Sandra Rivera le reporta a Pat Gelsinger, que es el CEO de Intel, una de las empresas tecnológicas más relevantes del mundo. En entrevista con Forbes, contó cómo llegó hasta allá, describió las unidades de negocio que tiene a su cargo, su visión de la IA y envió un mensaje a las mujeres.

“No hay mejor persona para hablar del futuro de los centros de datos computacionales que mi colega Sandra Rivera”. La frase la decía Christoph Schell, el vicepresidente comercial de Intel, en el mayor evento de la compañía durante el primer semestre de este año, al frente de miles de personas que habían viajado hasta Dallas (Estados Unidos) para presenciarlo y muchas más que seguían la transmisión en vivo por internet.

En el escenario del Intel Vision 2022, repleto de luces y pantallas LED, apareció con una sonrisa en su rostro una mujer alta, vestida con tacones beige, jean, blusa blanca, un blazer oscuro y unas gafas grandes con montura rectangular negra. Sonaban los aplausos y en el fondo, en una pantalla gigante, se veía su nombre.

“Los centros de datos proporcionan la infraestructura fundamental para que nuestros clientes procesen todos los datos que siguen creciendo cada año y para proporcionar la información y la inteligencia casi en tiempo real que los clientes necesitan”, decía Rivera desde el escenario.

Un par de horas después, era la única mujer entre los directivos que al lado del CEO de la compañía, Pat Gelsinger, ofrecían una rueda de prensa a periodistas del mundo entero. Rivera, de 55 años, es la vicepresidente global y directora general del Grupo de Centros de Datos e Inteligencia Artificial de Intel.

Ella, que fue la única latina que tomó el micrófono en todo el evento, es fan de la arepa y del ajiaco, le gusta bailar y tomar aguardiente. Es colombiana.

“Soy hija de inmigrantes colombianos que llegaron a los Estados Unidos hace casi 60 años con mi hermano mayor que nació en Bogotá. Mi hermana menor y yo nacimos en los Estados Unidos”, cuenta Rivera en una entrevista con Forbes. “Tengo muchos familiares y amigos en Colombia. Soy cien por ciento colombiana a pesar de que nací y crecí en New Jersey”.

Sandra Rivera es la vicepresidente global y directora general del Grupo de Centros de Datos e Inteligencia Artificial de Intel. Foto: Intel Corporation.

En esa empresa de 121.000 empleados, valuada en US$141.739 millones, su trayectoria arrancó dos décadas atrás como parte de una adquisición en un momento en el que estaban invirtiendo en empresas de tecnologías de comunicaciones en redes.

“Vine para quedarme por un poco tiempo, pero debo decir que me enamoré”, anota Sandra, que estando ahí vio como el negocio de redes se convertía en uno de miles de millones de dólares. Hace un año, se mudó de Nueva York a Santa Clara, en California, al ser ascendida a la cúpula mayor.

Es la responsable del desarrollo de productos para centros de datos, incluido el portafolio de procesadores Xeon, de los productos de matriz de puertas lógicas programable en campo​​ (FPGA, por sus siglas en inglés) y dirige la estrategia general de inteligencia artificial (IA) de la empresa, incluyendo compañías como Habana Labs, una firma con sede en Israel que Intel compro dos años atrás por US$2.000 millones.

“Nos enfocamos mucho en la nube como modelo de negocio y de implementación de todos nuestros clientes, ya sean clientes gubernamentales, clientes empresariales, proveedores de servicios de comunicación o, por supuesto, proveedores de servicios en la nube”, explica Rivera. “La idea que tengas estos recursos y activos compartidos que se utilizan mejor en un tipo de arquitectura y en modelos de negocios en la nube es algo que todos nuestros clientes están adoptando. Entonces, tenemos un portafolio de arquitecturas y productos que nos permiten abordar todas las diferentes aplicaciones que nuestros clientes quieren implementar, pero diré que el tema unificador de todo eso es el software y el contrato que tenemos con los desarrolladores en el conjunto de instrucciones y en la cadena de herramientas, y en las inversiones que hacemos en el ecosistema para asegurar que sus productos y sus servicios funcionen mejor”.

