Fernando Montaño fue el primer bailarín colombiano en pertenecer al Royal Ballet de Londres. Y su historia pronto podría exhibirse en el cine.

A Fernando Montaño lo respalda una carrera que comenzó a la edad de 12 años, cuando casi pierde la oportunidad de entrar a la escuela de ballet por considerarlo ya grande para iniciarse en esta disciplina artística.Desde entonces, el bailarín ha dejado que sea su enorme talento el que hable por él. 

Sin embargo, Fernando es consciente de estar inmerso en un área artística que demanda juventud en extremo; por lo que quizá, estima, le queden seis o siete años como bailarín profesional. 

Por esta razón, ha comenzado a expandir sus horizontes en busca de desarrollar otras pasiones; y una de ellas es la escritura.

 “Espero que mi historia pueda inspirar a otras personas. Porque todos tenemos sueños, pero esos no se vuelven una realidad si no salimos a enfrentarnos al mundo”, comenta a Forbes Life antes de afirmar: “Nunca se debe vivir con dudas, no es una buena forma de existir. Hay que tomar riesgos”. 

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Montaño es un maestro en asumir riesgos. Al poco tiempo de haber comenzado en la danza, participó en una competencia internacional que le permitió ganar una beca en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba. Lejos de su familia, enfrentado a un régimen político distinto al de su país y en plena adolescencia, aquellos no fueron años fáciles para él. Gracias a ese esfuerzo pudo cruzar el Océano Atlántico y llegar a La Scala de Milán y al Teatro Nuovo di Torino, en donde tuvo una breve estancia.

Su gran oportunidad llegaría en 2006, cuando logró ser el primer colombiano en unirse al Royal Ballet de Londres. Entonces, la vida parecía sonreírle. Pero, dos meses después, el fallecimiento repentino de su madre lo impactó de tal forma que tuvo que buscar otros medios para canalizar sus emociones, además de la danza. 

Así comenzó la narración de su libro autobiográfico ‘Una Buena Aventura’, el cual fue construyendo con la guía de Luis Alberto Miño, un periodista de Colombia a quien considera uno de sus amigos más cercanos. “Él me dijo que hiciera un diario de las cosas que me iban pasando. Y yo lo escuché”, comenta Montaño, quien recientemente firmó un contrato para llevar esa historia a la cinematografía. 

A través de esa obra literaria, publicada en 2019, el nacido en Buenaventura recuerda con dejos de nostalgia cómo se integró al Royal Ballet; el entusiasmo que le causó realizar su primer gran solo en esa compañía y cuando fue promovido a primer bailarín. Así como el día que protagonizó “El amante” en The Two Pigeons, en 2015.

A la distancia de aquel momento, Montaño reconoce que es tiempo de mirar hacia adelante y emprender nuevos caminos. A raíz de la pandemia decidió convertirse en bailarín invitado para poder tener más tiempo y enfocarse en otros proyectos personales. Entre ellos, destaca el lanzamiento de su primera marca de moda sostenible ‘Cachua’, que significa: danza en círculo, en la lengua Quechua. Al mismo tiempo de realizar una importante labor filantrópica como embajador de Marine Conservation Society.

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