Un estudio de Anif asegura que se ha dado un incremento en los insumos lo que pone en aprietos al constructor e incluso al comprador. Las altas tasas de interés le ponen freno al crecimiento del sector.
La crisis de suministros global, la elevada inflación y los factores macroeconómicos internos alejan nuevamente el sueño de que los colombianos tengan una vivienda propia. Esa es una de las conclusiones de un nuevo informe de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif) en el que se detallan las razones por las cuales el alza en los precios está afectando la demanda de vivienda en el país.
De acuerdo con el informe, el crecimiento de los costos de construcción se ha dado de manera trasversal, por lo que los más afectados han sido los insumos importados, que representan cerca del 40% de una edificación. Ahí el acero, dice Anif, “ha sido uno de los más afectados y el que mayor riesgo genera para el desarrollo de las viviendas VIS pre-vendidas en 2021”.
Anif detalla que a pesar de que los colombianos han comprado las viviendas con el apoyo de los subsidios, todavía no cuentan con la garantía de recibir los inmuebles en el plazo establecido o, en los casos más complejos, de siquiera recibir la vivienda.
“Ahora, para los consumidores que en la actualidad se encuentran interesados en adquirir viviendas, las condiciones de compra se han tornado poco favorables”, añade el documento, el que se establece que el alza en los costos que enfrentan los constructores “se ha traducido en un incremento en los precios de venta, situación que, como hemos señalado anteriormente, tiene un efecto negativo sobre el dinamismo de la actividad constructora y la absorción de inventario”.
Uno de los factores que sin duda está jugando en contra de esta ecuación es que ya se están viendo incrementos en las tasas de interés de los créditos, en respuesta a las decisiones de política monetaria que ha adelantado el Banco de la República.
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Según Anif, si bien la transmisión de la política monetaria “al sector constructor se da a una velocidad inferior a la observada en el consumo de bienes no durables, por las condiciones de plazo y tipo de tasa que manejan los créditos hipotecarios, la respuesta del Banco ha llevado a que la construcción comience a ver los efectos de la política”.
En concreto, los hogares han comenzado a percibir un alza en las tasas de los créditos de vivienda que representa un incremento adicional en el precio que deben enfrentar para la compra.
Anif reitera que los hogares de ingresos bajos muestran un deterioro pronunciado en la adquisición de vivienda que ha llevado a que los subsidios pierdan la capacidad de llevar a los hogares a un plano favorable frente a la compra de vivienda. “Por su parte, aunque los hogares de ingresos medios y altos continúan en el plano favorable, cada vez más se aceran a la frontera del plano desfavorable”, confirmaron.
Es de resaltar que hace unos meses la presidenta de Camacol, Sandra Forero, le confirmó a Forbes que más de 367.000 viviendas estaban frenadas a causa de los altos costos de los insumos y la crisis de suministros. En su momento, Forero advirtió, incluso, que es que esto podría generar “que los proyectos no sean inviables o en muchos casos se aplace el inicio de las obras, lo cual mermaría la generación de valor agregado del sector y la generación de empleo”.
Por ahora, desde Anif aseguran que las condiciones del mercado se han tornado complejas y que la demanda de vivienda se continúa debilitando.