El planeta perdió 3,75 millones de hectáreas de bosque primarios tropicales húmedos en 2021. Colombia ocupó la sexta casilla entre los que más perdieron.

El planeta perdió 3,75 millones de hectáreas de bosque primarios tropicales húmedos en 2021, un área un poco mayor que Taiwán y un hecho en el que Brasil fue protagonista, pues sólo en ese país se destruyó casi la mitad del total mundial, según un estudio divulgado este jueves.

En el gigante suramericano fueron destruidos 1,5 millones de hectáreas de este tipo de bioma, un área equivalente a dos ciudades del tamaño de Tokio, especialmente en la Amazonía brasileña.

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La República Popular del Congo, con 500.000 hectáreas perdidas, ocupó el segundo lugar en el ránking mundial y Bolivia, que batió récord con cerca de 300.000 hectáreas, se ubicó como el tercer país con más bosques de este tipo destruidos.

Entre los seis países del mundo donde más se perdieron bosques primarios tropicales húmedos hay cuatro suramericanos. Brasil, que lidera; Bolivia, que ocupa la tercera posición; Perú, que está en la quinta plaza, y Colombia, que se ubica sexta casilla.

Los datos corresponden al análisis de imágenes satelitales de bosques que anualmente realiza el World Research Institute (WRI) en colaboración con la Universidad de Maryland.

De acuerdo con el estudio, las pérdidas de bosques primarios tropicales húmedos en el planeta liberaron 2,5 millones de toneladas de CO2 (dióxido de carbono) “el equivalente a las emisiones anuales de combustibles fósiles de la India”.

Los bosques primarios tropicales húmedos son los ecosistemas con mayor diversidad biológica del planeta y son especialmente importantes para el equilibrio climático porque almacenan grandes cantidades de dióxido de carbono, por lo que perderlos es un asunto “dramático”, según explicó a Efe Fabiola Zerbini, coordinadora del WRI en Brasil.

Esto porque el planeta necesita bajar casi a la mitad las emisiones de CO2 en los próximos ocho años para reducir el calentamiento global, que, de seguir al ritmo actual, superará los 2 grados centígrados provocando eventos climáticos extremos, como inundaciones, incendios forestales, deslizamientos de tierra y huracanes, entre otras catástrofes.

La destrucción de biomas como los bosques primarios tropicales, que en su mayoría están en la Amazonía y que tardan décadas en recuperarse por completo, sería uno de los principales factores que impediría lograr esa meta antes de 2030.

En la pasada cumbre climática de Glaslow varios científicos advirtieron que, de continuar con los índices actuales de deforestación y destrucción de la selva, la Amazonía podría perder un 70 % de su vegetación nativa antes de 2050 y convertirse en un área prácticamente desértica.