Previo a la pandemia, Sandra pasaba la mayor parte de su vida montada en un avión viajando a ver clientes y empleados, reuniéndose con líderes gubernamentales y con socios del ecosistema de Intel. Nunca se mantenía realmente en un lugar durante un largo período largo de tiempo, por eso se mantenía viviendo en la costa Este de los Estados Unidos, a pesar de que la sede principal queda en la costa Oeste. Ahora, la mayor parte de su trabajo lo hace desde su casa en California.

“Viajo un poco menos, pero extraño las reuniones con los clientes, por loq ue parte de la energía que esperamos a medida que la pandemia disminuya es esa oportunidad de reunirnos más cara a cara”, apunta.

Intel se vende como una organización diversa que crea espacios de trabajo inclusivos como instrumento para la innovación y el crecimiento del negocio. Por ello, permite formar grupos de recursos para empleados.

Durante varios años, Sandra ha sido parte del consejo de liderazgo del grupo Intel Latinx, que agrupa a los latinos que trabajan en Intel en los Estados Unidos. De acuerdo con Pew Research, Latinx es un término utilizado, en género neutral, para describir a las personas que son de origen o ascendencia latinoamericana o se relacionan con ella.

Sandra Rivera lleva más de dos décadas de trayectoria en Intel. Foto: Intel Corporation.

“Estamos muy orgullosos del trabajo que hemos realizado, para asegurarnos que estamos atrayendo, reteniendo y haciendo crecer nuestra comunidad Latinx. De hecho, superamos en términos de disponibilidad del mercado y el porcentaje de nuestros empleados que son Latinx”, comenta Rivera. “Así que diré que la comunidad Latinx hasta ahora es muy fuerte y tenemos un historial muy bueno de poder atraer, retener, hacer crecer nuestro talento, por lo que estamos bastante orgullosos. Pero hay siempre hay más trabajo por hacer. Nunca se termina y conoce la capacidad que tenemos de invertir y ver crecer ese talento con gran alcance e impacto es muy uso valioso”.

Bajo su responsabilidad está el crecimiento del negocio de los centros de datos capitalizando todas las innovaciones tecnológicas, particularmente en la nube.

“La nube es una arquitectura y un modelo comercial que todos los clientes están adoptando, pero que les resulta difícil comprender. ¿Cuál es el mejor enfoque? Vemos que todos los clientes realmente concluyen que quieren tener nubes múltiples que funcionen correctamente con los grandes proveedores de servicios de nube pública, pero también una nube híbrida, lo que significa que tendrán algunas de sus cargas de trabajo ejecutándose en la nube pública y todavía quieren que algunas de sus cargas de trabajo se ejecuten localmente en sus locaciones empresariales”, describe Rivera. “Y como resultado, están tratando de trabajar a través de esa idea de movilidad de datos y la oportunidad de optimizarlos independientemente de dónde se ejecuten las cargas de trabajo reales, por lo que aún queda mucho trabajo por hacer para desmitificar las implementaciones en la nube y esa es una de las áreas de enfoque que tenemos y una de las mayores oportunidades de crecimiento que tenemos está en América Latina”.

Y amplía: “Vemos que la tasa de crecimiento anual compuesta para el gasto en tecnología en América Latina es realmente la número uno en el mundo, gran parte de eso es la adopción de la nube, ya sea por parte de los gobiernos, el sector financiero, el sector educativo, el sector minorista, por lo que estamos bastante entusiasmados con nuestra expansión en la región. Colombia es en realidad el mercado número uno que sabemos que está preparado para la inversión y el crecimiento”.

No menos importante, tiene a su cargo toda la inteligencia artificial de Intel, una capacidad tecnología que la compañía cree que necesitarán todas las plataformas que avancen, requiriendo algún nivel de datos, aprendizaje automático, capacitación en aprendizaje profundo, inferencia e implementación.

