que no los mantienen). De ahí que las parejas de mayor edad cuyos hijos han abandonado el nido, también pertenecen a la categoría DINK.
Para este tipo de parejas, se eliminan los costos de alimentación, ropa y educación asociados a la crianza de uno o más hijos, lo cual les brinda la posibilidad de destinarlo a otros fines. En definitiva, las parejas DINK organizan su vida y sus finanzas de forma muy distinta a como se hacía en el pasado.
Por cierto, Estados Unidos es otro país que ha reportado un aumento considerable de esta población, pues datos de la Oficina del Censo arrojan que de 1976 a 2016 aumentó 19% el número de adultos que viven sin hijos.
Desde luego, los DINK representan un grupo atractivo para las instituciones financieras y los vendedores de artículos de lujo, pues se da por sentado que tienen mayor poder adquisitivo que las parejas que deben hacerse cargo del costo de criar a uno o más hijos.
Así pues, mientras las parejas con hijos destinan gran parte de sus ingresos a rubros como vivienda, alimentación y educación, las parejas DINK o DINKY invierten más tiempo y dinero en sus carreras, lo que les deja más recursos para ahorrar, invertir, gastar en bienes y servicios.