Los aportes al PIB de la nación y su peso en la generación de empleo han convertido a este segmento empresarial en una prioridad del nuevo gobierno.

Uno de los aspectos más comentados durante las conclusiones del equipo de empalme de Gustavo Petro fue la necesidad de fortalecer el apoyo a las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes). Lo cierto es que, si se observa el tejido empresarial colombiano y global, dicha preocupación es válida.

Solo hay que recordar las cifras de la Cámara de Comercio de Bogotá (CCB), donde se detalla que las mipymes representan hasta 97% del tejido empresarial en la capital y la región. En el mundo son el 90 % de las empresas y aportan entre el 60 % y el 70 % del empleo y el 50 % del PIB, de acuerdo con la Organización de Naciones Unidas (ONU).

Incluso, la ministra designada de Salud y parte del equipo de empalme de Petro, Carolina Corcho, detalló la necesidad de buscar vías para fondear la transmisión de recursos con crédito barato a la economía popular y el desarrollo de mipymes, aspecto en el que ministerios como el de Comercio, Industria y Turismo deben incrementar sus esfuerzos.

Esto adquiere mucha más importancia si se tiene en cuenta que las microempresas generan cerca del 67 % del empleo, además de darle alternativas de autoempleabilidad a muchos emprendedores, además de la cantidad de personas que ocupan de manera directa e indirecta a través de los proveedores y colaboradores. 

Unido a ello, la líder de transformación de Interactuar, Andrea Zuluaga, destacó que las mipymes aportan hasta el 40% del PIB del país, y a su vez, contribuyen en mejorar la calidad de vida de los colombianos. Esto teniendo en cuenta que cerca de 28 millones de personas viven en condición de pobreza.

“Cuando estas personas crean una microempresa o un emprendimiento logran mejorar su calidad de vida al generar mayores ingresos económicos y propiciar un cambio en sus condiciones de alimentación, salud y vivienda”, agregó.

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