“Todo el enfoque que tenemos en la IA es realmente una capacidad de IA presente en todas nuestras plataformas. Por supuesto, soy responsable de las plataformas de servidores y centro de datos, pero incluso en nuestra huella de PC, vemos mucha más visión artificial de aprendizaje automático de IA que se requerirá para esas plataformas y la IA es uno de los segmentos de tecnología más grandes o de más rápido crecimiento que están impulsando gran parte de la computación. Avanzan y creemos que aproximadamente un tercio de la demanda de computación para 2025 estará impulsada por tipos de cargas de trabajo y casos de uso de IA”, expone Rivera.

Ella considera que todavía se está en los primeros días del aprendizaje automático de la inteligencia artificial, pero que el ritmo de innovación es “bastante rápido” y que la cantidad de tecnologías que se están introduciendo son “realmente asombrosas”. El llamado que hace, es a no tenerle miedo.

“Todo el propósito de la IA y el aprendizaje automático es ayudar a los humanos a tomar mejores decisiones. Entonces, de alguna manera, esa automatización, esa capacidad de calcular cantidades masivas de datos para eliminar parte de ese error humano de ese proceso, es en realidad una gran herramienta que luego facilita lo que es exclusivamente humano, que es el juicio y los matices cuando se toman decisiones, por lo que pienso en la IA más como una herramienta que se debe aprovechar en ese momento y observar todas las formas en que la automatización puede tomar mucho del trabajo rutinario repetitivo de menor valor y manejar ese tipo de trabajo, para que los humanos puedan tener oportunidades para más creatividad, más innovación, más valor agregado, tipos de contribuciones y roles.”, desarrolla Rivera.

Y añade: “Creo que es algo que queremos comprender, abrazar y utilizar para hacer el bien. Habiendo dicho todo lo que sabemos, con cualquier tecnología, por supuesto, se puede usar para cosas que tienen consecuencias no deseadas o quizás cosas que consideramos que tienen un impacto negativo. Esta es una de las razones por las que estamos muy enfocados en áreas como IA ética y trabajar con consorcios de la industria, así como con gobiernos para tratar de crear un conjunto de pautas por las cuales todos operamos para asegurarnos de que lo que queremos que sea el resultado, el resultado que es usar la tecnología para el bien”.

Samdra Rivera con una oblea que contiene procesadores escalables Intel Xeon de cuarta generación durante el Intel Vision 2022. Foto: Walden Kirsch.

Sandra, una ingeniera eléctrica de Penn State University, recuerda que se crió en un hogar donde el enfoque en la educación era el número uno, en el que su trabajo era hacerlo bien en la escuela para que pudiera obtener una buena vida para su familia.

“La educación es un camino para que usted pueda lograr, el que conoces a tu máximo potencial. Una de las cosas que hago es animar mucho a las niñas y mujeres a elegir carreras en ciencias, tecnología e ingeniería matemática porque hay una gran necesidad en el mundo de más profesionales con ese tipo de habilidades. No tenemos suficientes de esas habilidades en el mundo”, recalca. “Las familias realizan un trabajo significativo y contribuyen a la sociedad. Entonces, cuando era niña, no tenía miedo y probaba cosas que me empujaban fuera de mi zona de confort y creo que mi mensaje para las mujeres y las niñas generalmente es que se esfuercen para hacer esas cosas que probablemente parezcan lo suficientemente aterradoras en cualquier zona de confort. Fuera de la zona de confort de la empresa es donde realmente ocurre el aprendizaje y el crecimiento y una de las formas en que puede superar ese miedo es tener una mentalidad que no importa cuál sea el resultado si vas a aprender algo”.

Ella dice “ánimo, chicas” advirtiendo a las mujeres que van a ser una minoría en las salas de juntas porque en el sector tecnológico todavía hay más hombres que mujeres en los procesos de toma de decisiones.

“Serás recordada y deberías ser recordada por algo bueno, por lo que siempre me prepararé en exceso, en conocer mejor mis productos, conocer mejor el mercado, comprender mejor a mi competencia. Así que cuando me presento a una conversación, cuando me presento a una discusión, cuando me presento a una presentación, cuando me presento a una negociación con un cliente, siempre quiero ser la persona más preparada en la sala y ya sabes, esto es lo que aconsejo, cuando te van a recordar, debes ser recordada por algo bueno”, concluye.

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