La empresa invirtió $76.000 millones en la construcción y desarrollo de su nuevo molino en Nunchía, Casanare. Con este nuevo complejo, apuestan a alcanzar ventas por $24.000 millones mensuales.
Jorge Ruiz Quiroga nació, creció y murió en el campo. Le entregó su vida a la industria arrocera nacional, siendo agricultor, gerente de la Federación Nacional de Arroceros y presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia por cinco ocasiones. Junto a un grupo de industriales del Tolima, y sus familias, creó en 1965 la Unión de Arroceros, una estructura societaria que le dio vida a lo que hoy todos conocen como Arroz Supremo.
La organización abrió sus puertas el 26 de julio de ese año con la promesa mercadear cultivos de arroz, en pleno inicio de la bonanza arrocera. Su convicción, más allá de la gerencia, lo llevó a consolidar una de las empresas más prósperas del sector, un legado que supo preservar su hijo, Álvaro Hernán Quiroga, y sus nietos, quienes hoy lideran todas las operaciones de la compañía.

“Hoy estamos tres familias del Tolima en la empresa, pero siempre mirando al campo. Nuestras raíces son de campo y eso nos ha permitido siempre crecer con fe y determinación”, dice a Forbes Álvaro, quien en homenaje a su padre acaba de inaugurar el que es el proyecto más ambicioso de la empresa: su nuevo Molino Arroz Supremo Jorge Ruiz Quiroga, ubicado en el municipio de Nunchía, a poco más de 40 minutos de Yopal, Casanare.
Ubicada en un terreno de ocho hectáreas, sobre un lote de 27, Unión de Arroceros acaba de poner en marcha un complejo de alta tecnología para la producción de por lo menos 10.500 toneladas mensuales al mes. Se trata de una inversión que asciende a los $76.000 millones (US$16.5 millones) y el cual busca ser un punto de referencia del sector agrícola de Casanare, dando paso además para establecer el primer parque empresarial Zona Franca de los Llanos Orientales, Casafranca.
“Esto representa un sueño cumplido. No solo porque estamos inaugurando la planta, sino también porque estamos inaugurando la primera zona franca de los Llanos orientales, con el molino como proyecto ancla”, destaca Álvaro en pleno evento de apertura. “Estamos convencidos que en este lugar se puede vincular la industria del cacao, el plátano, al piña y la carne”.
Su construcción tardó más de cuatro años ante el freno que representó la pandemia y los desafíos naturales de su desarrollo. Cuenta el gerente general que en 2016 compraron el terreno, en septiembre de 2019 empezaron construcción y ahora están inaugurando, con la expectativa de alcanzar en 2022 ventas de $24.000 millones mensuales, un aumento del 33% con respecto a las del año anterior.


Forbes visitó el complejo industrial en el que se le da paso a una producción tecnificada, con altos niveles de eficiencia y ahorros operaciones. Voceros de la compañía explicaron que el Molino, por ejemplo tiene la capacidad de atender a cuatro tractomulas de 35 toneladas por hora. De hecho, solo en la etapa de prelimpieza, alcanzan hasta 200 toneladas, lo que les permite acelerar todo el proceso hasta su último paso de empaque y embalaje.
El nuevo Molino Arroz Supremo Jorge Ruiz Quiroga completa la operación de las tres plantas que tiene Unión de Arroceros en el Tolima (Espinal, Venadillo e Ibagué). Asimismo, reemplazará el de Aguazul, Casanare, que hasta este mes estaba rentado por la empresa.
Hoy, el Casanare es una de las regiones con la mayor producción de arroz, aportando alrededor de 180.000 hectáreas, según explica el gerente general; Tolima se encuentra por debajo con 110.000 hectáreas, por lo que la empresa está ubicada en las dos zonas estratégicas de mayor desarrollo agroindustrial.
Aunque en este momento gran parte de los sectores se han visto afectados por la alta tasa de cambio y la crisis de suministros, desde la empresa confirman que han capoteado la situación, garantizando rentabilidad para los agricultores y la cadena. De hecho, agregan que si bien los fertilizantes se han más que duplicado de precio, por fortuna ese incremento no se ha visto, pues también se en el mercado se han aumentado los precios en el producto final.
Con estas condiciones, Álvaro agrega que en 2022 esperan crecer entre un 20% y 25% sus ventas, frente al 2021 que lograron totalizar casi $300.000 millones en ingresos. Parte de los resultados que se van a lograr se deben al nuevo molino que acaban de inauguran, que, tal y como advierte el gerente, es fruto de un trabajo que empezó con su padre, pero que continúa vigente con una nueva generación en los cargos directivos de la organización.

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